La hija del espía ruso atacado en Inglaterra sale del hospital

Serguéi Skripal continúa ingresado tras ser envenenado junto a su hija con una sustancia neurotóxica de fabricación rusa

Agencias
Madrid
Yulia Skripal, la hija del exespía ruso Serguéi Skripal, envenenada junto a su padre con una sustancia neurotóxica en Inglaterra, ha sido dada de alta este martes del Hospital del Distrito de Salisbury en el que estaba ingresada desde el ataque, informan la BBC y Sky News. La mujer ha sido conducida a "un lugar seguro". El padre continúa en el hospital pero su estado está "mejorando rápidamente", según las cadenas británicas.


El ente que gestiona la sanidad británica, el NHS, no ha querido confirmar la información a preguntas de la AFP, pero ha anunciado una rueda de prensa al respecto en breve. Yulia, de 33 años, visitaba a su padre Serguéi, de 66, cuando ocurrieron los hechos.

La hija del antiguo agente ruso había comunicado la semana pasada, a través de la Policía Metropolitana de Londres (Met), que su estado de salud había mejorado y que cobraba fuerza cada día. Los Skripal fueron hallados inconscientes el 4 de marzo en un banco de las calles de la ciudad de Salisbury, al sudoeste del país, en un atentado del que ambos consiguieron salir vivos. El sargento Nick Bailey, que acudió a auxiliarlos, también tuvo que ser atendido en el hospital al haber estado expuesto al agente nervioso, pero fue dado de alta.

La unidad antiterrorista de Scotland Yard ha revelado que la sustancia utilizada en aquel intento de asesinato fue depositada en la puerta de la casa familiar. Los Skripal fueron atacados con un agente nervioso de tipo militar identificado como Novichok, que solo se fabrica en laboratorios militares rusos, lo que llevó al Gobierno británico a culpar a Rusia y a tomar represalias contra Moscú con la expulsión de 23 diplomáticos rusos. Rusia tomó la misma medida posteriormente.

Su padre había sido coronel en los servicios secretos militares rusos pero acabó siendo condenado por alta traición por vender información al Reino Unido. En 2010 entró en un canje de espías que lo llevó a instalarse en Inglaterra. Serguéi Skripal llevaba ocho años instalado en la vivienda de Salisbury, bonita y tranquila población catedralicia inglesa, donde vivía una modesta existencia ajena a los lujos que suelen exhibir muchos miembros de la colonia de exiliados rusos en el Reino Unido.

Aunque el Gobierno de Vladimir Putin ha negado insistentemente que esté tras el atentado, la agresión en suelo británico ha hundido las relaciones entre Rusia y Occidente hasta el punto más bajo desde el fin de la Guerra Fría, y ha provocado una cadena de sanciones diplomáticas por parte de las principales potencias y de la OTAN a la que ya se han sumado (a día de hoy) 27 países.

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