El otro Barcelona resiste en Vigo

Aspas hizo un partidazo y empató en el 82' con el brazo. Dembélé hizo el 0-1, empató Jonny y Alcácer había dado ventaja a un líder que acabó con diez.


Santi Giménez
As
Un Barça de circunstancias sufrió, pero salvó la posibilidad de mantener la opción de ganar la Liga sin perder un partido con el empate en Balaídos (2-2) tras jugar en inferioridad durante 20 minutos ante un Celta que se lo volvió a poner en chino a un equipo que tenía la cabeza en la final del sábado ante el Sevilla.


Salió el Barcelona en Balaídos con una alineación revolucionaria en la que, de los once titulares, sólo Coutinho albergaba esperanzas de ser titular en el Wanda el sábado en la final de Copa ante el Sevilla (con permiso de Paulinho). También fue una alineación histórica porque era la primera desde el seis de abril del 2002 (16 años) en la que el Barcelona comparecía en el terreno de juego sin ningún futbolista formado en La Masia.

Como podía suponerse ante este planteamiento, el partido fue un descontrol en el que se jugaba a empujones aprovechando los errores del contrario. Para jugar a arreones, nadie como Paulinho, que fue el único de la segunda unidad junto a Vermaelen, que asumió que estaba en ese estadio para aportar algo. El brasileño, que tiene menos control de juego que un Gremlin mojado tras la medianoche, es sin embargo imprevisible. Tanto rompe la línea apareciendo por sorpresa como remata cualquier saque de esquina.

En el capítulo de los errores por parte blaugrana, mención especial a dos jugadores de los que se esperaba un paso adelante, pero que a cada partido que juegan siguen confirmando las más funestas predicciones. André Gomes y Denis son dos máquinas de perder balones en la zona donde cualquier entrenador de benjamines les enviaría a dar vueltas por el campo. Cada pérdida de Denis fue una ocasión de gol del Celta, pero un gigantesco Ter Stegen le enmendó la plana cuando no fue el poste a tiro de Brais. La pérdida de André Gomes, en cambio, supuso el gol del empate a uno del conjunto gallego, obra de Jonny, al filo de la media parte.

Un cuarto de hora antes, fue el propio Jonny el que perdió un balón al más puro estilo Denis/André para servir a Coutinho una jugada que, poco académicamente y un estilo discutible, continuó Alcácer para que Demebélé adelantara al Barcelona.

El empate a uno al final de la primera parte reflejaba los méritos de uno y otro equipo. Cada uno, se aprovechó de los errores del rival y el Barça, si no salió derrotado, fue gracias a Ter Stegen. En la segunda, estaba por ver como Valverde utilizaba el impresionante arsenal que tenía en el banquillo.

Tras un inicio de la segunda parte en el que hubo un intercambio de ocasiones (Denis para el Barcelona y Jozabed para el Celta), Valverde metió la artillería y retiró la chatarra. Entraron en el campo Messi y Sergi Roberto y el Barça recuperó el control del partido. Volvieron las posesiones largar y el argentino apareció para ayudar a cualquiera de sus compañeros.

En la primera acción larga, Semedo ganó la banda y centró para que Paulinho rematara a gol, pero Alcácer apareció para apuntillar el tanto con la puntita para meter el 1-2.

Cuando todo parecía controlado, una nueva pérdida de balón de Dembélé, provocó un contragolpe de Aspas que Sergi Roberto no tuvo más remedio que cortar con un placaje que le valió la roja. Llevaba diez minutos en el campo y el Barça tenía que jugar 20 en inferioridad. Valverde dio entrada a Aleix por el extremo francés en busca de piernas en una resistencia ya numantina de los culés.

Tras la expulsión, el Barça desapareció del campo y el Celta puso cerco a la portería de TerStegen, que falló en un salida en la que Aspas se ayudó de la mano para marcar en una jugada muy complicada de ver para el árbitro. A pesar de eso, el Barça resistió y lleva ya 33 partidos en esta Liga sin perder. 40 contando la pasada. La Liga, se acerca, el récord también.

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