Bale ve el cielo abierto ante la llegada de un nuevo entrenador

El galés, que al cierre de esta edición no había puesto ningún mensaje de despedida hacia su exentrenador, no quiere irse ahora.


Guillem Balagué
As
Con la salida de Zidane del banquillo del Madrid, Bale ve el cielo abierto con la llegada de un nuevo entrenador. El galés, que oficializó su enfado en la conferencia de prensa posterior a la final ante el Liverpool (“Creo que tengo que jugar todas las semanas, es algo que siempre he querido hacer y si no puedo conseguirlo en el Madrid, tengo que pensarlo. Ahora tengo tiempo y a ver qué puede suceder en el futuro”, dijo), ve cómo su status puede cambiar en el equipo. Ayer sin ir más lejos, y antes de que se produjera la sorprendente marcha de Zidane, Bale (que al cierre de esta edición no había puesto ningún mensaje de despedida hacia su exentrenador) le dio permiso a su agente, Jonathan Barnett, para que hablase con el Madrid, sobre su valor y el modo en que se le utiliza en el equipo, y también sobre su futuro. Pero dicha reunión no se celebrará durante al menos las dos próximas semanas.


Bale, que estuvo cerca de 20 minutos en el vestuario del Liverpool saludando a excompañeros de equipo y actuales de la selección galesa, no quiere irse del Madrid y el club blanco ha insistido en que no le desea vender. Pero el siguiente paso a dar dependerá de cómo vayan las conversaciones entre Barnett y José Ángel Sánchez, director general del club. El galés se imagina liderando un equipo desde posiciones más centradas, con un técnico que construya al equipo teniéndolo en cuenta como pieza clave: justo donde le ubicó Benítez al comienzo de la campaña 2015-16. El once explotó ante el Betis (segunda jornada de aquella Liga, 5-0), logrando dos goles. El Dragón explicó que se veía “más involucrado en el juego que en la banda”. Este año, por ejemplo, marcó en el Camp Nou irrumpiendo por el centro y fusilando a Ter Stegen...

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