El provocador baile de un jugador antes de marcar un gol desató una batalla campal
El Fluminense se quedó con la Copa Sub 20 de Brasil en medio de una guerra que ocasionó el delantero Samuel
Infobae
El delantero del Fluminense sub 20, Samuel, fue el protagonista de un escandaloso desenlace después de convertir el quinto gol de su equipo en la final de la Taça Rio ante el Vasco Da Gama de Brasil.
La victoria del Tricolor por 5-3 se vio opacada por la batalla campal que se armó tras la humillante provocación del futbolista, quien terminó arrepintiéndose una vez finalizado el encuentro.
La polémica acción se produjo durante los últimos minutos del tiempo agregado. El Flu vencía a su rival por 4-3 y tras un tiro de esquina en contra, al que fue a cabecear el arquero para intentar conseguir el empate, se produjo la contra que terminó con el tanto que sentenció la final.
Una buena salida del conjunto visitante, que llegó al arco contrario con tres toques, dejó a Samuel a solas con el gol. Este, sin embargo, decidió pararse a escasos metros de la línea y ponerse a bailar hasta que llegó el guardameta, fue en ese momento cuando empujó la pelota y se fue a festejar.
Mientras que sus compañeros corrieron desde el banco para felicitarlo, los del Vasco Da Gama se acercaron repletos de furia, causando el contagio de los fanáticos, que decidieron entrar al campo por la fuerza.
Los jugadores abandonaron el césped tan rápido como pudieron y se dirigieron al vestuario. Tanto la Copa como las cámaras y todos los elementos necesarios para la transmisión también debieron ser evacuados.
Desde adentro de los vestidores el entrenador del equipo campeón, Leo Percovich, aclaró: "Nos sentimos arrinconados, sentimos mucho pánico (…) Yo voy a castigar a mi jugador por haber hecho eso, pero no corresponde lo que hicieron".
Los compañeros de Samuel hablaron con Globoesporte y criticaron la actitud del delantero, además de asegurar que ya había reconocido el error: "Fue un gesto de euforia, pero sirve de aprendizaje", afirmó el capitán Diogo y agregó: "Dijo que fue la emoción del gol. Él suele hacer eso en los festejos, pero después de convertir, no antes".
"Él asumió que se equivocó, estuvo mal lo que hizo", sentenció el centrocampista Dudu, autor de dos goles. Finalmente, los fanáticos del Vasco da Gama abandonaron el estadio y los jugadores pudieron volver al campo para festejar y recibir las medallas.
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El delantero del Fluminense sub 20, Samuel, fue el protagonista de un escandaloso desenlace después de convertir el quinto gol de su equipo en la final de la Taça Rio ante el Vasco Da Gama de Brasil.
La victoria del Tricolor por 5-3 se vio opacada por la batalla campal que se armó tras la humillante provocación del futbolista, quien terminó arrepintiéndose una vez finalizado el encuentro.
La polémica acción se produjo durante los últimos minutos del tiempo agregado. El Flu vencía a su rival por 4-3 y tras un tiro de esquina en contra, al que fue a cabecear el arquero para intentar conseguir el empate, se produjo la contra que terminó con el tanto que sentenció la final.
Una buena salida del conjunto visitante, que llegó al arco contrario con tres toques, dejó a Samuel a solas con el gol. Este, sin embargo, decidió pararse a escasos metros de la línea y ponerse a bailar hasta que llegó el guardameta, fue en ese momento cuando empujó la pelota y se fue a festejar.
Mientras que sus compañeros corrieron desde el banco para felicitarlo, los del Vasco Da Gama se acercaron repletos de furia, causando el contagio de los fanáticos, que decidieron entrar al campo por la fuerza.
Los jugadores abandonaron el césped tan rápido como pudieron y se dirigieron al vestuario. Tanto la Copa como las cámaras y todos los elementos necesarios para la transmisión también debieron ser evacuados.
Desde adentro de los vestidores el entrenador del equipo campeón, Leo Percovich, aclaró: "Nos sentimos arrinconados, sentimos mucho pánico (…) Yo voy a castigar a mi jugador por haber hecho eso, pero no corresponde lo que hicieron".
Los compañeros de Samuel hablaron con Globoesporte y criticaron la actitud del delantero, además de asegurar que ya había reconocido el error: "Fue un gesto de euforia, pero sirve de aprendizaje", afirmó el capitán Diogo y agregó: "Dijo que fue la emoción del gol. Él suele hacer eso en los festejos, pero después de convertir, no antes".
"Él asumió que se equivocó, estuvo mal lo que hizo", sentenció el centrocampista Dudu, autor de dos goles. Finalmente, los fanáticos del Vasco da Gama abandonaron el estadio y los jugadores pudieron volver al campo para festejar y recibir las medallas.