El Movimiento 5 Estrellas y La Liga negocian el nombre de un primer ministro para Italia

Las dos formaciones 'antiestablishment' han pedido tiempo hasta el lunes para pulir un acuerdo de Gobierno sin precedentes en Europa

Daniel Verdú
Florencia, El País
Dos meses y seis días después de las elecciones, Italia amaneció por primera vez con un horizonte de Gobierno menos borroso. Tras el paso a un lado de Silvio Berlusconi a última hora del miércoles, que ha permitido a La Liga —su principal aliado en la coalición de centroderecha— negociar por su cuenta un Ejecutivo con el Movimiento 5 Estrellas (M5S), el país se prepara para ver el nacimiento de su primer Gobierno antiestablishment. Toda la presión —y esa es parte de la jugada de Berlusconi— es ahora para ambos partidos, que estuvieron reunidos todo el jueves buscando los puntos de encuentro en sus programas para firmar un contrato de Gobierno que solo depende de ellos. “Necesitamos paciencia porque uniremos dos programas que no siempre son compatibiles”, admite el propio Di Maio. Estos son los ingredientes de un cocktail de lepenismo, trumpismo de baja intensidad y democracia directa que no tendría precedentes en Europa.


Discurso 'Antiestablishment'

La Liga y el M5S son optimistas y ya lanzan comunicados conjuntos celebrando los pasos “positivos”. Pero faltan elementos clave, como el nombre de la persona que se pondrá al frente del Gobierno, que debería recaer en una figura de consenso capaz de cabalgar sobre un artefacto que entrelaza las políticas de un partido xenófobo y soberanista y las de otro de corte populista. Su mera insinuación entusiasma a personajes como el exasesor de Donald Trump, Steve Bannon, la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen o el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán. Los ejes principales están claros: políticas contra la inmigración, seguridad, simplificación de procesos y bajada de impuestos.

La receta, como era de esperar, no entusiasma a las instituciones ni al establishment italiano: empezando por el propio presidente de la república, Sergio Mattarella. Él —a quien ambos partidos han pedido una prórroga hasta el lunes próximo— inauguró este jueves en Florencia el encuentro europeo The State of The Union y en su discurso cargó duramente contra los soberanismos que torpedean a la Unión Europea y tratan de resolver individualmente grandes problemas como el de las fronteras, corriente que encarna sin complejos La Liga de Matteo Salvini. Una narrativa "soberanista preparada para proponer soluciones seductoras e inaplicables (…). Ante todo esto, pensar que un país puede hacerlo solo es pura ilusión o, peor, engaño consciente a la opinión pública”.

Una bomba contra el Euro

Justamente, ese es uno de los puntos en los que suelen coincidir los discursos del M5S y La Liga. Durante los últimos cinco años han puesto sistemáticamente bajo sospecha las políticas de la Unión Europea y han diseñado apresuradas estrategias individuales en política exterior. Ambas formaciones han propuesto abrir la puerta de salida de la UE y poner a Italia en posición de salida de la moneda única. El M5S flirteaba hasta hace algunas semanas con la idea de hacerlo a través de un referéndum, pero a medida que se ha acercado al poder ha rebajado el tono. La Liga, simplemente, pensaba hacerlo a través de una votación presidencial. Ambos bloques se han caracterizado en los últimos años por su antiamericanismo y su cercanía con Rusia, pero en ese apartado los grillinos han realizado un último viraje hacia los aliados de la OTAN. Especialmente después del ataque a Siria de EE UU, Francia y Reino Unido. Algo que también generó cierta distancia, ya que Salvini se opuso radicalmente a ello.

Bajada de impuestos V.S renta mínima

En materia económica, en cambio, el guirigay surgido de la fusión de ambos programas es formidable. Sus propuestas estrella están en las antípodas y, en el fondo, son un reflejo de la composición sociológica y geográfica de su electorado. La de La Liga es un tipo fijo de IRPF del 15%. Para todo el mundo. Y eso incomoda sobremanera al M5S, que lo ve como un guiño claro a los ricos y los votantes del norte. En cambio, los grillinos lanzaron un efectivo misil electoral basado en la promesa de una renta básica de inclusión (para los desocupados con ingresos menores a 780 euros). Un plan difícilmente realizable (costaría unos 30.000 millones de euros) que, además, pone los pelos de punta a los votantes de La Liga, que lo consideran un subsidio innecesario para el sur de Italia, el principal caladero de los grillinos.

Rebaja en la edad de las pensiones

La buena noticia para el romance en ciernes es que ambos partidos defienden la derogación de la ley Fornero, la reforma de las pensiones aprobada por el Partido Democrático (PD) que, entre otras cosas, ampliaba la edad de jubilación (su supresión costaría unos 20.000 millones de euros anuales). La promesa les ha proporcionado un buen puñado de votos a cada una. Lo mismo que la abolición de la reforma laboral, llevada a cabo también por Matteo Renzi durante sus mil días de Gobierno y que ha producido alrededor de un millón de puestos de trabajo (más de la mitad temporales). En realidad, les une todo lo que suene desmontar algún proyecto del ex primer ministro toscano.

Cerrojo contra la Inmigración

El meteórico ascenso de La Liga en los últimos tiempos se debe a su agresiva campaña contra la inmigración. Un discurso que también el M5S, oscilante en tantas cosas, han ido asumiendo para responder a la demanda de una sociedad alarmada con la llegada masiva de migrantes en los últimos años. En plena crisis, el partido apunta también a las expulsiones masivas y el propio Di Maio llamó a las ONG que operan en el Mediterráneo “taxistas del mar”. De modo que no será difícil que haya un acuerdo en un aspecto que cambiará radicalmente la política migratoria de Italia.

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