Tribunal condena a 30 de cárcel al asesino del sargento Juan Apaza
La Paz, Erbol
El Tribunal Segundo de Sentencia condenó a 30 años de cárcel sin derecho a indulto a Rodrigo Guachalla Layme, declarado culpable de disparar al sargento de Policía, Juan Fernando Apaza Aspi, y causarle la muerte, informó el Ministerio de Gobierno.
La noche del 14 de enero de 2017, el ladrón Rodrigo Guachalla protagonizó un robo armado a una libre cambista cerca al Obelisco de La Paz. El sargento Apaza, quien esperaba para entrar a su turno de guardia en el Banco Central, persiguió al antisocial.
La persecución se dio hasta la calle Comercio, donde en un forcejeo el ladrón disparó al sargento. Una de las balas traspasó de arriba hacia abajo el tronco del policía afectando varios de sus órganos.
El sargento fue auxiliado e internado en el Hospital Obrero, donde fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones, sin embargo, falleció 23 después del atraco por un paro cardiaco.
La muerte del sargento Apaza provocó la consternación de la ciudadanía. La Policía lo honró otorgándole el ascenso póstumo, en reconocimiento por su heroica tarea con el uniforme.
El ladrón fue procesado por los delitos de asesinato y robo agravado, y la justicia le dictó la pena máxima.
El Tribunal Segundo de Sentencia condenó a 30 años de cárcel sin derecho a indulto a Rodrigo Guachalla Layme, declarado culpable de disparar al sargento de Policía, Juan Fernando Apaza Aspi, y causarle la muerte, informó el Ministerio de Gobierno.
La noche del 14 de enero de 2017, el ladrón Rodrigo Guachalla protagonizó un robo armado a una libre cambista cerca al Obelisco de La Paz. El sargento Apaza, quien esperaba para entrar a su turno de guardia en el Banco Central, persiguió al antisocial.
La persecución se dio hasta la calle Comercio, donde en un forcejeo el ladrón disparó al sargento. Una de las balas traspasó de arriba hacia abajo el tronco del policía afectando varios de sus órganos.
El sargento fue auxiliado e internado en el Hospital Obrero, donde fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones, sin embargo, falleció 23 después del atraco por un paro cardiaco.
La muerte del sargento Apaza provocó la consternación de la ciudadanía. La Policía lo honró otorgándole el ascenso póstumo, en reconocimiento por su heroica tarea con el uniforme.
El ladrón fue procesado por los delitos de asesinato y robo agravado, y la justicia le dictó la pena máxima.