Los santos del narco: a quiénes le rezan los capos y los rangos bajos de los cárteles mexicanos

Mientras los líderes mantienen relaciones cercanas con la Iglesia Católica, los clase baja de la estructura criminal se encomiendan a personajes como Jesús Malverde, la Santa Muerte y Nazario Moreno

Juliana Fregoso
Desde Ciudad de México
Cuando los grupos de autodefensa en el estado de Michoacán, México, incursionaron en la zona que estaba controlada por el ahora extinto Cártel de los Caballeros Templarios, se llevaron una sorpresa que jamás habrían imaginado: la figura de un santo con una túnica y una cruz templaria en el pecho, pero con la cara de uno de los fundadores del grupo criminal, Nazario Moreno.


Algunos habitantes de la región de Apatzingán y seguidores del cártel habían empezado a rendirle culto a su figura.

Oh señor todo poderoso, líbrame de todo pecado, dame protección bendita a través de San Nazario, reza la oración dedicada al asesinado capo que llegó a estar en la lista de los más buscados del país

Como documentó el periodista mexicano Humberto Padgett en su libro "Nazario, el apóstol del narco", el capo profesaba una gran fe y cómo herencia dejó un libro con su doctrina firmado como "El Más Loco", su álter ego.

Nazario murió dos veces. En 2010, el gobierno mexicano lo dio por muerto durante un enfrentamiento con marinos y soldados, pero seguía vivo. Fue recién en 2014 que falleció durante un tiroteo y se pudo comprobar su identidad.

Un habitante del estado de Michoacán consultado por Infobae aseguró que el culto al capo que se autonombró "Salvador del Pueblo", continúa entre sus viejos seguidores y habitantes que se vieron beneficiados por algunas de sus acciones.

El de Moreno es un ejemplo de la religiosidad que impera en el mundo del narco mexicano y de cómo su devoción católica convive con santos apócrifos para sus "clases bajas".

El de "San Nazario", la Santa Muerte y el ya centenario Jesús Malverde, son ejemplo de cómo los cárteles también han desarrollado su religión alterna.

"Su aparición es un tema complejo, pero una parte está relacionada con la prohibición de esos cultos. Por ejemplo, el hecho de que la jerarquía católica ha declarado apócrifos a estos santos, particularmente Santa Muerte, ha contribuido a darle una identidad de clandestinidad que empata con la ilegalidad. Además, en contextos de crimen y violencia, estos santos promueven una idea de justicia y esperanza. Ahí, a mucha gente le resulta sensato encomendarse a uno de estos santos apócrifos que confiar en otras formas terrenales de autoridad.", señaló a Infobae Rodrigo Peña González, investigador de la Universiteit Leiden, en los Países Bajos.

Pero entre los narcos también existen clases y dependiendo del lugar que se ocupe en la estructura depende el santo al que se encomiende, dijo en entrevista Froylán Enciso, investigador del programa de Política de Drogas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Los grandes capos, afirmó, "siguen teniendo una estrecha relación con la Iglesia Católica. Les mandan construir templos, los curas van a los bautizos de sus hijos y como son personas de mucho dinero, su posición económica les da acceso a la cúpula y eso ha desatado desde el asesinato del Cardenal Posadas –Juan Jesús Posadas Ocampo, asesinado en 1994 en un fuego cruzado entre dos cárteles- una discusión muy amplia sobre el tema de las narco limosnas".

Joaquín "El Chapo" Guzmán es el mejor ejemplo de un capo que profesa la fe católica. En la entrevista con él que publicó el actor Sean Penn en la revista Rolling Stone mientras se encontraba prófugo, el capo afirmó que en su última fuga de una cárcel de alta seguridad en México "le pedí a Dios y salió perfecto todo".

De cultos y narco

Jesús Malverde es un santo apócrifo muy popular en México y que ya exportó a otros países con actividad del narco. Tiene una capilla en Culiacán, Sinaloa, otra en Colombia y en Los Ángeles, en Estados Unidos, también se le rinde culto.

La leyenda cuenta que este personaje era un bandolero del siglo XIX que se dedicaba a asaltar en la sierra de Sinaloa, ahora tierra de grandes cárteles, lo que obtenía supuestamente lo repartía entre la gente pobre.

La devoción popular empezó cuando un capo de la región de nombre Julio Escalante ordenó matar a su hijo Raymundo por haber hecho negocios sin su consentimiento.

Herido de bala y agonizando en el mar, el hijo suplicó a Malverde su ayuda y fue salvado por un pescador, a partir de entonces se empezó a difundir la creencia en el mundo del narco.

Ahora Malverde no solo tiene capillas y es internacional, sino también hay un número incontable de famosos narco corridos en su honor y hasta una cerveza que lleva su nombre.

La Santa Muerte es un culto que según los estudiosos surgió hace décadas en el estado de Veracruz como una mezcla de creencias católicas, la fascinación que en el país se tiene por la muerte y algunas creencias de santería, pero es hasta principios de siglo cuando la figura se empieza a generalizar entre gente que se siente desesperada o que pertenece a algún grupo criminal.

Uno de sus primeros templos se encuentra en el barrio de Tepito, en la capital mexicana, famoso por los negocios ilegales que ahí se desarrollan.

Los creyentes consideran que la "Niña Blanca", como también le llaman, puede avisar en sueños si hay algún peligro inminente o una traición.

Poderosa Santa Muerte, dame fuerza y voluntad, ya no soporto más, en usted deposito mis últimas esperanzas”, dice una de las oraciones dedicadas a esta santa urbana.

En 2007, un personaje llamado Jonathan Legaria Vargas, mejor conocido como "Comandante Pantera" o "Padrino Endoque", pagó por erigir una figura de la Santa Muerte de 22 metros, pero meses más tarde fue asesinado en México de 250 tiros de diversos.

El 3 de noviembre de 2012, "La Niña Blanca" volvió a ser noticia cuando un grupo armado asesinó a tiros a 7 hombres que se encontraban frente a un altar de la figura.

En el caso de Nazario Moreno, también conocido como "El Chayo", a su doctrina con tintes religiosos se le atribuye el haber creado una narco hermandad en la que mezclaba elementos religiosos con prácticas criminales a sangre fría.

Cada rango tiene su santo

Pero las creencias se dividen según el rango que se ocupe en la estructura criminal. Como mencionó Enciso, los grandes capos siguen muy cercanos a la Iglesia Católica, pero los de abajo han desarrollado estos cultos alternos en gran parte al sentir que por la actividad que realizan no pueden acceder al "perdón" divino y eso los hace sentirse rechazados por la iglesia formal.

"Malverde es un santo de la clase media del sector criminal, que son como los trabajadores del narco que tienen que moverse de un lugar a otro y que encomiendan al él muy frecuentemente. Muchas de las placas –de agradecimiento por milagros concedidos- en la capilla de Malverde marcan una ruta, como de Irapuato a Chicago, De Culiacán a Nueva York, y estás placas son principalmente de las mulas y la gente que transporta drogas en los camiones", dijo Enciso.

En el caso de la Santa Muerte, expresó que el rango de creencia está entre los secuestradores y personas que se dedican al robo, pero también se ubica entre la estructura más baja del narco como son los sicarios y los llamados halcones –quienes vigilan.

"Aquí están las clases más bajas del narco, casi lo que podemos llamar los desechables, de jóvenes del sur del país que son contratados por capos norteños para matar gente, migrantes centroamericanos que están en la cárcel…", expresó.

Como dijo Enciso, la fe dentro del narco depende del trabajo criminal que se realice pues entre más estresante e intenso sea, se necesita de una figura más fuerte.

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