20.000 Messis
Óscar González
Moscú, EFE
¿Se han puesto a la venta camisetas albicelestes que no sean de Messi para este Mundial? A la vista de lo que sucede en el debut del conjunto de Sampaoli en Rusia, no.
Todo gira entorno a la astro de Rosario en Argentina y este sábado, cuando se cumplen exactamente doce años del debut de La Pulga en un Mundial, hay un inusual consenso sobre cuál debe ser la vestimenta.
Da igual a dónde vayas en Moscú. No hay más que camisetas de Messi. Desde la Plaza Roja a los alrededores del moderno estadio del Spartak, miles de "Messis", entorno a 20.000, pasean su esperanza albiceleste.
Y es que el camino de Argentina hacia su tercer título mundial enlaza con la tránsito del barcelonista hacia el olimpo. Un mismo objetivo y dos destinos. Si Messi gana ascenderá el peldaño que le falta para situarse a la derecha de Maradona. Argentina, mientras, se sacudirá definitivamente la sensación de orfandad que le ha acompañado desde que un control antidopaje apartase al Pelusa de su selección.
Sampaoli no trata, siquiera, de disimularlo. "Tuvimos 34 entrenamientos para entender a Messi. (...) Para situar a sus compañeros en relación a él", declaró en una entrevista con FIFA.com.
Y no lo disimula tampoco la fanaticada. El barcelonista ya es, definitivamente, el ídolo indiscutible. Camisetas, caretas, imágenes de Messi como Jesucristo... Apenas un pequeño reducto para una pancarta del "Movimiento de Liberación Maradoniano" en las afueras del estadio, porque la presencia del Pelusa, recurrente en otros Mundiales, ha quedado ladeada.
"Dios" ya no está de moda, los jóvenes se decantan por el "Messías". Aquel al que tanto se ha criticado y se veía como un extraño -nunca jugó como profesional en Argentina-, el que llegó a anunciar que dejaba la Albiceleste tras encajar un nuevo revés en la Copa América Centenario y el que, finalmente, les rescató en Ecuador de una eliminación bochornosa.
Comparado con Maradona, instigado por la presencia de Ronaldo y su espectacular arranque, el "10" se enfrenta a una tarea hercúlea; Debe cargar sobre sus hombros con la ilusión de un país. Un trabajo que no le es ajeno, porque ya lo hizo en dos Copas América y el último Mundial. Pero el balón rodó ladera abajo cuando estaba a punto de alcanzar la cumbre.
Moscú, EFE
¿Se han puesto a la venta camisetas albicelestes que no sean de Messi para este Mundial? A la vista de lo que sucede en el debut del conjunto de Sampaoli en Rusia, no.
Todo gira entorno a la astro de Rosario en Argentina y este sábado, cuando se cumplen exactamente doce años del debut de La Pulga en un Mundial, hay un inusual consenso sobre cuál debe ser la vestimenta.
Da igual a dónde vayas en Moscú. No hay más que camisetas de Messi. Desde la Plaza Roja a los alrededores del moderno estadio del Spartak, miles de "Messis", entorno a 20.000, pasean su esperanza albiceleste.
Y es que el camino de Argentina hacia su tercer título mundial enlaza con la tránsito del barcelonista hacia el olimpo. Un mismo objetivo y dos destinos. Si Messi gana ascenderá el peldaño que le falta para situarse a la derecha de Maradona. Argentina, mientras, se sacudirá definitivamente la sensación de orfandad que le ha acompañado desde que un control antidopaje apartase al Pelusa de su selección.
Sampaoli no trata, siquiera, de disimularlo. "Tuvimos 34 entrenamientos para entender a Messi. (...) Para situar a sus compañeros en relación a él", declaró en una entrevista con FIFA.com.
Y no lo disimula tampoco la fanaticada. El barcelonista ya es, definitivamente, el ídolo indiscutible. Camisetas, caretas, imágenes de Messi como Jesucristo... Apenas un pequeño reducto para una pancarta del "Movimiento de Liberación Maradoniano" en las afueras del estadio, porque la presencia del Pelusa, recurrente en otros Mundiales, ha quedado ladeada.
"Dios" ya no está de moda, los jóvenes se decantan por el "Messías". Aquel al que tanto se ha criticado y se veía como un extraño -nunca jugó como profesional en Argentina-, el que llegó a anunciar que dejaba la Albiceleste tras encajar un nuevo revés en la Copa América Centenario y el que, finalmente, les rescató en Ecuador de una eliminación bochornosa.
Comparado con Maradona, instigado por la presencia de Ronaldo y su espectacular arranque, el "10" se enfrenta a una tarea hercúlea; Debe cargar sobre sus hombros con la ilusión de un país. Un trabajo que no le es ajeno, porque ya lo hizo en dos Copas América y el último Mundial. Pero el balón rodó ladera abajo cuando estaba a punto de alcanzar la cumbre.