Goleada antes del Bernabéu

Heynckes sólo alineó a tres titulares y salió con cuatro canteranos. Dorsch abrió el marcador y también marcaron Wagner, Rafinha y Sule.

José Carlos Menzel
As
La tarde del Bayern fue una verdadera prueba del pobre nivel que ofrece la Bundesliga a día de hoy. Con la ensaladera asegurada ya desde hace tres semanas y la vuelta de las semifinales de Champions ante el Real Madrid en el horizonte, Jupp Heynckes optó por alinear un once con tan solo tres titulares y cuatro canteranos ante un Frankfurt en plena lucha por Europa. Aun así, el cuadro muniqués salió victorioso de la cita ante el conjunto dirigido por el que será su próximo entrenador a partir de la temporada que viene, Niko Kovac. El campeón se impuso por 4-1, aumentando el liderato de la máxima competición alemana a un total de 14 puntos con respecto al Schalke. Y lo mejor: Reservó fuerzas para la ansiada remontada en el Bernabéu.


Mats Hummels, Joshua Kimmich y el guardameta Sven Ulreich fueron los únicos titulares que figuraban en el once del Bayern junto a jugadores del filial como Niklas Dorsch, Franck Evina, Meritan Shabani y Lukas Mai, ninguno de ellos mayor de 20 años. Estrellas como Thiago, Thomas Müller, Robert Lewandowski y James tomaron asiento en el banquillo bávaro, Franck Ribéry ni entró en la convocatoria para no poner en peligro su gran estado de forma. En total: Fue un Bayern que jamás había saltado al césped del Allianz Arena de esta manera, pero que hizo los suficientes méritos para imponerse a un equipo de la Bundesliga que se encuentra en plena lucha por clasificarse para la Europa League.

El encuentro fue un reflejo de dicha versión light del Bayern y del nerviosismo del conjunto dirigido por Kovac, incapaz de sumar ni un solo punto con el Frankfurt desde que se hizo oficial su fichaje por el Bayern. Hubo que esperar algo más de media hora para poder presenciar el primer disparo a puerta, protgonizado por el Frankfurt, pero fue el Bayern el que logró ponerse por delante en el marcador por medio de Dorsch. Lo demás fue un quiero y no puedo por parte del equipo hessiano, que terminó recibiendo el segundo tras una contra que finalizó Wagner con mucha sangre fría. Sebastien Haller recortó diferencias, pero los tantos de Rafinha y Süle hicieron oficial el ridículo de Kovac en la que será su casa a partir de julio.

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