El gran día de Lukaku

Adrian R. Huber
Moscú, EFE
Romelu Lukaku disfrutó este sábado, en el Spartak Stadium, de uno de sus mejores días desde que es futbolista profesional, al festejar la exhibición de Bélgica sobre Túnez (5-2) al mismo tiempo que, con sus dos tantos, se convertía en el máximo goleador de la historia de su selección en los Mundiales de fútbol.


El delantero del Manchester United protagonizó tres hitos de golpe. Y lo hizo antes de que el partido llegase al descanso. Al marcar el 2-0, en el minuto 16, y el 3-1, en el tiempo añadido de la primera mitad, superó los seis goles de Jan Ceulemans; aumentó a cuatro su número de tantos en un mismo Mundial -algo que ningún belga había conseguido hasta ahora- e igualó a Marc Wilmots (que lo había hecho en 2002, en el de Corea y Japón) como único belga en anotar en los dos primeros choques de una fase final de este torneo.

Nacido en Amberes hace 25 años y de ascendencia congoleña, del antiguo Zaire (anteriormente denominado Congo Belga), algo que le molesta que le recuerden en su país, el fornido delantero de los 'Diablos rojos' -que esta vez vistieron de amarillo- ya había firmado un 'doblete' en su primer partido en el Mundial de Rusia 2018, ante Panamá (3-0) en Sochi.

En aquella ocasión, con dos tantos en la segunda mitad. Esta vez, en el estadio del Spartak, anotó en la primera parte, en la que entró en la historia de su selección.

Después del penalti ejecutado por Eden Hazard en el sexto minuto, Lukaku aumentó la ventaja belga de tiro cruzado, tras asistencia del anterior, en el 16. Y en el tiempo añadido del primer tiempo, aprovechó un pase al hueco de Thomas Meunier, para colocar en el marcador el 3-1 con el que se llegó al descanso.

Hazard -elegido mejor jugador del partido- acabaría robándole el protagonismo exclusivo al igualar su doblete antes de que su seleccionador, el español Roberto Martínez, lo sustituyera en el minuto 59 por Marouane Fellaini. Su compañero de equipo en el Manchester United.

El técnico de la selección belga, que explicó que "tiene algo tocado el ligamento externo del tobillo izquierdo", comentó, al ser cuestionado si ve a su hombre más adelantado como máximo goleador del torneo, que "los trofeos individuales son consecuencia del buen trabajo del equipo", por lo que "todos deben saber que el colectivo va por delante de cualquier otra consideración".

En cualquier caso, Lukaku, que llegó a Rusia con ganas de reivindicarse, al recordar su infancia en la pobreza -su madre mezclaba leche con agua a la hora de darles el desayuno de cereales- al tiempo que opinaba que había gente en Bélgica que no le quería ver triunfar, entró este sábado en la historia del balompié de su país.

Tras igualarlo -con su primer tanto-, superó -al anotar el segundo- el récord de goles en Mundiales de Ceulemans, que había disputado con Bélgica los de España'82, México'86 e Italia'90. Y después de que lo hiciese Marc Wilmots en el de Corea y Japón de 2002, se convirtió en el segundo belga en marcar en los dos primeros encuentros del principal torneo por selecciones del mundo.

Los cuatro goles que lleva en el de Rusia 2018 no los iguala ningún belga en cualquiera de los Mundiales disputados anteriormente. Y este sábado, salvando las distancias, unió su nombre al de un mito, el argentino Diego Armando Maradona. El único que, antes que él, había logrado dos 'dobletes' en dos partidos seguidos en un Mundial.

En el de México'86, que ganó Argentina, el 'Pibe de oro' le había marcado -en partido del que el viernes se cumplieron exactamente 40 años- dos a Inglaterra en cuartos (el de la 'Mano de Dios' y el inolvidable que muchos consideran el mejor de la historia), antes de meterle otros dos, precisamente a Bélgica, en la semifinal.

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