Rodrigo sigue de dulce y coloca al Valencia tercero
Un tanto de Rodrigo en el minuto 6 dio el triunfo al Valencia, que le quita la tercera plaza al Real Madrid.
Conrado Valle
As
Decía Luis Aragonés, que de fútbol sabía un rato, que los equipos se juegan sus objetivos en las últimas diez jornadas. El Valencia llegó a ellas con media Champions en el bolsillo y ahora, a falta de siete, su pelea ya es otra. Con su victoria (sufrida, mucho) ante el Espanyol se coloca tercero en la clasificación, a tres puntos del Atlético y uno por encima del Real Madrid. Marcelino, ahí está su obra, ha logrado que su Valencia esté mirando "a los ojitos" a los equipos madrileños cuando venía de hacerlo con prismáticos en las últimas campañas. Con su triunfo de anoche en Mestalla, suma 25 puntos de los últimos 27 en juego. Ello gracias, entre otros, a un inspirado Rodrigo Moreno, que vio puerta por quinta jornada consecutiva y suma 15 en lo que llevamos de campeonato. Y a Neto, que, como Pau López, hizo que solo se viera un gol.
Y eso que el partido comenzó con sobresalto para los blanquinegros y perjuicio para los blanquiazules. A los 15 segundos Gerard Moreno envió el balón al fondo de la red. Sí, a los 15 segundos. Pero Gil Manzano, a instancias de su linier, lo anuló por fuera de juego. De escuadra y cartabón. De VAR. Vamos, que ni en directo no parecía que lo fuera. El Espanyol se quedaba así con las ganas de romper su sequía goleadora, la cual la arrastró durante el resto de velada (van ya tres partidos sin hacer gol). Y mira que Gerard quiso dejarse ver en Mestalla, al menos durante la primera mitad, en un partido que a buen seguro estaría siguiendo Lopetegui. Lo intentó de cabeza, con la izquierda, la derecha y hasta de falta. Pero Neto dijo uno, el anulado, y no más, santo Tomás.
Por el contrario el Valencia superó a Pau López en la primera que tuvo. Corría el minuto 6 cuando Rodrigo convertía en asistencia una diablura por banda izquierda de Guedes. Mestalla desea no estar viendo las últimas tardes del portugués como blanquinegro, aunque mientras la margarita de su futuro se deshoja, se deleita con sus arrancadas. Y de qué manera. Como el Espanyol disfruta hasta que pueda de Pau López, que tras el gol de Rodrigo se hizo grande en su portería y frenó cuantas acometidas hizo el Valencia. Guedes, Kondogbia, Zaza, Montoya… todos chocaron con el guardameta, que a sus 23 años y terminando contrato en junio, es una ganga de mercado.
El Espanyol, con Quique viéndolo por televisión por enfermedad, aunque pegado al teléfono dando indicaciones, se sentía amo de la pelota, marcando durante fases los tiempos de juego y a solo un gol del Valencia. Su fútbol asociativo le daba para no sentirse en ningún momento inferior al Valencia, si bien, no encontró la fórmula para superar a Neto, decisivo para los suyos como Pau para el Espanyol. Ni con Jurado ni con Granero. Ni con Melendo ni con Baptistao y Sergio García. El Valencia, que cuando pudo matar el partido se encontró con el meta catalán, vivía los más de los minutos del poso que tiene Kondogbia como futbolista y de los impactos de Guedes. Pero no hubo más goles que el de Rodrigo y el Valencia, aún lejos de su mejor versión y con Mestalla empujándole porque veía que en cualquier momento se le iba la victoria, se coloca tercero.
As
Decía Luis Aragonés, que de fútbol sabía un rato, que los equipos se juegan sus objetivos en las últimas diez jornadas. El Valencia llegó a ellas con media Champions en el bolsillo y ahora, a falta de siete, su pelea ya es otra. Con su victoria (sufrida, mucho) ante el Espanyol se coloca tercero en la clasificación, a tres puntos del Atlético y uno por encima del Real Madrid. Marcelino, ahí está su obra, ha logrado que su Valencia esté mirando "a los ojitos" a los equipos madrileños cuando venía de hacerlo con prismáticos en las últimas campañas. Con su triunfo de anoche en Mestalla, suma 25 puntos de los últimos 27 en juego. Ello gracias, entre otros, a un inspirado Rodrigo Moreno, que vio puerta por quinta jornada consecutiva y suma 15 en lo que llevamos de campeonato. Y a Neto, que, como Pau López, hizo que solo se viera un gol.
Y eso que el partido comenzó con sobresalto para los blanquinegros y perjuicio para los blanquiazules. A los 15 segundos Gerard Moreno envió el balón al fondo de la red. Sí, a los 15 segundos. Pero Gil Manzano, a instancias de su linier, lo anuló por fuera de juego. De escuadra y cartabón. De VAR. Vamos, que ni en directo no parecía que lo fuera. El Espanyol se quedaba así con las ganas de romper su sequía goleadora, la cual la arrastró durante el resto de velada (van ya tres partidos sin hacer gol). Y mira que Gerard quiso dejarse ver en Mestalla, al menos durante la primera mitad, en un partido que a buen seguro estaría siguiendo Lopetegui. Lo intentó de cabeza, con la izquierda, la derecha y hasta de falta. Pero Neto dijo uno, el anulado, y no más, santo Tomás.
Por el contrario el Valencia superó a Pau López en la primera que tuvo. Corría el minuto 6 cuando Rodrigo convertía en asistencia una diablura por banda izquierda de Guedes. Mestalla desea no estar viendo las últimas tardes del portugués como blanquinegro, aunque mientras la margarita de su futuro se deshoja, se deleita con sus arrancadas. Y de qué manera. Como el Espanyol disfruta hasta que pueda de Pau López, que tras el gol de Rodrigo se hizo grande en su portería y frenó cuantas acometidas hizo el Valencia. Guedes, Kondogbia, Zaza, Montoya… todos chocaron con el guardameta, que a sus 23 años y terminando contrato en junio, es una ganga de mercado.
El Espanyol, con Quique viéndolo por televisión por enfermedad, aunque pegado al teléfono dando indicaciones, se sentía amo de la pelota, marcando durante fases los tiempos de juego y a solo un gol del Valencia. Su fútbol asociativo le daba para no sentirse en ningún momento inferior al Valencia, si bien, no encontró la fórmula para superar a Neto, decisivo para los suyos como Pau para el Espanyol. Ni con Jurado ni con Granero. Ni con Melendo ni con Baptistao y Sergio García. El Valencia, que cuando pudo matar el partido se encontró con el meta catalán, vivía los más de los minutos del poso que tiene Kondogbia como futbolista y de los impactos de Guedes. Pero no hubo más goles que el de Rodrigo y el Valencia, aún lejos de su mejor versión y con Mestalla empujándole porque veía que en cualquier momento se le iba la victoria, se coloca tercero.
