LEVANTE 5-BARCELONA 4 / El Levante se carga el récord y el Barça evita la humillación
El Barça llegó a perder por 5-1 y reaccionó de manera insuficiente de la mano de un Coutinho enorme que no pudo conjurar a Boateng
Santi Giménez
As
La aspiración de la Liga perfecta del Barça se acabó en Orriols en un partido tan loco como colosal en el que el Barça pasó de rozar la humillación a quedarse a las puertas de una remontada épica. Llegó a perder el equipo blaugrana por 5-1 y acabó cayendo por 5-4 en una noche en el que Boateng reinó para los locales, mientras que el Barça, sin Messi, se encomendó a un Coutinho que tiró del carro asumiendo los galones de gran jugador.
El Barcelona se descosió en las áreas, que es precisamente donde se ha sustentado durante la temporada. Sin Messi en ataque y con la pareja Mina-Vermaelen en el eje de la defensa, el equipo de Valverde perdió colmillo al tiempo que su mandíbula queda expuesta a cualquier golpe. El Levante, que lleva dos meses de escándalo, no desaprovechó la ocasión y dominó el encuentro de salida gracias a la inteligencia de Campaña, la clase de Morales y la fuerza de Boateng. El partido de los locales fue un escándalo.
El delantero ghanés anotó el primer gol a los 9 minutos de partido después que Morales retratara a Mina. En medio del desconcierto barcelonista, Bardhi desaprovechó la ocasión de marcar el segundo al chutar al poste tras otra verbena blaugrana en defensa. En el Barça apenas había noticias en ataque más allá de las aventuras de Coutinho.
El partido cambió a los 27 minutos, cuando Vermaelen se lesionó. En el tiempo que tardó Piqué en entrar para sustituirle, el Levante marcó el segundo, de nuevo Boateng, tras volver a dejar en evidencia a Mina. No obstante, fue lo comido por lo servido. Entró Piqué y el Barcelona recobró alma. El central catalán lideró la revuelta de un equipo al que le faltaba corazón y que veía como se le escapaba el récord de partidos invicto sin que diera la impresión de que le importaba.
Una recuperación de Pique permitió a Coutinho marcar el primero del Barcelona y el partido entró en una dinámica de intercambio de golpes donde se sucedieron acciones vertiginosas para disfrute del publico y desesperación de ambos técnicos.
Con 2-1 se llegó al descanso y con un Barça que parecía haber solventado la desconexión inicial. Nada más lejos de la realidad. En la reanudación, el Levante se merendó al Barça en cinco minutos. A los 30 segundos de la segunda parte, Bardhi aprovechó una pelota perdida por Jordi Alba que Mina, de nuevo, no supo corregir para marcar un golazo desde fuera del área. Con el equipo ya groggy, un contragolpe del Levante culminado por Boateng supuso el cuarto de un levante desmelenado que olió sangre y fue a por la presa sin piedad. Con la defensa bien situada y los delanteros esperando su oportunidad, el partido estaba justo donde quería el Levante. Bardhi marcó el quinto a los 56 en otra jugada de contragolpe para enseñar en las escuelas.
El Barça era un guiñapo irreconocible que ya no luchaba por un récord, luchaba ya por evitar una humillación. Coutinho marcó el segundo decretando un estado de locura en el que los barcelonistas ya se lo jugaban a cara o cruz. O remontada heroica o una paliza memorable. Denis y Alcácer entraron para tratar de cambiar las cosas y el Barça remó para curar su orgullo. Coutinho marco el tercero y Suárez el cuarto de penalti cuando faltaban 20 minutos para el final. El Levante aguantó la embestida e incluso pudo marcar algún gol en unos minutos finales de infarto en el que el Barça acabó perdiendo su primer partido tras 43 encuentros, aunque se salvó de un varapalo histórico.
Santi Giménez
As
La aspiración de la Liga perfecta del Barça se acabó en Orriols en un partido tan loco como colosal en el que el Barça pasó de rozar la humillación a quedarse a las puertas de una remontada épica. Llegó a perder el equipo blaugrana por 5-1 y acabó cayendo por 5-4 en una noche en el que Boateng reinó para los locales, mientras que el Barça, sin Messi, se encomendó a un Coutinho que tiró del carro asumiendo los galones de gran jugador.
El Barcelona se descosió en las áreas, que es precisamente donde se ha sustentado durante la temporada. Sin Messi en ataque y con la pareja Mina-Vermaelen en el eje de la defensa, el equipo de Valverde perdió colmillo al tiempo que su mandíbula queda expuesta a cualquier golpe. El Levante, que lleva dos meses de escándalo, no desaprovechó la ocasión y dominó el encuentro de salida gracias a la inteligencia de Campaña, la clase de Morales y la fuerza de Boateng. El partido de los locales fue un escándalo.
El delantero ghanés anotó el primer gol a los 9 minutos de partido después que Morales retratara a Mina. En medio del desconcierto barcelonista, Bardhi desaprovechó la ocasión de marcar el segundo al chutar al poste tras otra verbena blaugrana en defensa. En el Barça apenas había noticias en ataque más allá de las aventuras de Coutinho.
El partido cambió a los 27 minutos, cuando Vermaelen se lesionó. En el tiempo que tardó Piqué en entrar para sustituirle, el Levante marcó el segundo, de nuevo Boateng, tras volver a dejar en evidencia a Mina. No obstante, fue lo comido por lo servido. Entró Piqué y el Barcelona recobró alma. El central catalán lideró la revuelta de un equipo al que le faltaba corazón y que veía como se le escapaba el récord de partidos invicto sin que diera la impresión de que le importaba.
Una recuperación de Pique permitió a Coutinho marcar el primero del Barcelona y el partido entró en una dinámica de intercambio de golpes donde se sucedieron acciones vertiginosas para disfrute del publico y desesperación de ambos técnicos.
Con 2-1 se llegó al descanso y con un Barça que parecía haber solventado la desconexión inicial. Nada más lejos de la realidad. En la reanudación, el Levante se merendó al Barça en cinco minutos. A los 30 segundos de la segunda parte, Bardhi aprovechó una pelota perdida por Jordi Alba que Mina, de nuevo, no supo corregir para marcar un golazo desde fuera del área. Con el equipo ya groggy, un contragolpe del Levante culminado por Boateng supuso el cuarto de un levante desmelenado que olió sangre y fue a por la presa sin piedad. Con la defensa bien situada y los delanteros esperando su oportunidad, el partido estaba justo donde quería el Levante. Bardhi marcó el quinto a los 56 en otra jugada de contragolpe para enseñar en las escuelas.
El Barça era un guiñapo irreconocible que ya no luchaba por un récord, luchaba ya por evitar una humillación. Coutinho marcó el segundo decretando un estado de locura en el que los barcelonistas ya se lo jugaban a cara o cruz. O remontada heroica o una paliza memorable. Denis y Alcácer entraron para tratar de cambiar las cosas y el Barça remó para curar su orgullo. Coutinho marco el tercero y Suárez el cuarto de penalti cuando faltaban 20 minutos para el final. El Levante aguantó la embestida e incluso pudo marcar algún gol en unos minutos finales de infarto en el que el Barça acabó perdiendo su primer partido tras 43 encuentros, aunque se salvó de un varapalo histórico.