El Marsella, en la prórroga, rival del Atlético en la final de Lyon
Rolando marcó en el 116’ al rematar un córner que lo no era. El Salzburgo forzó la prórroga con goles de Haidara y Sarr, éste en propia puerta.
Javier Hernandez
As
Rolando, un defensa de Cabo Verde nacionalizado portugués, metió al Marsella en la final de la Europa League, en la que se medirá al Atlético. Rolando marcó gol al rematar un córner en el minuto 116, jugada polémica que decidió el partido porque el árbitro, confundido, señaló córner cuando en realidad no lo era, porque el remate de Anguissa tocó en un compañero suyo y no un defensor del Salzburgo.
Como en la eliminatoria anterior el Salzburgo había sido capaz de levantar el 4-2 que el Lazio traía de Roma, contrarrestar el 2-0 de ventaja del Marsella no parecía un imposible. Con presión alta, no dejando que los mediocentros se diesen media vuelta con el balón, con faltas e interrupciones, el Marsella, minimizó al Salzburgo. Nada que ver este Marsella de Rudi García con el Roma que él mismo entrenaba hace unos años y que practicaba un fútbol de lo más vistoso de Europa.
Transcurrido los veinte primeros minutos ni Salzburgo ni Marsella habían tirado entre los tres palos. Tampoco a la media hora. Ni en todo el primer tiempo. Sólo un disparo de Sanson (16’) desde la frontal del área que salió más de un metro desviado dio sensación de peligro.
El 2-0 de la ida en favor del Marsella debía apremiar al Salzburgo a buscar la portería contraria. Necesitaba mínimo dos goles para tener la más mínima opción. Sólo la rapidez de Guldbransen ponía en apuros a Amavi, mientras que buscarle la espalda a Sarr era la opción en la que más insistía el equipo austríaco. En el Marsella, Payet ponía la calidad, y Thauvin las internadas por banda.
Futbolísticamente la primera parte no ofreció nada. La segunda, sí. Y desde el inicio. Dos ocasiones seguidas de Ocampos (46’) y Germain (49’) daban a imaginar que el Marsella había decidido sentenciar la eliminatoria, pero en el 53’ llegó el gol de Haidara. Fue una acción individual del centrocampista maliense, que se fue de tres contrarios por el carril central, rompiendo líneas y definiendo con un punterazo. Aprovechó el único desajuste defensivo del Lazio para, en el primer remate a portería del partido, poner el 1-0 y subir la emoción de la eliminatoria. Con otro gol habría prórroga.
Y a esas se llegó cuando, en el 65’, un remate de Schlager, que se iba fuera, fue tocado ligeramente con la punta del pie por Sarr al intentar despejar y lo introdujo en su portería. Ahora sí, el Salzburgo había conjugado loa ventaja que llevaba el Marsella y la eliminatoria esataba plenamente igualada
En el 71, el coreano Hee Chan tuvo el 3-0, pero una buena parada de Pelé lo evitó. Replicó el Marsella con un cabezazo de Thauvin al larguero. Pidió penalti el Marsella por una mano de Caleta-Car al interceptar un centro de Thauvin. Apretó el Marsella y en el 89’ a punto estuvo de encontrar premio en un cabezazo de Njie. Al final, 2-0 en los 90 minutos y paso a la prórroga.
En el 99’, Pelé salvó al Marsella al sacar un cabezazo de Caleta-Car. Insistió el Marsella y encontró el premio mayor en una jugada afortunada para ellos y desgraciada para el Salzburgo y el árbitro, pues el córner que remató Rolando nunca debió haberse concedido.
As
Rolando, un defensa de Cabo Verde nacionalizado portugués, metió al Marsella en la final de la Europa League, en la que se medirá al Atlético. Rolando marcó gol al rematar un córner en el minuto 116, jugada polémica que decidió el partido porque el árbitro, confundido, señaló córner cuando en realidad no lo era, porque el remate de Anguissa tocó en un compañero suyo y no un defensor del Salzburgo.
Como en la eliminatoria anterior el Salzburgo había sido capaz de levantar el 4-2 que el Lazio traía de Roma, contrarrestar el 2-0 de ventaja del Marsella no parecía un imposible. Con presión alta, no dejando que los mediocentros se diesen media vuelta con el balón, con faltas e interrupciones, el Marsella, minimizó al Salzburgo. Nada que ver este Marsella de Rudi García con el Roma que él mismo entrenaba hace unos años y que practicaba un fútbol de lo más vistoso de Europa.
Transcurrido los veinte primeros minutos ni Salzburgo ni Marsella habían tirado entre los tres palos. Tampoco a la media hora. Ni en todo el primer tiempo. Sólo un disparo de Sanson (16’) desde la frontal del área que salió más de un metro desviado dio sensación de peligro.
El 2-0 de la ida en favor del Marsella debía apremiar al Salzburgo a buscar la portería contraria. Necesitaba mínimo dos goles para tener la más mínima opción. Sólo la rapidez de Guldbransen ponía en apuros a Amavi, mientras que buscarle la espalda a Sarr era la opción en la que más insistía el equipo austríaco. En el Marsella, Payet ponía la calidad, y Thauvin las internadas por banda.
Futbolísticamente la primera parte no ofreció nada. La segunda, sí. Y desde el inicio. Dos ocasiones seguidas de Ocampos (46’) y Germain (49’) daban a imaginar que el Marsella había decidido sentenciar la eliminatoria, pero en el 53’ llegó el gol de Haidara. Fue una acción individual del centrocampista maliense, que se fue de tres contrarios por el carril central, rompiendo líneas y definiendo con un punterazo. Aprovechó el único desajuste defensivo del Lazio para, en el primer remate a portería del partido, poner el 1-0 y subir la emoción de la eliminatoria. Con otro gol habría prórroga.
Y a esas se llegó cuando, en el 65’, un remate de Schlager, que se iba fuera, fue tocado ligeramente con la punta del pie por Sarr al intentar despejar y lo introdujo en su portería. Ahora sí, el Salzburgo había conjugado loa ventaja que llevaba el Marsella y la eliminatoria esataba plenamente igualada
En el 71, el coreano Hee Chan tuvo el 3-0, pero una buena parada de Pelé lo evitó. Replicó el Marsella con un cabezazo de Thauvin al larguero. Pidió penalti el Marsella por una mano de Caleta-Car al interceptar un centro de Thauvin. Apretó el Marsella y en el 89’ a punto estuvo de encontrar premio en un cabezazo de Njie. Al final, 2-0 en los 90 minutos y paso a la prórroga.
En el 99’, Pelé salvó al Marsella al sacar un cabezazo de Caleta-Car. Insistió el Marsella y encontró el premio mayor en una jugada afortunada para ellos y desgraciada para el Salzburgo y el árbitro, pues el córner que remató Rolando nunca debió haberse concedido.
