El FMI dice que paracumplir el programa se requiere un fuerte compromiso político
Sostiene que los ajustes fiscal y monetario requerirán apoyos de toda la sociedad. Harán revisiones trimestrales de las metas y elogiaron la reacción rápida de Macri de pedir ayuda.
Ezequiel Burgo
Clarín
En una conferencia de prensa brindada ayer, los economistas del FMI, Alejandro Werner (Director para el Departamento del Hemisferio Occidental) y Roberto Cardarelli (jefe a cargo de la misión del organismo en Argentina), trazaron los principales lineamientos del acuerdo stand by por US$ 50.000 millones que acordaron el organismo y la Argentina por el lapso de tres años. Los economistas señalaron que para que los desembolsos y el esfuerzo al que el país se comprometió rindan sus frutos, una de las claves pasará por un “fuerte compromiso político, de toda la sociedad argentina” a la hora de corregir los desbalances de la economía.
“Es un programa que necesita un fuerte compromiso para remover algunos desequilibrios fiscales y monetarios”, dijo Cardarelli ayer. “La aceleración a la convergencia del equilibrio fiscal requiere un fuerte compromiso político, de toda la sociedad argentina”.
El italiano reconoció no solo la actitud que tuvo el Gobierno a la hora de implementar reformas en estos años. También la de la oposición al apoyar leyes en el Congreso La teleconferencia fue llevada a cabo en Washington. Participaron medios locales e internacionales.
Werner arrancó dando un pantallazo sobre el programa que Argentina presentó al organismo. Y luego algo que él describió como “las tres patas” del plan: reducir el déficit fiscal, bajar la inflación y dar apoyo a quienes viven en situación de pobreza.
A su turno, Cardarelli se enfocó más en las perspectivas de los fundamentals de la economía argentina. Explicó por qué el FMI calcula que la economía argentina crecerá en 2019, a sabiendas que en los próximos años habrá un ajuste fiscal que pasará de un rojo primario de 2,7% del PBI (este año) a un superávit de 0,5% en 2021. Cardarelli enumeró tres motivos: la reversión de la sequía (”tendrá un efecto positivo en 2019”), la confianza de los mercados -que se restablecerá como consecuencia del stand by- y un peso más depreciado que dará un envión a las exportaciones. “Hemos logrado un cuadro macroeconómico más consistente”, dijo sobre el programa negociado con Argentina. Y agregó que la meta de inflación de 17% para el año que viene “se puede lograr”.
Werner agregó un aspecto más que ayudaría también al crecimiento de la economía en 2019: el ‘efecto rebote’. “El Gobierno actuó de manera muy oportuna”, dijo en referencia a que acudió rápido al Fondo para solicitar “una línea de defensa financiera”. “Le permitirá navegar por situaciones de turbulencia que vengan de las economías avanzadas o de la región. Esto ayudará a que el rebote se dará más rápido que en otras situaciones”, dijo Werner en relación a que la actividad en los próximos meses se desacelerará como consecuencia de la sequía y las turbulencias cambiarias.
Cardarelli señaló que el organismo es consciente del contexto social en el que se el ajuste. “No es posible concebir un programa de estabilización macroeconomía sin considerar el nivel de pobreza”. Explicó que las metas fiscales pueden ser revisadas en caso de que haya necesidad de aumentar el gasto social.
El FMI prevé para agosto la primera misión a Argentina para revisar el cumplimento del plan, cuya formalización será el 20 de junio. “A partir de ahí Argentina tendrá una disponibilidad del 30% y luego procederían las visitas tradicionales”, dijo Werner.
Las revisiones del avance del programa serán trimestrales y después de cada una estarían disponibles los diferentes tramos del programa, explicó Werner, aunque recordó que las autoridades argentinas indicaron su intención de obtener inicialmente US$ 15.000 millones y luego tratar el préstamo con carácter precautorio.
El presidente Macri se verá hoy con Christine Lagarde, directora gerente del FMI, en el marco de la cumbre del G7 que tiene lugar en Canadá, para conversar sobre los detalles del acuerdo (ver más página 6). A los US$ 50.000 millones del Fondo se sumarán un total de 5.650 millones adiciones de otros tres bancos multilaterales. El paquete que consiguió Argentina fue superior al que el mercado esperaba. También su compromiso de ajuste fiscal: ha sido más grande al que se pronosticaba. Pero para el FMI, la clave del éxito ahora, será el compromiso político.
Ezequiel Burgo
Clarín
En una conferencia de prensa brindada ayer, los economistas del FMI, Alejandro Werner (Director para el Departamento del Hemisferio Occidental) y Roberto Cardarelli (jefe a cargo de la misión del organismo en Argentina), trazaron los principales lineamientos del acuerdo stand by por US$ 50.000 millones que acordaron el organismo y la Argentina por el lapso de tres años. Los economistas señalaron que para que los desembolsos y el esfuerzo al que el país se comprometió rindan sus frutos, una de las claves pasará por un “fuerte compromiso político, de toda la sociedad argentina” a la hora de corregir los desbalances de la economía.
“Es un programa que necesita un fuerte compromiso para remover algunos desequilibrios fiscales y monetarios”, dijo Cardarelli ayer. “La aceleración a la convergencia del equilibrio fiscal requiere un fuerte compromiso político, de toda la sociedad argentina”.
El italiano reconoció no solo la actitud que tuvo el Gobierno a la hora de implementar reformas en estos años. También la de la oposición al apoyar leyes en el Congreso La teleconferencia fue llevada a cabo en Washington. Participaron medios locales e internacionales.
Werner arrancó dando un pantallazo sobre el programa que Argentina presentó al organismo. Y luego algo que él describió como “las tres patas” del plan: reducir el déficit fiscal, bajar la inflación y dar apoyo a quienes viven en situación de pobreza.
A su turno, Cardarelli se enfocó más en las perspectivas de los fundamentals de la economía argentina. Explicó por qué el FMI calcula que la economía argentina crecerá en 2019, a sabiendas que en los próximos años habrá un ajuste fiscal que pasará de un rojo primario de 2,7% del PBI (este año) a un superávit de 0,5% en 2021. Cardarelli enumeró tres motivos: la reversión de la sequía (”tendrá un efecto positivo en 2019”), la confianza de los mercados -que se restablecerá como consecuencia del stand by- y un peso más depreciado que dará un envión a las exportaciones. “Hemos logrado un cuadro macroeconómico más consistente”, dijo sobre el programa negociado con Argentina. Y agregó que la meta de inflación de 17% para el año que viene “se puede lograr”.
Werner agregó un aspecto más que ayudaría también al crecimiento de la economía en 2019: el ‘efecto rebote’. “El Gobierno actuó de manera muy oportuna”, dijo en referencia a que acudió rápido al Fondo para solicitar “una línea de defensa financiera”. “Le permitirá navegar por situaciones de turbulencia que vengan de las economías avanzadas o de la región. Esto ayudará a que el rebote se dará más rápido que en otras situaciones”, dijo Werner en relación a que la actividad en los próximos meses se desacelerará como consecuencia de la sequía y las turbulencias cambiarias.
Cardarelli señaló que el organismo es consciente del contexto social en el que se el ajuste. “No es posible concebir un programa de estabilización macroeconomía sin considerar el nivel de pobreza”. Explicó que las metas fiscales pueden ser revisadas en caso de que haya necesidad de aumentar el gasto social.
El FMI prevé para agosto la primera misión a Argentina para revisar el cumplimento del plan, cuya formalización será el 20 de junio. “A partir de ahí Argentina tendrá una disponibilidad del 30% y luego procederían las visitas tradicionales”, dijo Werner.
Las revisiones del avance del programa serán trimestrales y después de cada una estarían disponibles los diferentes tramos del programa, explicó Werner, aunque recordó que las autoridades argentinas indicaron su intención de obtener inicialmente US$ 15.000 millones y luego tratar el préstamo con carácter precautorio.
El presidente Macri se verá hoy con Christine Lagarde, directora gerente del FMI, en el marco de la cumbre del G7 que tiene lugar en Canadá, para conversar sobre los detalles del acuerdo (ver más página 6). A los US$ 50.000 millones del Fondo se sumarán un total de 5.650 millones adiciones de otros tres bancos multilaterales. El paquete que consiguió Argentina fue superior al que el mercado esperaba. También su compromiso de ajuste fiscal: ha sido más grande al que se pronosticaba. Pero para el FMI, la clave del éxito ahora, será el compromiso político.