BARCELONA 1-REAL SOCIEDAD 0 / Coutinho regaló un golazo de despedida a Iniesta
Sólo la torpeza de Raúl Navas, con una fea y peligrosa entrada a Dembélé, ensució la despedida perfecta al internacional manchego.
Santi Giménez
As
El partido, por una vez, sobraba. La cuestión era celebrar la despedida de Iniesta y el título de Liga en un ambiente de fiesta en el que ni la Real ni el Barcelona se jugaban nada. Era un día de fin de curso. Y así transcurrió en la mayor parte del duelo, incluso algunos, como Coutinho, contibuyeron a la obra con un golazo de museo que firmó la última victoria del Barça (1-0) que deja al Atlético a 14 puntos y al Madrid a 17 puntos.
Pero en todas las verbenas hay uno que se pasa de listo, de bruto o de torpe y estropea la fiesta. En el Camp Nou ese papel tan lamentable recayó en Raúl Navas, que se salió de madre con una entrada criminal sobre Dembélé que contó con la anuencia de un colegiado que tampoco supo estar a la altura de la fiesta.
Pero volvamos al partido, que fue el telonero de una fiesta dedicada a Iniesta. No tuvo demasiada historia. Era un partido plácido entre dos equipos de toque, con vocación ofensiva y que querían la pelota. Todo iba sobre ruedas hasta que a Raúl Navas se le ocurrió ir a el reventar el tobillo de Dembélé y a partir de ahí el partido se ensució. El árbitro podía haberlo facilitado con una roja, pero prefirió amonestar a los que protestaban y ya nada fue igual.
Sólo la magia de Coutinho, que se inventó un golazo por si solo cuando Dembélé ya estaba con hielo en el banquillo maquillo un espectáculo previo a la despedida de uno de los más grandes.
Santi Giménez
As
El partido, por una vez, sobraba. La cuestión era celebrar la despedida de Iniesta y el título de Liga en un ambiente de fiesta en el que ni la Real ni el Barcelona se jugaban nada. Era un día de fin de curso. Y así transcurrió en la mayor parte del duelo, incluso algunos, como Coutinho, contibuyeron a la obra con un golazo de museo que firmó la última victoria del Barça (1-0) que deja al Atlético a 14 puntos y al Madrid a 17 puntos.
Pero en todas las verbenas hay uno que se pasa de listo, de bruto o de torpe y estropea la fiesta. En el Camp Nou ese papel tan lamentable recayó en Raúl Navas, que se salió de madre con una entrada criminal sobre Dembélé que contó con la anuencia de un colegiado que tampoco supo estar a la altura de la fiesta.
Pero volvamos al partido, que fue el telonero de una fiesta dedicada a Iniesta. No tuvo demasiada historia. Era un partido plácido entre dos equipos de toque, con vocación ofensiva y que querían la pelota. Todo iba sobre ruedas hasta que a Raúl Navas se le ocurrió ir a el reventar el tobillo de Dembélé y a partir de ahí el partido se ensució. El árbitro podía haberlo facilitado con una roja, pero prefirió amonestar a los que protestaban y ya nada fue igual.
Sólo la magia de Coutinho, que se inventó un golazo por si solo cuando Dembélé ya estaba con hielo en el banquillo maquillo un espectáculo previo a la despedida de uno de los más grandes.