El jefe del Eurogrupo admite serias diferencias sobre las reformas del euro para la cumbre
El portugués Mário Centeno envía una misiva a Donald Tusk para explicar cómo está la discusión
Claudi Pérez
Bruselas, El País
Consenso es una palabra casi maldita en Bruselas a estas alturas de la Gran Crisis. El consenso ha desaparecido en la gestión del lío político desatado alrededor del asunto migratorio. Y tampoco existe para acordar las reformas del euro, imprescindibles para que la próxima crisis no se lleve por delante la moneda única. El jefe del Eurogrupo, el portugués Mário Centeno, envió este lunes al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, una larga misiva para explicar cómo está la discusión para reforzar el euro. Y está más enconada que nunca: solo hay acuerdo para el respaldo fiscal del fondo de resolución bancaria, el mecanismo para evitar un episodio de inestabilidad financiera si la UE decide cerrar un banco en quiebra. Centeno cuenta a las claras en esa carta las diferencias, que son de calibre grueso, en el resto de debates. Centeno asume, a grandes rasgos, el acuerdo entre Alemania y Francia, pero con tantos caveats que no parece posible que los líderes puedan avanzar en la cumbre convocada para el jueves y el viernes. Estos son los asuntos fundamentales:
Presupuesto del euro
El presidente del Eurogrupo constata que persisten las diferencias de opinión sobre la creación de un presupuesto anticrisis. Incluye la posibilidad de crear un presupuesto que permita mantener la inversión pública en caso de crisis, como propone la Comisión Europea. Y, a pesar del rechazo frontal de 12 países capitaneados por Holanda, apunta como posibilidad la puesta en marcha de un seguro de desempleo común “en caso de crisis severas”, pese a que los países del Norte no quieren oír de hablar ni en pintura de ese instrumento.
Reestructuración de deuda
Alemania y Francia firmaron hace unos días una declaración que tiene potencial para provocar una sacudida en los mercados si vienen curvas: Berlín y París quieren mayor disciplina de mercado, y en caso de una crisis de gran calibre pretenden que antes de los rescates del Mecanismo de ayuda europeo (Mede) haya reestructuraciones de deuda, a través de cláusulas de acción colectiva (un mecanismo semiautomático que se incluiría en los contratos de deuda para que paguen los inversores en caso de que el Mede use dinero del contribuyente europeo para rescatar a un país. Centeno apunta que los socios del euro trabajarán en esa línea, algo que causa escalofríos en los países más endeudados, con Italia a la cabeza.
Unión bancaria, pero menos
Solo hay acuerdo para el respaldo del fondo de resolución. El Eurogrupo insiste en la necesidad de explorar nuevas vías para reducir riesgos. Pero apenas hay nada de mutualización: el fondo de garantía de depósitos común sigue siendo un plan para un plan. “Tras la cumbre de junio podrían empezar las discusiones políticas para una hoja de ruta del fondo de garantía común”. La eterna patada hacia delante.
Claudi Pérez
Bruselas, El País
Consenso es una palabra casi maldita en Bruselas a estas alturas de la Gran Crisis. El consenso ha desaparecido en la gestión del lío político desatado alrededor del asunto migratorio. Y tampoco existe para acordar las reformas del euro, imprescindibles para que la próxima crisis no se lleve por delante la moneda única. El jefe del Eurogrupo, el portugués Mário Centeno, envió este lunes al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, una larga misiva para explicar cómo está la discusión para reforzar el euro. Y está más enconada que nunca: solo hay acuerdo para el respaldo fiscal del fondo de resolución bancaria, el mecanismo para evitar un episodio de inestabilidad financiera si la UE decide cerrar un banco en quiebra. Centeno cuenta a las claras en esa carta las diferencias, que son de calibre grueso, en el resto de debates. Centeno asume, a grandes rasgos, el acuerdo entre Alemania y Francia, pero con tantos caveats que no parece posible que los líderes puedan avanzar en la cumbre convocada para el jueves y el viernes. Estos son los asuntos fundamentales:
Presupuesto del euro
El presidente del Eurogrupo constata que persisten las diferencias de opinión sobre la creación de un presupuesto anticrisis. Incluye la posibilidad de crear un presupuesto que permita mantener la inversión pública en caso de crisis, como propone la Comisión Europea. Y, a pesar del rechazo frontal de 12 países capitaneados por Holanda, apunta como posibilidad la puesta en marcha de un seguro de desempleo común “en caso de crisis severas”, pese a que los países del Norte no quieren oír de hablar ni en pintura de ese instrumento.
Reestructuración de deuda
Alemania y Francia firmaron hace unos días una declaración que tiene potencial para provocar una sacudida en los mercados si vienen curvas: Berlín y París quieren mayor disciplina de mercado, y en caso de una crisis de gran calibre pretenden que antes de los rescates del Mecanismo de ayuda europeo (Mede) haya reestructuraciones de deuda, a través de cláusulas de acción colectiva (un mecanismo semiautomático que se incluiría en los contratos de deuda para que paguen los inversores en caso de que el Mede use dinero del contribuyente europeo para rescatar a un país. Centeno apunta que los socios del euro trabajarán en esa línea, algo que causa escalofríos en los países más endeudados, con Italia a la cabeza.
Unión bancaria, pero menos
Solo hay acuerdo para el respaldo del fondo de resolución. El Eurogrupo insiste en la necesidad de explorar nuevas vías para reducir riesgos. Pero apenas hay nada de mutualización: el fondo de garantía de depósitos común sigue siendo un plan para un plan. “Tras la cumbre de junio podrían empezar las discusiones políticas para una hoja de ruta del fondo de garantía común”. La eterna patada hacia delante.