El embajador de Trump en Alemania quiere “empoderar” a las fuerzas conservadoras en la UE
El hombre fuerte de EE UU en Berlín explica en una entrevista a los europopulistas que ellos también pueden derribar al 'establishment'
Ana Carbajosa
Berlín, El País
El hombre fuerte de Donald Trump en Europa es un diplomático que hace escaso honor a su cargo. El nuevo embajador de Estados Unidos en Berlín tiene pocos pelos en la lengua y una notable capacidad para generar polémicas. Es, sobre todo, un digno representante del universo trumpiano, que ha desembarcado en Europa con el firme propósito de “empoderar” a la marea ultra y populista de derechas que avanza sin freno por el continente.
Richard Grenell ha verbalizado sus intenciones en una sorprendente entrevista con Breitbart, la biblia populista estadounidense de la que fue director el antiguo estratega jefe de Trump, Steve Bannon, y que apoyó al republicano en su campaña electoral. “Quiero empoderar a los conservadores de toda Europa, a otros líderes. Hay un mar de fondo de políticas conservadoras que están tomando cuerpo debido a las políticas fallidas de la izquierda”. Cuando Grenell habla de conservadores no piensa en los partidos tradicionales de derechas; piensa más bien, según se desprende de su discurso, en aquellos partidos populistas que dicen sentirse víctimas del establishment y que aspiran a derribar consensos sociales y políticos labrados con mimo durante décadas.
Cuando el nuevo embajador habla de “empoderar” a las ultraderechas se refiere también a hacerles creer que su triunfo en las urnas es posible como lo ha sido contra todo pronóstico en Estados Unidos. “No hay duda de que se trata de un momento apasionante para mí. Miro el paisaje y veo que hay mucho trabajo por hacer, pero la elección de Donald Trump ha empoderado a gente que cree que no pueden permitir que la clase política determine, antes de unas elecciones, quién va a ganar y quién debería presentarse”. Y añade: “Este es un momento muy potente, en el que se puede ver más allá de lo que piensan las élites, que te dicen que no tienes posibilidades de ganar o que nunca ganarás, o que se burlan de ti”.
Grenell sostiene en su entrevista que asistimos al despertar de una mayoría silenciosa ultraconservadora también en Europa, que solo se explica gracias al triunfo electoral de Trump en Estados Unidos. Cree que esa mayoría silenciosa está deseosa de abrazar políticas ultraconservadoras que pasan por menos impuestos, menos inmigrantes y menos burocracia. “Hay muchos conservadores en Europa que me han contactado para explicarme que sienten que asisten a un resurgir”, explica en la entrevista.
El enviado de Trump a Europa es un tipo provocador, que alardea de campechano. Que recibe a su invitados en zapatillas de deporte y al que le gusta pensar que no encaja en ningún compartimento ideológico. Que lo suyo es el sentido común por el bien de la gente, del pueblo. Las convenciones no van con él, tampoco las diplomáticas.
Su ídolo, confiesa Grenell a Breitbart, es Sebastian Kurz, el nuevo canciller austriaco, un exponente destacado del nuevo conservadurismo europeo que gobierna con la extrema derecha y que hace gala de una desacomplejada retórica antiinmigración. “Es una estrella del rock and roll. Soy un gran fan suyo”.
El aterrizaje de Grenell en Berlín el mes pasado fue muy abrupto. Como Trump, el nuevo embajador es de tuit fácil y a las pocas horas de tomar posesión de su cargo, el pasado 8 de mayo lanzó un mensaje en la red social que levantó ampollas en los despachos y las fábricas de Alemania. Tras anunciar Trump que se retiraba del acuerdo nuclear iraní, Grenell advirtió a las empresas alemanas que a partir de ahora deberán dejar de hacer negocios con Teherán. El mensaje en la red social se vivió en Alemania como una amenaza fuera de lugar.
El lunes, Grenell enfureció en Twitter a raíz de alguna de las interpretaciones que suscitaron su explosiva entrevista en Breitbart y que apuntaban a la posibilidad de que el diplomático fuera a defender al líder de Alternativa por Alemania antes sus últimas declaraciones antisemitas. “Absurdo. Condeno completamente esos comentarios. No pongan palabras en mi boca. La idea de que apoyo a candidatos o partidos es ridícula. Me reafirmo en mis declaraciones de que asistimos a un despertar de la mayoría silencia, la de los que rechazan las élites y su burbuja. Liderada por Trump”.
La alianza transatlántica antiestablishment que sugiere Grenell cuenta con un aliado de excepción. Steve Bannon, el ideólogo de la Casa Blanca caído en desgracia y fundador de Breitbart, se ha propuesto forjar una internacional ultranacionalista en la que quiere que los europopulismos jueguen un papel destacado. “Pronto habrá una confederación de estados libres, no esta Unión Europea […]Esto no es más que el principio”, vaticina Bannon en una entrevista con La Repubblica en Italia, en la que cuenta cómo “aconsejó” a la Liga Norte y al Movimiento cinco Estrellas aliarse.
Bannon es el hombre que logró galvanizar el voto reaccionario en Estados Unidos y darle forma de revuelta de clase en contra de unas élites culturales y económicas, y que culminó con la victoria electoral de Trump. Bannon ha viajado a Europa varias veces en los últimos meses. La última, hace una semana donde condenó en Roma el veto a un ministro de Economía euroescéptico. “El pueblo ha querido recuperar su país y le han robado la soberanía”, dijo Bannon, firme defensor de la nueva alianza de gobierno antiestablishment italiana.
El pasado marzo, Bannon protagonizó una gira europea durante la que se reunió con las principales fuerzas políticas ultranacionalistas. El Frente Nacional –ahora rebautizado como Reagrupamiento Nacional- de Marine Le Pen, La Liga italiana y Alternativa por Alemania fueron sus interlocutores. “Lo que hemos aprendido es que sois parte de un movimiento global que va más allá de Francia, de Italia o de Hungría. Va mucho más allá de todo eso. La historia está de nuestro lado”, dijo entonces Bannon, en Francia, convencido como Grenell de que las fuerzas antiestablishment han llegado para quedarse y de que el triunfo de Trump es solo el inicio de una nueva era.
Ana Carbajosa
Berlín, El País
El hombre fuerte de Donald Trump en Europa es un diplomático que hace escaso honor a su cargo. El nuevo embajador de Estados Unidos en Berlín tiene pocos pelos en la lengua y una notable capacidad para generar polémicas. Es, sobre todo, un digno representante del universo trumpiano, que ha desembarcado en Europa con el firme propósito de “empoderar” a la marea ultra y populista de derechas que avanza sin freno por el continente.
Richard Grenell ha verbalizado sus intenciones en una sorprendente entrevista con Breitbart, la biblia populista estadounidense de la que fue director el antiguo estratega jefe de Trump, Steve Bannon, y que apoyó al republicano en su campaña electoral. “Quiero empoderar a los conservadores de toda Europa, a otros líderes. Hay un mar de fondo de políticas conservadoras que están tomando cuerpo debido a las políticas fallidas de la izquierda”. Cuando Grenell habla de conservadores no piensa en los partidos tradicionales de derechas; piensa más bien, según se desprende de su discurso, en aquellos partidos populistas que dicen sentirse víctimas del establishment y que aspiran a derribar consensos sociales y políticos labrados con mimo durante décadas.
Cuando el nuevo embajador habla de “empoderar” a las ultraderechas se refiere también a hacerles creer que su triunfo en las urnas es posible como lo ha sido contra todo pronóstico en Estados Unidos. “No hay duda de que se trata de un momento apasionante para mí. Miro el paisaje y veo que hay mucho trabajo por hacer, pero la elección de Donald Trump ha empoderado a gente que cree que no pueden permitir que la clase política determine, antes de unas elecciones, quién va a ganar y quién debería presentarse”. Y añade: “Este es un momento muy potente, en el que se puede ver más allá de lo que piensan las élites, que te dicen que no tienes posibilidades de ganar o que nunca ganarás, o que se burlan de ti”.
Grenell sostiene en su entrevista que asistimos al despertar de una mayoría silenciosa ultraconservadora también en Europa, que solo se explica gracias al triunfo electoral de Trump en Estados Unidos. Cree que esa mayoría silenciosa está deseosa de abrazar políticas ultraconservadoras que pasan por menos impuestos, menos inmigrantes y menos burocracia. “Hay muchos conservadores en Europa que me han contactado para explicarme que sienten que asisten a un resurgir”, explica en la entrevista.
El enviado de Trump a Europa es un tipo provocador, que alardea de campechano. Que recibe a su invitados en zapatillas de deporte y al que le gusta pensar que no encaja en ningún compartimento ideológico. Que lo suyo es el sentido común por el bien de la gente, del pueblo. Las convenciones no van con él, tampoco las diplomáticas.
Su ídolo, confiesa Grenell a Breitbart, es Sebastian Kurz, el nuevo canciller austriaco, un exponente destacado del nuevo conservadurismo europeo que gobierna con la extrema derecha y que hace gala de una desacomplejada retórica antiinmigración. “Es una estrella del rock and roll. Soy un gran fan suyo”.
El aterrizaje de Grenell en Berlín el mes pasado fue muy abrupto. Como Trump, el nuevo embajador es de tuit fácil y a las pocas horas de tomar posesión de su cargo, el pasado 8 de mayo lanzó un mensaje en la red social que levantó ampollas en los despachos y las fábricas de Alemania. Tras anunciar Trump que se retiraba del acuerdo nuclear iraní, Grenell advirtió a las empresas alemanas que a partir de ahora deberán dejar de hacer negocios con Teherán. El mensaje en la red social se vivió en Alemania como una amenaza fuera de lugar.
El lunes, Grenell enfureció en Twitter a raíz de alguna de las interpretaciones que suscitaron su explosiva entrevista en Breitbart y que apuntaban a la posibilidad de que el diplomático fuera a defender al líder de Alternativa por Alemania antes sus últimas declaraciones antisemitas. “Absurdo. Condeno completamente esos comentarios. No pongan palabras en mi boca. La idea de que apoyo a candidatos o partidos es ridícula. Me reafirmo en mis declaraciones de que asistimos a un despertar de la mayoría silencia, la de los que rechazan las élites y su burbuja. Liderada por Trump”.
La alianza transatlántica antiestablishment que sugiere Grenell cuenta con un aliado de excepción. Steve Bannon, el ideólogo de la Casa Blanca caído en desgracia y fundador de Breitbart, se ha propuesto forjar una internacional ultranacionalista en la que quiere que los europopulismos jueguen un papel destacado. “Pronto habrá una confederación de estados libres, no esta Unión Europea […]Esto no es más que el principio”, vaticina Bannon en una entrevista con La Repubblica en Italia, en la que cuenta cómo “aconsejó” a la Liga Norte y al Movimiento cinco Estrellas aliarse.
Bannon es el hombre que logró galvanizar el voto reaccionario en Estados Unidos y darle forma de revuelta de clase en contra de unas élites culturales y económicas, y que culminó con la victoria electoral de Trump. Bannon ha viajado a Europa varias veces en los últimos meses. La última, hace una semana donde condenó en Roma el veto a un ministro de Economía euroescéptico. “El pueblo ha querido recuperar su país y le han robado la soberanía”, dijo Bannon, firme defensor de la nueva alianza de gobierno antiestablishment italiana.
El pasado marzo, Bannon protagonizó una gira europea durante la que se reunió con las principales fuerzas políticas ultranacionalistas. El Frente Nacional –ahora rebautizado como Reagrupamiento Nacional- de Marine Le Pen, La Liga italiana y Alternativa por Alemania fueron sus interlocutores. “Lo que hemos aprendido es que sois parte de un movimiento global que va más allá de Francia, de Italia o de Hungría. Va mucho más allá de todo eso. La historia está de nuestro lado”, dijo entonces Bannon, en Francia, convencido como Grenell de que las fuerzas antiestablishment han llegado para quedarse y de que el triunfo de Trump es solo el inicio de una nueva era.