Once razones por las que ‘Vengadores: Infinity war’ ha tenido el mayor estreno de la historia
La decimonovena película de Marvel supera a 'Star Wars' o 'Fast and Furious' en su primer fin de semana
Eneko Ruiz Jiménez
Madrid, El País
Ni los dinosaurios de Jurassic World, ni los coches de The Fast and The Furious, ni los Jedi de Star Wars. Han sido los superhéroes Marvel quienes han logrado uno de los récords más codiciados. La cifra habla por sí sola: 531 millones de euros en tres días han convertido a Vengadores: Infinity War en el mayor estreno mundial de la historia.
Lo ha logrado sin contar con mercados como Rusia y China, que en 2017 dieron la marca —que hasta este domingo estaba vigente, 541 millones— a la octava película de persecuciones de Vin Diesel. Los números de estos vengadores son estratosféricos y demuestran, una vez más que Marvel sabe lo que busca su público, guste más o menos. Audiencia que se ha mantenido fiel desde que el 30 de abril de 2008 calzó una armadura a Robert Downey Jr. a ritmo de AC/DC. 10 años desde "¡Yo soy Iron Man!". 19 películas desde que Samuel L. Jackson mencionó la "iniciativa Vengadores". Con 12.000 millones de euros recaudados en total, y refrendando su trono como la franquicia más taquillera de la historia, todavía tienen récords por romper.
¿Cuáles son los motivos de que el público siga enganchado a las películas de superhéroes? ¿Cuál es la fórmula Marvel? Varios expertos desgranan las razones por las que Vengadores: Infinity war se ha convertido en tal éxito.
Disney sabe lo que hace y conoce a su público
No es casualidad que en el ranquin estadounidense, la recaudación de Vengadores 3 haya destronado a los primeros tres días de Star Wars: El despertar de la fuerza (que sumó 247 millones de dólares). Disney contra Disney. Durante una década, Bob Iger lo había apostado todo al dominio del universo. El presidente de Disney gastó alrededor de 15.000 millones para reunir bajo el castillo de Cenicienta marcas como Pixar, Marvel y Star Wars.
Aprendió una fórmula: repetir lo que le gusta al espectador una y otra vez con secuelas y derivados. Aprovechar marcas conocidas para brindar películas para todos los públicos y familiares donde crear universos compartidos de los que retroalimentarse. Con Marvel simplemente dejaron hacer al productor Kevin Feige y avanzaron.
Para Elisa McClauscand, periodista y autora del libro Wonder Woman, el feminismo como superpoder (Errata Naturae), el éxito de la marca se complementa con que "la cultura de 'lo friki' ha pasado a ser mainstream", ya sea como algo natural o estrategia comercial. Lo que hace unos años era visto como minoritario, es hoy lo que da de comer a la industria. No buscan autores, sino marcas. La próxima compra: Fox, y, de rebote, los universos de Avatar, Patrulla X, Cuatro Fantásticos o Los Simpson.
Es el mercado
El principal argumento de Álvaro Pons, máxima autoridad del cómic en España, nace del contexto en el que se estrena: "Vivimos un tiempo donde las películas no se crean, se confeccionan directamente para ser la más taquillera de la historia. Frente a la larga permanencia de récords de las películas de los cincuenta o sesenta, hoy los récords son efímeros: duran lo que tarde en estrenarse el nuevo megablockbuster del momento. Llevamos casi dos décadas donde el récord de 'película más taquillera' en sus variantes se rompe cada seis meses, coincidiendo con estrenos navideños o veraniegos. No creo que sea mérito especial de las películas en sí, sino del modelo de entretenimiento que se ha generado".
Venderlo como gran evento tras el que nada será igual
Como lo resume McClauscand: "la constante necesidad de eventos" para atraer al público a las salas. Lo hizo Avatar. Lo hizo Star Wars. Y lo hace Marvel una y otra vez. Así anunciaba ya en su día sus tebeos. El márquetin lo subrayaba desde el principio. Todos los actores, fueran principales o secundarios, se reunían para decir adiós y promocionar la película mientras aplaudían al seguidor.
Este no era un capítulo más de una historia que empezaba (como aparentaba ser Justice League, filme del otro universo al que ya ha superado en la taquilla norteamericana y está a punto de igualar en la global). Era un evento épico donde algunos personajes podrían despedirse tras 10 años de recorrido. El final del camino, la series finale. Incluso adelantaron el estreno norteamericano para evitar spoilers (y lograr el codiciado récord). Al final la promoción era mentira, sí, pero ya estábamos convencidos. El filme, pese a su espectacularidad y jolgorio, solo es medio capítulo que se cerrará con la cuarta entrega de Vengadores. Puro disfrute con muchos focos y acción.
La planificación de 10 años
Lo resume el dibujante David Baldeón (Santander, 1976), responsable ahora del título de Dominó: "Me gustaría muchísimo ver la pared de Marvel Studios en la que Kevin Feige tiene planificado todo el panorama, solo por averiguar cómo demonios lo han hecho. Infinity War se aprovecha maravillosamente de ser la cúspide de 10 años de narración seriada a escala mastodóntica, del hecho de que conocemos y queremos a los personajes, de que los hemos visto crecer y desarrollarse...". Lo comparte Cels Piñol, creador de Fanhunter que lleva toda su carrera parodiando el género en sus cómics: "Recoge lo sembrado encariñando a los personajes con los espectadores".
El cariño a los personajes
Infinity War no se esfuerza demasiado en presentar al elenco. Se da por hecho que el Capitán América, Star-Lord o Thor ya tienen al público en el bolsillo. Como en una serie de televisión, abren su casa y los acompañan al final del viaje. Los Russo dan aquí a varios de ellos una capa de profundidad más allá de la gracieta (y ponen en primer plano a secundarios como Mantis, Shuri y Halcón), aunque el foco era otro.
Dado que mucho estaba contado ya, era el momento de presentar a Thanos, villano en la sombra hasta el momento y verdadero protagonista de esta entrega. Marvel, criticada por sus villanos de cartón piedra, se había centrado hasta ahora en narrar el camino del héroe. Eso requería tiempo. Pero el villano (o incluso antihéroe) creado por Jim Starlin (entre sueños de ácido y clases de psicología) es lo contrario. Incluso acabas comprando sus lógicas razones para hacer el mal y destruir a la mitad del universo, incluso te acabas identificando con él. Y no hay nada mejor que eso.
No esconden lo que son
"No tiene complejos", apunta Piñol. Si algo ha hecho bien Marvel es no disfrazarse de otra cosa y contar a sus fanáticos lo que son, ya fuera en Comic-con o por las redes sociales. Eso lo trasladan, asimismo, al cariño por sus seguidores, con vídeos homenajes y constante interacción: "Hay toneladas de cariño", argumenta Baldeón: "Se nota en los protagonistas, en los actores...". La camaradería ha sido marca de la casa y mecanismo promocional en cientos de entrevistas.
Respeto al cómic
El material serializado ya existía, así que a veces solo hacía falta tomarlo y seguir los parámetros. Julián Clemente, editor Marvel en Panini España, cree que todo estaba escrito: "Logran reproducir en el público del cine el mismo proceso educativo que tuvieron los lectores de superhéroes en décadas. En los sesenta, aparecieron los personajes, luego la interconexión entre ellos y finalmente, ya en los ochenta, los grandes eventos.
Primero compraron su colección favorita, luego otras colecciones conectadas, y finalmente los eventos en que todos esos héroes participaban. El cine de superhéroes ha corrido tanto y ha conseguido llegar tan lejos que podemos equipararlo a los tebeos de superhéroes que se hacían hace treinta años. El público que sigue ahora las películas está tan educado y desarrollado en la afición como pudiéramos estarlo nosotros cuando teníamos doce años y compramos el primer número de Secret Wars", donde los héroes Marvel se unían en un macroevento para luchar por el universo.
A partir de ese momento, los cruces fueron la tónica general cada verano en las viñetas, hasta que en 1990 llegó El Guantelete del Infinito: "El material original es importante. Marvel debería darle a Jim Starlin la mitad de la recaudación. ¡Esos silencios! ¡Esos primeros planos!", apunta Baldeón, que subraya la grandeza de esos clásicos donde Thanos ya hacía de las suyas con una profundidad extraña de ver en otros lugares. ¿Es esto bueno para el tebeo? "Alguno de los tropocientosmil que han ido a la peli caerá en los tebeos, seguro", confía Baldeón. Pepe Larraz, dibujante de Vengadores: sin rendición, no es tan optimista: "Nunca se traslada a los tebeos. Ahora todo el mundo es tan de Batman y no se ha leído ni un cómic suyo", apunta antes de volver a las viñetas Marvel que no le dejan tiempo para ir al cine.
El universo original
Ha habido muchos intentos de crear universos compartidos tras el éxito de Los Vengadores, pero el público cinematográfico no se ha dejado embaucar con tanta facilidad. Marvel lo tenía bien preparado y atado, si bien es verdad que cuando puso su primera semilla en Iron Man, todo se podía haber desmoronado. La franquicia del Capitán América de los hermanos Russo (directores televisivos hasta ese momento) podría haber resultado un desastre; los actores elegidos podrían no haber sido adecuados, y apuestas inesperadas como Guardianes de la Galaxia de James Gunn podrían no haber despegado en taquilla. Pero todo salió bien y fueron progresando paso a paso, vendiendo al público una marca a la que cada vez era más fiel. Ni siquiera se nota en el mercado el resentimiento que viven las terceras partes.
Otras lo han intentado copiar sin éxito. Antes del estreno de La Momia, Universal ya tenía reparto para sus monstruos (Javier Bardem como el monstruo de Frankenstein, Russel Crowe como Jekyll, Johnny Depp a lo Hombre Invisible...), pero cuando Tom Cruise fracasó, todo se fue al garete. Del mismo modo, DC no ha acabado de convencer con su irregular estrategia. Todas las elecciones comerciales de Batman v. Superman y Liga de la Justicia suenan erróneas, alejadas del público general. Transformers, Cazafantasmas... Muchas ideas, poca realidad. Crear un universo de 19 entregas exitosas no es tan sencillo.
La serialización en pantalla grande
Esa es una de las otras razones que da McCausland. En una época en la que las series comen terreno al cine, las películas nunca acaban. Y el final de esta es la mejor muestra. "Es una serie de 19 capítulos, que dura 10 años", explica Larraz: "Es por eso que la gente adora las pelis pero la mayoría no puede citarte un director más allá de Whedon, ni tararear una melodía de la banda sonora. No les importa. Importan los personajes y su desarrollo. Es una constante en los cómics Marvel, el personaje sobrevive al creador. En el cine esto es una dinámica más propia de una serie de televisión y, si hablamos en jerga de Juego de Tronos, Infinity War es el capítulo nueve. El grande, la batalla y con el elemento que más atrae: por fin mata".
El éxito de Black Panther
La última aventura de Marvel en la gran pantalla ha sido un fenómeno cultural de masas que acaba de superar la recaudación de los 1.200 millones de Star Wars: los últimos Jedi. Su viaje a África ha abierto un discurso de integración en los taquillazos que se ha aprovechado, mientras todavía estaba en cartelera, en Vengadores: Infinity war, que sitúa su final de fiesta en la propia Wakanda, con varios de sus personajes. Esta sincronía ha ayudado a que la película del rey africano de Ryan Coogler vuelva a ser quinta en la cartelera estadounidense. De momento se mantiene como la película Marvel más taquillera. Ellos, y la Capitana Marvel, son el futuro.
Es buena
Esta razón llega más de las entrañas y la subjetividad. Algunos de los expertos van a lo sencillo, a lo básico del cine. David Baldeón así lo cree: "Cuando la espectacularidad visual se pone al servicio de la espectacularidad narrativa, salen piezas como esta". Clemente pone otra puntilla: "Es la mar de entretenida y espectacular". Y Piñol lo remata: "La épica está muy bien representada y en perfecto equilibrio con el drama y la comedia. No es previsible. Sabe sorprender. Qué buena es, joder". Aunque eso no siempre es válido para triunfar. Por desgracia.
Eneko Ruiz Jiménez
Madrid, El País
Ni los dinosaurios de Jurassic World, ni los coches de The Fast and The Furious, ni los Jedi de Star Wars. Han sido los superhéroes Marvel quienes han logrado uno de los récords más codiciados. La cifra habla por sí sola: 531 millones de euros en tres días han convertido a Vengadores: Infinity War en el mayor estreno mundial de la historia.
Lo ha logrado sin contar con mercados como Rusia y China, que en 2017 dieron la marca —que hasta este domingo estaba vigente, 541 millones— a la octava película de persecuciones de Vin Diesel. Los números de estos vengadores son estratosféricos y demuestran, una vez más que Marvel sabe lo que busca su público, guste más o menos. Audiencia que se ha mantenido fiel desde que el 30 de abril de 2008 calzó una armadura a Robert Downey Jr. a ritmo de AC/DC. 10 años desde "¡Yo soy Iron Man!". 19 películas desde que Samuel L. Jackson mencionó la "iniciativa Vengadores". Con 12.000 millones de euros recaudados en total, y refrendando su trono como la franquicia más taquillera de la historia, todavía tienen récords por romper.
¿Cuáles son los motivos de que el público siga enganchado a las películas de superhéroes? ¿Cuál es la fórmula Marvel? Varios expertos desgranan las razones por las que Vengadores: Infinity war se ha convertido en tal éxito.
Disney sabe lo que hace y conoce a su público
No es casualidad que en el ranquin estadounidense, la recaudación de Vengadores 3 haya destronado a los primeros tres días de Star Wars: El despertar de la fuerza (que sumó 247 millones de dólares). Disney contra Disney. Durante una década, Bob Iger lo había apostado todo al dominio del universo. El presidente de Disney gastó alrededor de 15.000 millones para reunir bajo el castillo de Cenicienta marcas como Pixar, Marvel y Star Wars.
Aprendió una fórmula: repetir lo que le gusta al espectador una y otra vez con secuelas y derivados. Aprovechar marcas conocidas para brindar películas para todos los públicos y familiares donde crear universos compartidos de los que retroalimentarse. Con Marvel simplemente dejaron hacer al productor Kevin Feige y avanzaron.
Para Elisa McClauscand, periodista y autora del libro Wonder Woman, el feminismo como superpoder (Errata Naturae), el éxito de la marca se complementa con que "la cultura de 'lo friki' ha pasado a ser mainstream", ya sea como algo natural o estrategia comercial. Lo que hace unos años era visto como minoritario, es hoy lo que da de comer a la industria. No buscan autores, sino marcas. La próxima compra: Fox, y, de rebote, los universos de Avatar, Patrulla X, Cuatro Fantásticos o Los Simpson.
Es el mercado
El principal argumento de Álvaro Pons, máxima autoridad del cómic en España, nace del contexto en el que se estrena: "Vivimos un tiempo donde las películas no se crean, se confeccionan directamente para ser la más taquillera de la historia. Frente a la larga permanencia de récords de las películas de los cincuenta o sesenta, hoy los récords son efímeros: duran lo que tarde en estrenarse el nuevo megablockbuster del momento. Llevamos casi dos décadas donde el récord de 'película más taquillera' en sus variantes se rompe cada seis meses, coincidiendo con estrenos navideños o veraniegos. No creo que sea mérito especial de las películas en sí, sino del modelo de entretenimiento que se ha generado".
Venderlo como gran evento tras el que nada será igual
Como lo resume McClauscand: "la constante necesidad de eventos" para atraer al público a las salas. Lo hizo Avatar. Lo hizo Star Wars. Y lo hace Marvel una y otra vez. Así anunciaba ya en su día sus tebeos. El márquetin lo subrayaba desde el principio. Todos los actores, fueran principales o secundarios, se reunían para decir adiós y promocionar la película mientras aplaudían al seguidor.
Este no era un capítulo más de una historia que empezaba (como aparentaba ser Justice League, filme del otro universo al que ya ha superado en la taquilla norteamericana y está a punto de igualar en la global). Era un evento épico donde algunos personajes podrían despedirse tras 10 años de recorrido. El final del camino, la series finale. Incluso adelantaron el estreno norteamericano para evitar spoilers (y lograr el codiciado récord). Al final la promoción era mentira, sí, pero ya estábamos convencidos. El filme, pese a su espectacularidad y jolgorio, solo es medio capítulo que se cerrará con la cuarta entrega de Vengadores. Puro disfrute con muchos focos y acción.
La planificación de 10 años
Lo resume el dibujante David Baldeón (Santander, 1976), responsable ahora del título de Dominó: "Me gustaría muchísimo ver la pared de Marvel Studios en la que Kevin Feige tiene planificado todo el panorama, solo por averiguar cómo demonios lo han hecho. Infinity War se aprovecha maravillosamente de ser la cúspide de 10 años de narración seriada a escala mastodóntica, del hecho de que conocemos y queremos a los personajes, de que los hemos visto crecer y desarrollarse...". Lo comparte Cels Piñol, creador de Fanhunter que lleva toda su carrera parodiando el género en sus cómics: "Recoge lo sembrado encariñando a los personajes con los espectadores".
El cariño a los personajes
Infinity War no se esfuerza demasiado en presentar al elenco. Se da por hecho que el Capitán América, Star-Lord o Thor ya tienen al público en el bolsillo. Como en una serie de televisión, abren su casa y los acompañan al final del viaje. Los Russo dan aquí a varios de ellos una capa de profundidad más allá de la gracieta (y ponen en primer plano a secundarios como Mantis, Shuri y Halcón), aunque el foco era otro.
Dado que mucho estaba contado ya, era el momento de presentar a Thanos, villano en la sombra hasta el momento y verdadero protagonista de esta entrega. Marvel, criticada por sus villanos de cartón piedra, se había centrado hasta ahora en narrar el camino del héroe. Eso requería tiempo. Pero el villano (o incluso antihéroe) creado por Jim Starlin (entre sueños de ácido y clases de psicología) es lo contrario. Incluso acabas comprando sus lógicas razones para hacer el mal y destruir a la mitad del universo, incluso te acabas identificando con él. Y no hay nada mejor que eso.
No esconden lo que son
"No tiene complejos", apunta Piñol. Si algo ha hecho bien Marvel es no disfrazarse de otra cosa y contar a sus fanáticos lo que son, ya fuera en Comic-con o por las redes sociales. Eso lo trasladan, asimismo, al cariño por sus seguidores, con vídeos homenajes y constante interacción: "Hay toneladas de cariño", argumenta Baldeón: "Se nota en los protagonistas, en los actores...". La camaradería ha sido marca de la casa y mecanismo promocional en cientos de entrevistas.
Respeto al cómic
El material serializado ya existía, así que a veces solo hacía falta tomarlo y seguir los parámetros. Julián Clemente, editor Marvel en Panini España, cree que todo estaba escrito: "Logran reproducir en el público del cine el mismo proceso educativo que tuvieron los lectores de superhéroes en décadas. En los sesenta, aparecieron los personajes, luego la interconexión entre ellos y finalmente, ya en los ochenta, los grandes eventos.
Primero compraron su colección favorita, luego otras colecciones conectadas, y finalmente los eventos en que todos esos héroes participaban. El cine de superhéroes ha corrido tanto y ha conseguido llegar tan lejos que podemos equipararlo a los tebeos de superhéroes que se hacían hace treinta años. El público que sigue ahora las películas está tan educado y desarrollado en la afición como pudiéramos estarlo nosotros cuando teníamos doce años y compramos el primer número de Secret Wars", donde los héroes Marvel se unían en un macroevento para luchar por el universo.
A partir de ese momento, los cruces fueron la tónica general cada verano en las viñetas, hasta que en 1990 llegó El Guantelete del Infinito: "El material original es importante. Marvel debería darle a Jim Starlin la mitad de la recaudación. ¡Esos silencios! ¡Esos primeros planos!", apunta Baldeón, que subraya la grandeza de esos clásicos donde Thanos ya hacía de las suyas con una profundidad extraña de ver en otros lugares. ¿Es esto bueno para el tebeo? "Alguno de los tropocientosmil que han ido a la peli caerá en los tebeos, seguro", confía Baldeón. Pepe Larraz, dibujante de Vengadores: sin rendición, no es tan optimista: "Nunca se traslada a los tebeos. Ahora todo el mundo es tan de Batman y no se ha leído ni un cómic suyo", apunta antes de volver a las viñetas Marvel que no le dejan tiempo para ir al cine.
El universo original
Ha habido muchos intentos de crear universos compartidos tras el éxito de Los Vengadores, pero el público cinematográfico no se ha dejado embaucar con tanta facilidad. Marvel lo tenía bien preparado y atado, si bien es verdad que cuando puso su primera semilla en Iron Man, todo se podía haber desmoronado. La franquicia del Capitán América de los hermanos Russo (directores televisivos hasta ese momento) podría haber resultado un desastre; los actores elegidos podrían no haber sido adecuados, y apuestas inesperadas como Guardianes de la Galaxia de James Gunn podrían no haber despegado en taquilla. Pero todo salió bien y fueron progresando paso a paso, vendiendo al público una marca a la que cada vez era más fiel. Ni siquiera se nota en el mercado el resentimiento que viven las terceras partes.
Otras lo han intentado copiar sin éxito. Antes del estreno de La Momia, Universal ya tenía reparto para sus monstruos (Javier Bardem como el monstruo de Frankenstein, Russel Crowe como Jekyll, Johnny Depp a lo Hombre Invisible...), pero cuando Tom Cruise fracasó, todo se fue al garete. Del mismo modo, DC no ha acabado de convencer con su irregular estrategia. Todas las elecciones comerciales de Batman v. Superman y Liga de la Justicia suenan erróneas, alejadas del público general. Transformers, Cazafantasmas... Muchas ideas, poca realidad. Crear un universo de 19 entregas exitosas no es tan sencillo.
La serialización en pantalla grande
Esa es una de las otras razones que da McCausland. En una época en la que las series comen terreno al cine, las películas nunca acaban. Y el final de esta es la mejor muestra. "Es una serie de 19 capítulos, que dura 10 años", explica Larraz: "Es por eso que la gente adora las pelis pero la mayoría no puede citarte un director más allá de Whedon, ni tararear una melodía de la banda sonora. No les importa. Importan los personajes y su desarrollo. Es una constante en los cómics Marvel, el personaje sobrevive al creador. En el cine esto es una dinámica más propia de una serie de televisión y, si hablamos en jerga de Juego de Tronos, Infinity War es el capítulo nueve. El grande, la batalla y con el elemento que más atrae: por fin mata".
El éxito de Black Panther
La última aventura de Marvel en la gran pantalla ha sido un fenómeno cultural de masas que acaba de superar la recaudación de los 1.200 millones de Star Wars: los últimos Jedi. Su viaje a África ha abierto un discurso de integración en los taquillazos que se ha aprovechado, mientras todavía estaba en cartelera, en Vengadores: Infinity war, que sitúa su final de fiesta en la propia Wakanda, con varios de sus personajes. Esta sincronía ha ayudado a que la película del rey africano de Ryan Coogler vuelva a ser quinta en la cartelera estadounidense. De momento se mantiene como la película Marvel más taquillera. Ellos, y la Capitana Marvel, son el futuro.
Es buena
Esta razón llega más de las entrañas y la subjetividad. Algunos de los expertos van a lo sencillo, a lo básico del cine. David Baldeón así lo cree: "Cuando la espectacularidad visual se pone al servicio de la espectacularidad narrativa, salen piezas como esta". Clemente pone otra puntilla: "Es la mar de entretenida y espectacular". Y Piñol lo remata: "La épica está muy bien representada y en perfecto equilibrio con el drama y la comedia. No es previsible. Sabe sorprender. Qué buena es, joder". Aunque eso no siempre es válido para triunfar. Por desgracia.