Cottarelli no presenta su lista de ministros y crece la hipótesis de elecciones en julio en Italia
Todos los partidos italianos comunican que no apoyarían el Ejecutivo técnico propuesto por Mattarella y reclaman que se vuelva a votar antes del verano
Daniel Verdú
Roma, El País
Italia estaba preparada para asistir al nacimiento de un cadáver político. Un Ejecutivo de fachada compuesto por 12 ministros técnicos, bajo el mando del economista Carlo Cottarelli, que iba a afrontar el rechazo de todos los partidos en las cámaras y que debería dimitir al día siguiente. Tenía que presentar a su equipo a las 16.30 en el Palacio del Quirinal y ser nombrado en el cargo. Pero en el último minuto, el futuro primer ministro ha salido por otra puerta sin dar la lista que se esperaba y dando la impresión de que todo se iba por enésima vez al garete. No hay gobierno. Ni siquiera técnico. Y eso, apuntan fuentes parlamentarias, aboca a Italia a adelantar las elecciones previstas al próximo julio.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, está cada vez más solo mientras el país se dirige hacia el centro de una tormenta económica y política preocupante. No hay precedentes para todo lo que ha sucedido en las últimas semanas. Su respuesta al bloqueo del Gobierno de Movimiento 5 Estrellas (M5S) y Liga no contaba con el respaldo de ninguna formación. Ni siquiera el PD, que durante el día había dicho que se iba a abstener en la votación en las cámaras. Para acabar de tensar la situación, este fin de semana, en una serie de movilizaciones sin precedentes, saldrá a al calle para manifestarse en contra y a favor de Mattarella. Justo en el día que se celebra la fiesta de la República.
El Gobierno que había diseñado Cottarelli –mañana por la mañana deberá confirmar si sigue adelante o renuncia al cargo- contaba con nombres que ya estaban en la lista de la coalición entre Liga y M5S. Pero, sobre todo, incluía figuras que Mattarella ya tenía en mente cuando la negociación entre ambos partidos empezó y siempre pesó sobre ella la sombra del fracaso. El llamado Plan B del presidente consistía exactamente en lo que querían presentar por la tarde: un Ejecutivo técnico que asegurase las cuentas, aprobase la ley de Prespuestos en diciembre y convocase elecciones en enero. La diferencia es que no hubiera podido llegar a esa fecha y los comicios deberían celebrarse inmediatamente después de las vacaciones de agosto.
Pero el Plan B de Mattarella, que Cottarelli no había discutido con los grupos políticos antes de presentarlo, como suele hacerse, irrita todavía más a los votantes de Liga y M5S, que lo consideran una ofensa democrática. Y el problema no es solo con las fuerzas ganadoras de las elecciones. Este tipo de Ejecutivos no tiene buena fama y a las puertas de unas elecciones, ni siquiera el PD, el único partido que había mostrado abiertamente su apoyo al presidente de la República, votaría a favor en el Parlamento para no comprometerse con sus electores. “Aplicaremos una abstención benévola”, señalan fuentes del partido de Matteo Renzi, pensando más en clave electoral que institucional. Mattarella, a quien los obispos salieron a defender de los ataques que está recibiendo en las redes sociales, se quedaría solo a bordo del barco hasta las elecciones.
Y este elemento y muchos otros cargan de motivos a quienes enarbolan estos días la teoría de que en Italia se ha producido un golpe de Estado de los poderes económicos. Más si se atiende a los comentarios que han llegado de Bruselas por boca de Günther Oettinger, comisario Europeo de Programación y Presupuestos, que ha considerado que los mercados enseñarán a votar a los italianos. Gasolina para el fuego que alimenta la rabia populista que amenaza estos días con arrasar en las próximas elecciones –M5S y Liga podrían concurrir juntos a los comicios-. De hecho, una simulación realizada por el Corriere della Sera, basada en la suma de los colegios electorales obtenidos por Liga y Movimiento 5 Estrellas en las pasadas elecciones, les otorga prácticamente todo el país.
El desencuentro institucional alrededor de la figura del presidente de la República se ha trasladado también a la calle. El M5S ha convocado una manifestación para el sábado, fiesta de la República Italiana, para protestar contra la decisión de Mattarellla de rechazar a Savona como ministro de Economía. No es un día cualquiera. El sábado es una jornada donde el presidente suele ser el único protagonista, tanto que pasea en un coche descapotable desde el Palacio del Quirinal hasta la Plaza de Venecia para hacer la ofrenda floral. La falta de respeto institucional, descaradamente intencionada, es absoluta.
Además, La Liga ha anunciado que ha reservado 1.000 plazas de Italia para explicar a los ciudadanos su desencuentro con el presidente. También recogerán firmas para pedir que su figura se elegida en adelante a través de una votación directa y no parlamentaria. Es decir, otro hachazo a la credibilidad de Mattarella, que se convierte en el primer presidente sobre el que pesa la sombra de la duda. El PD, desaparecido en combate durante todo este proceso, ha convocado también a sus militantes a las calles el viernes para defender al presidente.
Daniel Verdú
Roma, El País
Italia estaba preparada para asistir al nacimiento de un cadáver político. Un Ejecutivo de fachada compuesto por 12 ministros técnicos, bajo el mando del economista Carlo Cottarelli, que iba a afrontar el rechazo de todos los partidos en las cámaras y que debería dimitir al día siguiente. Tenía que presentar a su equipo a las 16.30 en el Palacio del Quirinal y ser nombrado en el cargo. Pero en el último minuto, el futuro primer ministro ha salido por otra puerta sin dar la lista que se esperaba y dando la impresión de que todo se iba por enésima vez al garete. No hay gobierno. Ni siquiera técnico. Y eso, apuntan fuentes parlamentarias, aboca a Italia a adelantar las elecciones previstas al próximo julio.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, está cada vez más solo mientras el país se dirige hacia el centro de una tormenta económica y política preocupante. No hay precedentes para todo lo que ha sucedido en las últimas semanas. Su respuesta al bloqueo del Gobierno de Movimiento 5 Estrellas (M5S) y Liga no contaba con el respaldo de ninguna formación. Ni siquiera el PD, que durante el día había dicho que se iba a abstener en la votación en las cámaras. Para acabar de tensar la situación, este fin de semana, en una serie de movilizaciones sin precedentes, saldrá a al calle para manifestarse en contra y a favor de Mattarella. Justo en el día que se celebra la fiesta de la República.
El Gobierno que había diseñado Cottarelli –mañana por la mañana deberá confirmar si sigue adelante o renuncia al cargo- contaba con nombres que ya estaban en la lista de la coalición entre Liga y M5S. Pero, sobre todo, incluía figuras que Mattarella ya tenía en mente cuando la negociación entre ambos partidos empezó y siempre pesó sobre ella la sombra del fracaso. El llamado Plan B del presidente consistía exactamente en lo que querían presentar por la tarde: un Ejecutivo técnico que asegurase las cuentas, aprobase la ley de Prespuestos en diciembre y convocase elecciones en enero. La diferencia es que no hubiera podido llegar a esa fecha y los comicios deberían celebrarse inmediatamente después de las vacaciones de agosto.
Pero el Plan B de Mattarella, que Cottarelli no había discutido con los grupos políticos antes de presentarlo, como suele hacerse, irrita todavía más a los votantes de Liga y M5S, que lo consideran una ofensa democrática. Y el problema no es solo con las fuerzas ganadoras de las elecciones. Este tipo de Ejecutivos no tiene buena fama y a las puertas de unas elecciones, ni siquiera el PD, el único partido que había mostrado abiertamente su apoyo al presidente de la República, votaría a favor en el Parlamento para no comprometerse con sus electores. “Aplicaremos una abstención benévola”, señalan fuentes del partido de Matteo Renzi, pensando más en clave electoral que institucional. Mattarella, a quien los obispos salieron a defender de los ataques que está recibiendo en las redes sociales, se quedaría solo a bordo del barco hasta las elecciones.
Y este elemento y muchos otros cargan de motivos a quienes enarbolan estos días la teoría de que en Italia se ha producido un golpe de Estado de los poderes económicos. Más si se atiende a los comentarios que han llegado de Bruselas por boca de Günther Oettinger, comisario Europeo de Programación y Presupuestos, que ha considerado que los mercados enseñarán a votar a los italianos. Gasolina para el fuego que alimenta la rabia populista que amenaza estos días con arrasar en las próximas elecciones –M5S y Liga podrían concurrir juntos a los comicios-. De hecho, una simulación realizada por el Corriere della Sera, basada en la suma de los colegios electorales obtenidos por Liga y Movimiento 5 Estrellas en las pasadas elecciones, les otorga prácticamente todo el país.
El desencuentro institucional alrededor de la figura del presidente de la República se ha trasladado también a la calle. El M5S ha convocado una manifestación para el sábado, fiesta de la República Italiana, para protestar contra la decisión de Mattarellla de rechazar a Savona como ministro de Economía. No es un día cualquiera. El sábado es una jornada donde el presidente suele ser el único protagonista, tanto que pasea en un coche descapotable desde el Palacio del Quirinal hasta la Plaza de Venecia para hacer la ofrenda floral. La falta de respeto institucional, descaradamente intencionada, es absoluta.
Además, La Liga ha anunciado que ha reservado 1.000 plazas de Italia para explicar a los ciudadanos su desencuentro con el presidente. También recogerán firmas para pedir que su figura se elegida en adelante a través de una votación directa y no parlamentaria. Es decir, otro hachazo a la credibilidad de Mattarella, que se convierte en el primer presidente sobre el que pesa la sombra de la duda. El PD, desaparecido en combate durante todo este proceso, ha convocado también a sus militantes a las calles el viernes para defender al presidente.