En 2011, un docente de la Udabol renunció por el honoris causa a Evo
Consideró la entrega de este título como un acto 'indignante', por lo que vio que era inaceptable continuar con su cátedra en esa casa de estudios superiores, que ayer entregó el mismo título a García Linera.
Página Siete Digital / La Paz
En 2011, el presidente Evo Morales recibió el título de doctor honoris causa de parte de la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol), que anoche dio el mismo título al vicepresidente Álvaro García Linera, y, por ese motivo, un docente decidió renunciar a la cátedra en esa casa de estudios superiores.
Se trata del docente Enrique Fernández García, quien consideró de “inaceptable trabajar en una institución que ha condecorado al máximo responsable de tropelías” como el “autoritarismo, corrupción y agresiones judiciales”.
A través de una carta, el docente calificó como un acto “indignante” el haber entregado el honoris causa a Morales, debido a que en más de una ocasión censuró públicamente las actuaciones de los oficialistas, pues consideró que “éstos han servido sólo para multiplicar las miserias bolivianas”.
A continuación lea in extenso la carta de renuncia del docente Fernández García.
Santa Cruz de la Sierra, 14 de junio de 2011
Señor
Dr. Fernando Cuellar Núñez
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Universidad de Aquino Bolivia (Udabol)
Presente.-
Referencia: Por un acto indignante, anuncio alejamiento definitivo de la Udabol
De una cosa estoy seguro: nunca traicionaré mi propósito ni por rechazos, ni por favores, ni por alabanzas, ni por críticas.
Ugo Foscolo
Estimado Dr. Cuellar:
En febrero del año 2009, usted tuvo la gentileza de invitarme a ejercer el profesorado. Conjeturo que mi predilección por las tareas del intelecto, así como nuestro vínculo personal, influyó en esa decisión. Desde luego, tomando en cuenta la seriedad que ha mostrado usted a lo largo de los años, no dudé un solo instante y acepté su desafío. Ante todo, me impulsaba el deseo de contribuir al espíritu crítico, pues, como es sabido, muchos estudiantes son formados sin sentir ningún apego hacia éste. Es cierto que debemos preocuparnos por la preparación científica, técnica, estrictamente académica; sin embargo, no podemos desdeñar esa falta de individuos dispuestos a cuestionar su realidad.
Por desgracia, el reconocimiento que hizo anoche Martín Dockweiler a Juan Evo Morales Ayma vuelve inviable, de manera definitiva, mi permanencia en la Udabol. Pasa que, como recordará, además de docente, soy un opositor insobornable al Gobierno. Desde la perspectiva del liberalismo, doctrina que profeso con orgullo, tengo más de una razón para vilipendiar a un régimen caracterizado por la corrupción, el autoritarismo y las agresiones judiciales. En más de una ocasión, del modo más enfático posible, censuré públicamente las actuaciones de los oficialistas, pues considero que éstos han servido sólo para multiplicar las miserias bolivianas. Teniendo esa convicción, la cual defiendo a ultranza, resultaría inaceptable trabajar en una institución que ha condecorado al máximo responsable de tales tropelías. Un mínimo de coherencia me deja sin alternativas. Siendo un intelectual que, como explicó Arthur Koestler, aspiro a demostrar todo aquello en lo que creo y de creer todo aquello que puedo demostrar, la única opción posible es el alejamiento.
Naturalmente, no deseo causarle perjuicios mayores. Ello hace que, conforme a lo convenido al comienzo del semestre, permanezca ejerciendo mis funciones hasta concluir esta primera parte de la gestión 2011. Cumplido este deber, lo que sucederá en pocas semanas, nada me ligará a la Universidad. No obstante, me quedaré con el recuerdo de su confianza, bien preciado en estos tiempos marcados por la envidia y las mezquindades. Asimismo, permanecerá en la memoria el gran número de universitarios que supieron soportar mis ocurrencias. Creo que nuestro ataque a la mediocridad fue meritorio.
Sin más que agregar, me despido deseándole una posteridad libre de angustias.
Atentamente,
Enrique Fernández García
Página Siete Digital / La Paz
En 2011, el presidente Evo Morales recibió el título de doctor honoris causa de parte de la Universidad de Aquino Bolivia (Udabol), que anoche dio el mismo título al vicepresidente Álvaro García Linera, y, por ese motivo, un docente decidió renunciar a la cátedra en esa casa de estudios superiores.
Se trata del docente Enrique Fernández García, quien consideró de “inaceptable trabajar en una institución que ha condecorado al máximo responsable de tropelías” como el “autoritarismo, corrupción y agresiones judiciales”.
A través de una carta, el docente calificó como un acto “indignante” el haber entregado el honoris causa a Morales, debido a que en más de una ocasión censuró públicamente las actuaciones de los oficialistas, pues consideró que “éstos han servido sólo para multiplicar las miserias bolivianas”.
A continuación lea in extenso la carta de renuncia del docente Fernández García.
Santa Cruz de la Sierra, 14 de junio de 2011
Señor
Dr. Fernando Cuellar Núñez
Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas
Universidad de Aquino Bolivia (Udabol)
Presente.-
Referencia: Por un acto indignante, anuncio alejamiento definitivo de la Udabol
De una cosa estoy seguro: nunca traicionaré mi propósito ni por rechazos, ni por favores, ni por alabanzas, ni por críticas.
Ugo Foscolo
Estimado Dr. Cuellar:
En febrero del año 2009, usted tuvo la gentileza de invitarme a ejercer el profesorado. Conjeturo que mi predilección por las tareas del intelecto, así como nuestro vínculo personal, influyó en esa decisión. Desde luego, tomando en cuenta la seriedad que ha mostrado usted a lo largo de los años, no dudé un solo instante y acepté su desafío. Ante todo, me impulsaba el deseo de contribuir al espíritu crítico, pues, como es sabido, muchos estudiantes son formados sin sentir ningún apego hacia éste. Es cierto que debemos preocuparnos por la preparación científica, técnica, estrictamente académica; sin embargo, no podemos desdeñar esa falta de individuos dispuestos a cuestionar su realidad.
Por desgracia, el reconocimiento que hizo anoche Martín Dockweiler a Juan Evo Morales Ayma vuelve inviable, de manera definitiva, mi permanencia en la Udabol. Pasa que, como recordará, además de docente, soy un opositor insobornable al Gobierno. Desde la perspectiva del liberalismo, doctrina que profeso con orgullo, tengo más de una razón para vilipendiar a un régimen caracterizado por la corrupción, el autoritarismo y las agresiones judiciales. En más de una ocasión, del modo más enfático posible, censuré públicamente las actuaciones de los oficialistas, pues considero que éstos han servido sólo para multiplicar las miserias bolivianas. Teniendo esa convicción, la cual defiendo a ultranza, resultaría inaceptable trabajar en una institución que ha condecorado al máximo responsable de tales tropelías. Un mínimo de coherencia me deja sin alternativas. Siendo un intelectual que, como explicó Arthur Koestler, aspiro a demostrar todo aquello en lo que creo y de creer todo aquello que puedo demostrar, la única opción posible es el alejamiento.
Naturalmente, no deseo causarle perjuicios mayores. Ello hace que, conforme a lo convenido al comienzo del semestre, permanezca ejerciendo mis funciones hasta concluir esta primera parte de la gestión 2011. Cumplido este deber, lo que sucederá en pocas semanas, nada me ligará a la Universidad. No obstante, me quedaré con el recuerdo de su confianza, bien preciado en estos tiempos marcados por la envidia y las mezquindades. Asimismo, permanecerá en la memoria el gran número de universitarios que supieron soportar mis ocurrencias. Creo que nuestro ataque a la mediocridad fue meritorio.
Sin más que agregar, me despido deseándole una posteridad libre de angustias.
Atentamente,
Enrique Fernández García