La formación de Gobierno en Italia encalla en la figura del ministro de Economía
Paolo Savona, propuesto por La Liga, no convence al presidente de la República, quien teme que su hostilidad al euro y a la Alemania de Merkel ponga en peligro el anclaje de Italia a las instituciones europeas
Lorena Pacho
Roma, El País
Este sábado Italia ha igualado su propio récord de 82 días sin Gobierno. Salvo en 1992, hasta que el socialista Giuliano Amato juró su cargo como primer ministro, el país transalpino nunca había llegado a ese umbral en la historia reciente. Todo apunta a que en esta ocasión lo superará. Cuando parecía que la formación de un nuevo Ejecutivo estaba encaminada —tras el acuerdo entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga en proponer al jurista Giuseppe Conte como primer ministro—, un escollo con nombre propio ha varado el proceso. Se trata de Paolo Savona, el euroescéptico profesor que la Liga sugiere para ocupar el Ministerio de Economía.
Esta figura no convence al presidente de la República, Sergio Mattarella, quien teme que su hostilidad al euro y a la Alemania de Merkel —que equipara con el tercer Reich de Adolf Hitler—, ponga en peligro el anclaje de Italia a las instituciones europeas. Sin embargo, el líder de La Liga, Matteo Salvini, ve en eso mismo un envite estratégico. Es el primer desencuentro con las instituciones del inminente Gobierno antiestablishment.
Después de la reunión informal del viernes entre el casi seguro primer ministro Conte y el presidente de la República, Salvini escribió en sus redes sociales un escueto y enigmático mensaje: “Estoy realmente cabreado”, lo que traducido al lenguaje político significa que Mattarella no tiene ninguna intención de dar un paso atrás en su postura contra el nombramiento del euroescéptico Savona y así se lo reafirmó el presidente de Italia a Conte en ese encuentro. Este sábado por la mañana, Salvini ha rechazado la idea de elegir a un ministro de Economía “que vaya bien” a Alemania, a través de un mensaje en Twitter en el que criticaba varias publicaciones satíricas de diarios alemanes sobre la situación italiana.
Tras horas de silencio, Salvini anunció por la tarde que presentaría a Giuseppe Conte una lista con todos los ministros propuestos por La Liga “listos para trabajar”. No dejó claro si en ese listado seguirá apareciendo el nombre de Savona o no, pero por sus palabras parece que su órdago se mantiene acentuándose así la presión sobre el presidente de la República. “Ya hemos dado suficientes pasos atrás; hemos hecho todo lo que podíamos hacer”, se limitó a apuntar. Y envió un mensaje velado a Mattarella: “Si alguien sigue ralentizando este proceso de cambio haciendo saltar 15 días de trabajo y sacrificio, seguiré cabreado”. Por "hacer saltar", Salvini entiende romper los acuerdos y volver a las urnas. También lanzó un eslogan: “Será una fractura entre los salones del poder y el pueblo italiano”.
Poco después llegó una suerte de mediación internacional. El presidente francés, Emmanuel Macron, telefoneó a Giuseppe Conte para trasladarle “sus mejores deseos” para el nuevo Gobierno y mantener un “fructífero intercambio sobre las principales perspectivas de las políticas económicas y sociales europeas de ambos países”, tal y como explicó el italiano a través de sus perfiles en las redes sociales.
Mientras, el líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, y el presidente de la Cámara de diputados, Roberto Fico, se han limitado a comentar que deshacer la maraña sobre el nombre de los ministros corresponde exclusivamente al encargado de formar Gobierno y al presidente de la República. Otros exponentes de la formación como Alessandro di Battista echaron más gasolina al fuego. “El presidente de la República tiene todo el derecho a concordar algunos ministros con el presidente del Gobierno, pero poner vetos sobre el ministro de Economía, a pesar del excelente currículum que tiene, es inaceptable”, declaró a los medios.
Lorena Pacho
Roma, El País
Este sábado Italia ha igualado su propio récord de 82 días sin Gobierno. Salvo en 1992, hasta que el socialista Giuliano Amato juró su cargo como primer ministro, el país transalpino nunca había llegado a ese umbral en la historia reciente. Todo apunta a que en esta ocasión lo superará. Cuando parecía que la formación de un nuevo Ejecutivo estaba encaminada —tras el acuerdo entre el Movimiento 5 Estrellas y la Liga en proponer al jurista Giuseppe Conte como primer ministro—, un escollo con nombre propio ha varado el proceso. Se trata de Paolo Savona, el euroescéptico profesor que la Liga sugiere para ocupar el Ministerio de Economía.
Esta figura no convence al presidente de la República, Sergio Mattarella, quien teme que su hostilidad al euro y a la Alemania de Merkel —que equipara con el tercer Reich de Adolf Hitler—, ponga en peligro el anclaje de Italia a las instituciones europeas. Sin embargo, el líder de La Liga, Matteo Salvini, ve en eso mismo un envite estratégico. Es el primer desencuentro con las instituciones del inminente Gobierno antiestablishment.
Después de la reunión informal del viernes entre el casi seguro primer ministro Conte y el presidente de la República, Salvini escribió en sus redes sociales un escueto y enigmático mensaje: “Estoy realmente cabreado”, lo que traducido al lenguaje político significa que Mattarella no tiene ninguna intención de dar un paso atrás en su postura contra el nombramiento del euroescéptico Savona y así se lo reafirmó el presidente de Italia a Conte en ese encuentro. Este sábado por la mañana, Salvini ha rechazado la idea de elegir a un ministro de Economía “que vaya bien” a Alemania, a través de un mensaje en Twitter en el que criticaba varias publicaciones satíricas de diarios alemanes sobre la situación italiana.
Tras horas de silencio, Salvini anunció por la tarde que presentaría a Giuseppe Conte una lista con todos los ministros propuestos por La Liga “listos para trabajar”. No dejó claro si en ese listado seguirá apareciendo el nombre de Savona o no, pero por sus palabras parece que su órdago se mantiene acentuándose así la presión sobre el presidente de la República. “Ya hemos dado suficientes pasos atrás; hemos hecho todo lo que podíamos hacer”, se limitó a apuntar. Y envió un mensaje velado a Mattarella: “Si alguien sigue ralentizando este proceso de cambio haciendo saltar 15 días de trabajo y sacrificio, seguiré cabreado”. Por "hacer saltar", Salvini entiende romper los acuerdos y volver a las urnas. También lanzó un eslogan: “Será una fractura entre los salones del poder y el pueblo italiano”.
Poco después llegó una suerte de mediación internacional. El presidente francés, Emmanuel Macron, telefoneó a Giuseppe Conte para trasladarle “sus mejores deseos” para el nuevo Gobierno y mantener un “fructífero intercambio sobre las principales perspectivas de las políticas económicas y sociales europeas de ambos países”, tal y como explicó el italiano a través de sus perfiles en las redes sociales.
Mientras, el líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, y el presidente de la Cámara de diputados, Roberto Fico, se han limitado a comentar que deshacer la maraña sobre el nombre de los ministros corresponde exclusivamente al encargado de formar Gobierno y al presidente de la República. Otros exponentes de la formación como Alessandro di Battista echaron más gasolina al fuego. “El presidente de la República tiene todo el derecho a concordar algunos ministros con el presidente del Gobierno, pero poner vetos sobre el ministro de Economía, a pesar del excelente currículum que tiene, es inaceptable”, declaró a los medios.