EE UU cierra filas con Israel y acusa a Irán de alimentar la violencia

Francia y Reino Unido exigen ante el Consejo de Seguridad que se investigue el uso de munición contra civiles palestinos

Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Estados Unidos cierra filas entorno a Israel. "Ningún país habría actuado con más contención", afirmó ante Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la embajadora Nikki Haley al referirse al baño de sangre en Gaza durante las protestas por la inauguración de su embajada en Jerusalén. La representante de la Administración que preside Donald Trump aprovechó para señalar a Irán como responsable de la tensión en Oriente, con su apoyo a "los terroristas" de Hamás.


El debate, convocado con carácter de emergencia a petición de Kuwait, arrancó guardando un minuto de silencia en memoria del más de un centenar de víctimas en esta oleada de violencia desde final de marzo. El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ya se declaró “profundamente alarmado” con la situación de tensión y pidió expresamente a las autoridades de Israel que “calibren” el uso de la fuerza contra los manifestantes.

Nickolay Mladenov, coordinador especial para el proceso de Paz en Oriente Medio, participó por vídeoconferencia desde Jerusalén. “No hay excusa para los asesinatos”, condenó dirigiéndose a las dos partes en conflicto, “y menos para la causa de la paz”. “El enojo de la población, si no se canaliza de una manera constructiva, llevará a más destrucción”, dijo al referirse a la frustración creciente de los palestinos, “hay que dar un paso al frente e impedir la guerra”.

Kuwait, que ocupa en nombre de los países árabes un asiento en este órgano de la ONU hasta 2019, hizo circular en la víspera de la reunión un borrador de declaración en el que condenaba la matanza de civiles y solicitaba una investigación que permita depurar responsabilidades. EE UU lo bloqueó y ahora busca que como alternativa se adopte una resolución que garantice la protección de los civiles, "para que Israel se responsabilice como fuerza ocupante".

Israel también pide al Consejo de Seguridad que se pronuncie, pero en su caso el embajador Danny Danon considera que debe hacerlo para condenar que Hamás esté provocando a miles de palestinos a que comentan actos de violencia contra civiles israelíes al “incitarles a traspasar la frontera” de Gaza. “No hay nada pacífico en estas protestas”, reiteró, “el traslado de la embajada es una excusa”. Así defendió el derecho de cualquier país de defenderse “ante un movimiento planificado por Hamás”.

Estados Unidos, su principal aliado en la ONU, también responsabiliza directamente Hamás por la masacre. "Está encantada con los resultados de ayer [lunes]", afirmó la embajadora Nikki Haley, "que nadie se equivoque". Reiteró, así mismo, que el traslado de la embajada a Jerusalén no supone un cambio en el proceso de paz. "Es lo correcto, es nuestro derecho y debe ser una causa de celebración", insistió, "la paz solo se puede lograr si se reconoce la realidad".

Karen Pierce, representante de Reino Unido, reconoció el derecho de Israel a defenderse, pero se mostró partidaria de investigar de una manera independiente la conducta de sus fuerzas militares. "El volumen de munición utilizado no se puede ignorar", declaró. Su homólogo francés, François Delattre, advierte de que se vive una situación “muy próxima a la de una tormenta perfecta”. “Condenamos los disparos indiscriminados a manifestantes", dijo, "esto solo refuerza a los radicales”.

El enviado de las Naciones Unidas insistió durante el debate en que la actual situación pone de manifiesto “la urgente necesidad” de llegar a una solución política del conflicto. El secretario general de la ONU reiteró el lunes que la única alternativa “viable” es la solución de los dos Estados, “con Palestina e Israel viviendo como vecinos en paz y Jerusalén como capital”. El temor es que esta escalada degenere en un conflicto religioso que desestabilice toda la región.

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