Austria afianza el frente antinmigración con apoyo de los países del Este
Hungría encabeza el rechazo de la región a la cumbre de Juncker
S.V
Agencias
Madrid / Budapest
Austria afianza el frente por el endurecimiento de la política migratoria de la UE con el apoyo del Este. El canciller Sebastian Kurz, que gobierna en coalición con la extrema derecha austriaca, ha viajado este jueves a Budapest para reunirse con el cuarteto de Visegrado (Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia), los países miembros más afines a una línea dura sin concesiones y que se han opuesto a las cuotas y medidas de reubicación de refugiados de Bruselas. La reunión se ha producido a tres días de la cumbre informal convocada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para intentar enfriar el debate —especialmente en Alemania e Italia— de cara a la cita ordinaria de los Veintiocho el 28 y 29 de junio.
La reunión en Budapest ha dejado patente la crispación en la UE en torno al tema migratorio, al tiempo que ha subrayado la comunidad de intereses entre los países del Este y Austria, cuyo canciller se ha erigido en los últimos meses en un referente de la derecha europea y los ultranacionalistas. La semana pasada, en medio de la crisis desatada entre los conservadores en el Ejecutivo alemán, se desplazó a Berlín para proponer junto al ministro del Interior bávaro, Horst Seehofer, enfrentado a la canciller, Angela Merkel, un “eje de los dispuestos” a luchar contra las llegadas irregulares en el que incluyó al nuevo Gobierno populista de Italia y a Hungría.
Como anfitrión, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha encabezado este jueves el rechazo del cuarteto de Visegrado a la minicumbre de Juncker y ha criticado indirectamente la urgencia de Merkel por lograr avances. “Los problemas de política interior en algunos países no pueden llevar a una prisa paneuropea”, dijo Orbán, que acaba de aprobar una ley que castiga con cárcel la ayuda a migrantes. Aunque en un principio ninguno de los cuatro países del Este había sido invitado a la cita del domingo —el número de asistentes se amplió este jueves—, todos anunciaron que en ningún caso acudirán, ya que consideran que “el diálogo sobre la migración es un tema que concierne al Consejo [Europeo] y no a la Comisión”.
Kurz, que sí participará —Austria asume el 1 de julio la presidencia de turno de la UE—, ha sorteado la polémica y ha subrayado de nuevo que “es importante fortalecer Frontex [la agencia europea de fronteras] y asegurar la ayuda en el lugar de partida [de los refugiados]”.
El canciller austriaco ha criticado en numerosas ocasiones la decisión de Merkel de abrir las fronteras en 2015, y este jueves ha dejado que Orbán se extendiera sobre la línea común de Austria y los miembros de Visegrado. Los cinco Gobiernos están de acuerdo “en que Europa tiene que ser capaz de proteger sus fronteras y garantizar la seguridad de sus ciudadanos”, ha afirmado el mandatario húngaro, quien ha destacado también la coincidencia en que se creen centros de recepción de migrantes fuera del territorio de la UE.
S.V
Agencias
Madrid / Budapest
Austria afianza el frente por el endurecimiento de la política migratoria de la UE con el apoyo del Este. El canciller Sebastian Kurz, que gobierna en coalición con la extrema derecha austriaca, ha viajado este jueves a Budapest para reunirse con el cuarteto de Visegrado (Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia), los países miembros más afines a una línea dura sin concesiones y que se han opuesto a las cuotas y medidas de reubicación de refugiados de Bruselas. La reunión se ha producido a tres días de la cumbre informal convocada por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para intentar enfriar el debate —especialmente en Alemania e Italia— de cara a la cita ordinaria de los Veintiocho el 28 y 29 de junio.
La reunión en Budapest ha dejado patente la crispación en la UE en torno al tema migratorio, al tiempo que ha subrayado la comunidad de intereses entre los países del Este y Austria, cuyo canciller se ha erigido en los últimos meses en un referente de la derecha europea y los ultranacionalistas. La semana pasada, en medio de la crisis desatada entre los conservadores en el Ejecutivo alemán, se desplazó a Berlín para proponer junto al ministro del Interior bávaro, Horst Seehofer, enfrentado a la canciller, Angela Merkel, un “eje de los dispuestos” a luchar contra las llegadas irregulares en el que incluyó al nuevo Gobierno populista de Italia y a Hungría.
Como anfitrión, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha encabezado este jueves el rechazo del cuarteto de Visegrado a la minicumbre de Juncker y ha criticado indirectamente la urgencia de Merkel por lograr avances. “Los problemas de política interior en algunos países no pueden llevar a una prisa paneuropea”, dijo Orbán, que acaba de aprobar una ley que castiga con cárcel la ayuda a migrantes. Aunque en un principio ninguno de los cuatro países del Este había sido invitado a la cita del domingo —el número de asistentes se amplió este jueves—, todos anunciaron que en ningún caso acudirán, ya que consideran que “el diálogo sobre la migración es un tema que concierne al Consejo [Europeo] y no a la Comisión”.
Kurz, que sí participará —Austria asume el 1 de julio la presidencia de turno de la UE—, ha sorteado la polémica y ha subrayado de nuevo que “es importante fortalecer Frontex [la agencia europea de fronteras] y asegurar la ayuda en el lugar de partida [de los refugiados]”.
El canciller austriaco ha criticado en numerosas ocasiones la decisión de Merkel de abrir las fronteras en 2015, y este jueves ha dejado que Orbán se extendiera sobre la línea común de Austria y los miembros de Visegrado. Los cinco Gobiernos están de acuerdo “en que Europa tiene que ser capaz de proteger sus fronteras y garantizar la seguridad de sus ciudadanos”, ha afirmado el mandatario húngaro, quien ha destacado también la coincidencia en que se creen centros de recepción de migrantes fuera del territorio de la UE.