Sucre recupera la tranquilidad tras dos semanas de protestas

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció que las protestas estaban promovidas por 'gente de derecha', que a su juicio 'pretendía la desestabilización'.

EFE
La capital de Bolivia, Sucre, vive hoy una jornada tranquila tras quince días de protestas por un conflicto con el Gobierno central sobre los beneficios del gas, que afecta también a una región vecina y que amenaza con resurgir pese al cese temporal de las movilizaciones.


El ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció que tras las protestas promovidas por un comité cívico "estaba gente de derecha", que a su juicio "pretendía la desestabilización del Gobierno de Chuquisaca", en este caso del gobernador Esteban Urquizu, y del alcalde de Sucre, Iván Arciénega.

Romero, en declaraciones a los medios tras una reunión del Ejecutivo en La Paz, aseguró que muchos de los asistentes a las movilizaciones "se han replegado" al advertir esa intencionalidad "política".

Las declaraciones del ministro llegan después de que el martes un cabildo, una multitudinaria concentración en una plaza de Sucre, pidiera el cese en un plazo máximo de tres días del gobernador y del alcalde, por considerar que traicionaron la causa ciudadana.

El pedido se produjo poco después de que el Gobierno central presentara un estudio técnico que determina que el yacimiento de hidrocarburos, principalmente gas, de Incahuasi, que es el motivo del conflicto, se encuentra en su totalidad en la vecina región de Santa Cruz, la mayor y más próspera de Bolivia.



El Comité Cívico de Intereses de Chuquisaca, promotor de las protestas, anunció que pese al cese temporal de las movilizaciones, proseguirá la lucha, al rechazar el estudio y reclamar una "conciliación" con Santa Cruz para recibir beneficios, al defender que el yacimiento también está en territorio chuquisaqueño.

Uno de los signos de la vuelta por ahora a la normalidad fue la reanudación este miércoles de las clases en centros educativos de Chuquisaca, tras días de suspensión en medio de bloqueos de las principales avenidas de Sucre y de las carreteras que comunican la capital con el resto del país, incluido el acceso a su aeropuerto.

Según datos del Gobierno central, Sucre, con unos 300.000 habitantes y sede del poder judicial en Bolivia, tuvo unas pérdidas del equivalente a unos 600.000 dólares por la caída durante estos días del turismo en la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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