El Liverpool arrolla al Manchester City
Con goles de Salah, Oxlade-Chamberlain y Mané, el conjunto de Klopp tomó una importante renta para viajar al Etihad Stadium la próxima semana. El City no remató a puerta.
E.F.-Abascal
As
El Liverpool humanizó al Manchester City en la Premier League el pasado enero y repitió la estrategia en la Champions League para poner un pie y medio en las semifinales. El equipo de Jurgen Klopp superó a su rival por fútbol y goles para llevarse un 3-0 a la vuelta de los cuartos de final gracias a sendos goles de Salah, Oxlade-Chamberlain y Mane en una primera mitad que quedará grabada en los libros de historia de Anfield.
Pep Guardiola abrigó a su equipo más de lo que acostumbra. Renunció al punzante Sterling e introdujo a Gundogan como centrocampista extra para intentar llevar su juego de posesión a la máxima expresión. La táctica apenas le funcionó durante los primeros 10 minutos en los que Sane mandó incluso un aviso al lateral de la red de Karius.
El Liverpool se sacudió pronto los complejos y se lanzó a por el partido fiel al estilo de su entrenador. Klopp siempre dice que la única forma de ganar a los equipos de Guardiola es atacándoles y apostó por esa idea sin importarle el teórico favoritismo de su rival. El alemán ha ganado más veces que nadie al técnico catalán con esa máxima por bandera (7 en 13 enfrentamientos) y así dio un sopapo tremendo a la eliminatoria con 45 minutos de orgasmo.
Acosó al City con una presión asfixiante para esperar paciente a que sus tres tenores dieran el golpe al partido al contragolpe. Así, a los 11 minutos, Salah enganchó un balón en posible fuera de juego a la altura del medio campo y en apenas segundos, tras un gesto de clase de Firmino y un error grotesco de Walker, hizo el 1-0.
El City pareció responder casi de inmediato con una ocasión fabricada y malograda por Sane pero fue solo un espejismo. El Liverpool volvió a la carga y antes incluso del minuto 20 Oxlade se sacó un latigazo tremendo desde la frontal del área para hacer el 2-0 con un gol a la altura del partido y de la competición.
El equipo de Klopp vio sangre y se lanzó al pescuezo de su rival en busca de un resultado de escándalo. Salah, otra vez, cogió el timón y desde la posición de extremo regaló el 3-0 a Mane a la media hora con un centro teledirigido.
El City ni atacaba ni defendía. Fue una sombra del equipo que llegaba a Anfield con aspiraciones de triplete y solo algunos síntomas de seguir con vida tras el descanso. Entonces, Klopp se vio obligado a retirar a Salah del campo por lesión y Guardiola sacó a Sterling por Gundogan para intentar a la desesperada un gol con el que reanimar la eliminatoria. El Liverpool dio un paso atrás, el City, dos adelante, pero solo Sane fue Sane y el marcador se mantuvo inamovible pese a que en los minutos finales el árbitro anuló a Gabriel Jesús un gol por otro ajustado fuera de juego.
E.F.-Abascal
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El Liverpool humanizó al Manchester City en la Premier League el pasado enero y repitió la estrategia en la Champions League para poner un pie y medio en las semifinales. El equipo de Jurgen Klopp superó a su rival por fútbol y goles para llevarse un 3-0 a la vuelta de los cuartos de final gracias a sendos goles de Salah, Oxlade-Chamberlain y Mane en una primera mitad que quedará grabada en los libros de historia de Anfield.
Pep Guardiola abrigó a su equipo más de lo que acostumbra. Renunció al punzante Sterling e introdujo a Gundogan como centrocampista extra para intentar llevar su juego de posesión a la máxima expresión. La táctica apenas le funcionó durante los primeros 10 minutos en los que Sane mandó incluso un aviso al lateral de la red de Karius.
El Liverpool se sacudió pronto los complejos y se lanzó a por el partido fiel al estilo de su entrenador. Klopp siempre dice que la única forma de ganar a los equipos de Guardiola es atacándoles y apostó por esa idea sin importarle el teórico favoritismo de su rival. El alemán ha ganado más veces que nadie al técnico catalán con esa máxima por bandera (7 en 13 enfrentamientos) y así dio un sopapo tremendo a la eliminatoria con 45 minutos de orgasmo.
Acosó al City con una presión asfixiante para esperar paciente a que sus tres tenores dieran el golpe al partido al contragolpe. Así, a los 11 minutos, Salah enganchó un balón en posible fuera de juego a la altura del medio campo y en apenas segundos, tras un gesto de clase de Firmino y un error grotesco de Walker, hizo el 1-0.
El City pareció responder casi de inmediato con una ocasión fabricada y malograda por Sane pero fue solo un espejismo. El Liverpool volvió a la carga y antes incluso del minuto 20 Oxlade se sacó un latigazo tremendo desde la frontal del área para hacer el 2-0 con un gol a la altura del partido y de la competición.
El equipo de Klopp vio sangre y se lanzó al pescuezo de su rival en busca de un resultado de escándalo. Salah, otra vez, cogió el timón y desde la posición de extremo regaló el 3-0 a Mane a la media hora con un centro teledirigido.
El City ni atacaba ni defendía. Fue una sombra del equipo que llegaba a Anfield con aspiraciones de triplete y solo algunos síntomas de seguir con vida tras el descanso. Entonces, Klopp se vio obligado a retirar a Salah del campo por lesión y Guardiola sacó a Sterling por Gundogan para intentar a la desesperada un gol con el que reanimar la eliminatoria. El Liverpool dio un paso atrás, el City, dos adelante, pero solo Sane fue Sane y el marcador se mantuvo inamovible pese a que en los minutos finales el árbitro anuló a Gabriel Jesús un gol por otro ajustado fuera de juego.