F1 | GP DE ESPAÑA | Pole estratosférica de Hamilton con Alonso 8º y Carlos Sainz 9º

Bottas segundo y Vettel, tercero. Primera vez del asturiano en la Q3 esta temporada, tanto él como Carlos mejoraron el puesto de sus compañeros.


Manuel Franco
As
Una bandera de España, una camiseta de McLaren, una gorra de Kimoa. Pero, sobre todo, Esther tiene una teoría. "Si se clasifica entre los siete primeros y llueve en la carrera, que va a llover, Alonso puede ganar". Ha hecho unos miles de kilómetros en coche desde Granada, se quedan en un camping cercano al circuito, pero no tiene miedo al agua, ya se empaparon en el pasado gran premio en Spa en 2017. Es optimismo puro. Cree en los milagros.


El último fue hace cinco años, cuando Alonso llevaba un coche rojo italiano, Artus Mas era el president de la Generalitat, en el podio había bellas azafatas del Santander y sonaba el himno nacional mientras un asturiano miraba al cielo emocionado. Era diferente, pero no todo era tan distinto. Los dos Mercedes partían en primera línea, como ahora, aquella vez Fernando salía quinto y ganó la carrera sobre todo por talento, por cómo adelantó a la vez a Hamilton y Raikkonen en la primera vuelta, la manera en la que voló con una estrategia arriesgada que salió bien. De entonces queda el talento… Cinco años sin ganar. Este sábado, en Barcelona, se caminó un pequeño paso para llegar a la utopía. Cinco grandes premios después, por primera vez esta temporada, entró en la Q3. Cinco a cero con su compañero Vandoorne. También Carlos Sainz llegó al lugar donde se la juegan los mejores con Hulkenberg en el box por problemas en su coche. Alonso y Sainz, con las gradas repletas de aficionados que aún creen que pueden lograrlo. ¿Qué seríamos sin fe en los sueños?

Porque sueños son cuando tienen dos coches aún en construcción y lejos de las tres escuderías que ahora viven en el ático de la Fórmula 1. Hubo un atisbo de dudas cuando a falta de la vuelta final de la Q3, Alonso era sexto. Le llamaron maestro desde el muro, hablaron de vuelta colosal. Pero…

Mientras batía todos los récords Hamilton volaba con un Mercedes que solo él sabe llevar de esa manera, con los Red Bull cerca y Ferrari algo detrás. Faltaba el momento más importante del sábado, la vuelta en la que todos los coches deben estar perfectos y los pilotos ajustarse a la perfección. Y ahí manda Hamilton. El campeón del mundo regresa a la pole, la número 74 para él, la segunda de esta temporada. Justo tras el inglés su compañero Valtteri Bottas, después los dos Ferrari con Vettel por delante de Raikkonen, los Red Bull (dos milésimas mejor Verstappen que Ricciardo) y a partir de ahí la batalla en la que pelean con navajas lejos de los misiles.

Magnussen, una décima mejor que Alonso, finalmente octavo, un puesto mejor que Sainz. Magnífica sesión clasificatoria de los españoles, haciendo el máximo de lo que pueden sus coches. El asturiano con una estrategia diferente. Igual que aquella vez. ¿Y si lloviera? ¿Y si existieran los milagros? Imposible. Aunque Esther sigue creyendo… ¿qué seríamos sin esas personas que creen que podemos?

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