El corazón petrolero de Venezuela, paralizado por los cortes de luz
La crisis eléctrica arreció en Zulia y la población padece cortes de electricidad de entre 12 y 14 horas al día. El lunes se desataron las protestas que acabaron con 29 detenidos
Florantonia Singer
Caracas, El País
El Estado de Zulia —la entidad petrolera que aún da de comer a Venezuela y la de mayor población— está sumido en el caos por la agudización de un racionamiento eléctrico que comenzó a finales del año pasado y que desde la semana pasada ha dejado a la población más de la mitad del día a oscuras y a algunos con apenas una hora de luz en 24 horas.
El fin de semana, Maracaibo, la segunda en población del país sudamericano, era un pueblo fantasma. La semana comenzó igual. Negocios cerrados, calles oscuras con la huella de las protestas nocturnas y la gente resistiendo las altas temperaturas que superan los 30 grados centígrados en una región donde el aire acondicionado es casi un artículo de primera necesidad.
“El lunes los niños no tuvieron clases y este martes las maestras nos avisaron a media mañana que podíamos llevar a los niños porque había llegado la luz”, cuenta Andreína Parra, de 36 años de edad, mientras hacía una fila por más de dos horas para cargar combustible en una de las pocas estaciones que estaba prestando servicio porque tenía luz.
La empresa estatal de electricidad, Corpoelec, ha informado que el racionamiento eléctrico era solo de tres horas. La medida se comenzó a aplicar a finales de año para enfrentar los rigores de una sequía que es cíclica en el país tropical, que suele afectar las fuentes de energía hídricas, y que al gobierno se le ha ido de las manos más de una vez.
Este martes, en una rueda de prensa, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, ha dicho que la causa la crisis eléctrica en la entidad es el sabotaje de dirigentes de la oposición contra el gobernador del estado, Omar Prieto, un aliado de Nicolás Maduro.
El funcionario también ha anunciado la detención de 29 personas, gran parte de ellas fueron arrestadas este martes durante una protesta frente a la sede la empresa estatal en Maracaibo, y entre las cuales está el presidente de la cámara municipal de la ciudad, el edil Carlos Armijo, y dos periodistas que cubrían la manifestación. Prieto no mencionó que en otra protesta ocurrida en la noche del lunes en rechazo a los apagones, fue asesinado Anderson Olivares, un adolescente de 15 años herido por un arma de fuego que presuntamente accionó un conductor que pasaba por la Circunvalación 3, cerca del barrio La Antena, informó la ONG de derechos humanos Provea.
“Otros gobernadores no tienen los problemas que tiene Omar Prieto porque no los están saboteando. Esto es un sabotaje con un objetivo netamente político y denunció a PJ (Primero Justicia y UNT (Un Nuevo Tiempo) por ello. Hubo seis subestaciones quemadas desde el primero de enero, hubo cortes de cables sublacustres y ellos lo saben”, dijo Motta Domínguez.
La crisis eléctrica, sin embargo, se vive en otros estados del occidente de Venezuela como Táchira y Mérida, que también andan a media máquina, y en el resto del país no ha terminado de solventarse desde 2009, cuando comenzaron a hacerse frecuentes los apagones. Los sindicatos del sector eléctrico han advertido de las fallas en el mantenimiento y la falta de inversión que provocan la caída en la generación eléctrica. La renuncia masiva del personal, en parte para emigrar del país, también ha reducido la capacidad de la empresa para atender las averías. Así mismo, la corrupción también está detrás de cada noche oscuras que pasan los venezolanos y de cada bajón que echa a perder sus electrodomésticos. Después de 2011, en el marco de un decreto de emergencia eléctrica, el gobierno desembolsó más de 600 millones de dólares para la compra de plantas eléctricas, muchas de las cuales nunca se instalaron.
En Narnia
La Cámara de Comercio de Maracaibo pidió este martes declarar la emergencia en el sector por la imposibilidad de operar con cortes tan prolongados de luz. Cuando no hay electricidad no funcionan los sistemas de bombeo que suministran el agua ni el Internet ni las telecomunicaciones ni los puntos de pago.
“Los empresarios del país queremos producir. Sin embargo, la falta del suministro confiable del servicio eléctrico, constituye otro obstáculo que impide mantener los niveles de producción de bienes y servicios, ya de por sí menguados. La ciudad, por no decir todo el país, está colapsando”, dijo Fergus Walshe, presidente de la asociación.
Laura Rangel, encargada de una agencia de marketing y redes sociales en Maracaibo, no ha podido trabajar estos días. Su negocio depende justamente de estar en línea. “En la oficina hoy tuvimos luz hasta la una de la tarde nada más. Luego sin internet y sin teléfono nos quedamos incomunicados, en Narnia”, dice la joven, que pide la entrevista sea breve para ahorrar la batería que le queda en el celular, por si no puede volver a cargar.
La ciudad está completamente paralizada por la crisis eléctrica y por otras que se han ido juntando, como la del transporte público, cuyos servicios han disminuido drásticamente por la falta de repuestos, una escena que se repite en muchas localidades del país. “Los empleados llegan a la oficina cansados, con ojeras, porque con el calor de Maracaibo quién puede dormir”.
Florantonia Singer
Caracas, El País
El Estado de Zulia —la entidad petrolera que aún da de comer a Venezuela y la de mayor población— está sumido en el caos por la agudización de un racionamiento eléctrico que comenzó a finales del año pasado y que desde la semana pasada ha dejado a la población más de la mitad del día a oscuras y a algunos con apenas una hora de luz en 24 horas.
El fin de semana, Maracaibo, la segunda en población del país sudamericano, era un pueblo fantasma. La semana comenzó igual. Negocios cerrados, calles oscuras con la huella de las protestas nocturnas y la gente resistiendo las altas temperaturas que superan los 30 grados centígrados en una región donde el aire acondicionado es casi un artículo de primera necesidad.
“El lunes los niños no tuvieron clases y este martes las maestras nos avisaron a media mañana que podíamos llevar a los niños porque había llegado la luz”, cuenta Andreína Parra, de 36 años de edad, mientras hacía una fila por más de dos horas para cargar combustible en una de las pocas estaciones que estaba prestando servicio porque tenía luz.
La empresa estatal de electricidad, Corpoelec, ha informado que el racionamiento eléctrico era solo de tres horas. La medida se comenzó a aplicar a finales de año para enfrentar los rigores de una sequía que es cíclica en el país tropical, que suele afectar las fuentes de energía hídricas, y que al gobierno se le ha ido de las manos más de una vez.
Este martes, en una rueda de prensa, el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, ha dicho que la causa la crisis eléctrica en la entidad es el sabotaje de dirigentes de la oposición contra el gobernador del estado, Omar Prieto, un aliado de Nicolás Maduro.
El funcionario también ha anunciado la detención de 29 personas, gran parte de ellas fueron arrestadas este martes durante una protesta frente a la sede la empresa estatal en Maracaibo, y entre las cuales está el presidente de la cámara municipal de la ciudad, el edil Carlos Armijo, y dos periodistas que cubrían la manifestación. Prieto no mencionó que en otra protesta ocurrida en la noche del lunes en rechazo a los apagones, fue asesinado Anderson Olivares, un adolescente de 15 años herido por un arma de fuego que presuntamente accionó un conductor que pasaba por la Circunvalación 3, cerca del barrio La Antena, informó la ONG de derechos humanos Provea.
“Otros gobernadores no tienen los problemas que tiene Omar Prieto porque no los están saboteando. Esto es un sabotaje con un objetivo netamente político y denunció a PJ (Primero Justicia y UNT (Un Nuevo Tiempo) por ello. Hubo seis subestaciones quemadas desde el primero de enero, hubo cortes de cables sublacustres y ellos lo saben”, dijo Motta Domínguez.
La crisis eléctrica, sin embargo, se vive en otros estados del occidente de Venezuela como Táchira y Mérida, que también andan a media máquina, y en el resto del país no ha terminado de solventarse desde 2009, cuando comenzaron a hacerse frecuentes los apagones. Los sindicatos del sector eléctrico han advertido de las fallas en el mantenimiento y la falta de inversión que provocan la caída en la generación eléctrica. La renuncia masiva del personal, en parte para emigrar del país, también ha reducido la capacidad de la empresa para atender las averías. Así mismo, la corrupción también está detrás de cada noche oscuras que pasan los venezolanos y de cada bajón que echa a perder sus electrodomésticos. Después de 2011, en el marco de un decreto de emergencia eléctrica, el gobierno desembolsó más de 600 millones de dólares para la compra de plantas eléctricas, muchas de las cuales nunca se instalaron.
En Narnia
La Cámara de Comercio de Maracaibo pidió este martes declarar la emergencia en el sector por la imposibilidad de operar con cortes tan prolongados de luz. Cuando no hay electricidad no funcionan los sistemas de bombeo que suministran el agua ni el Internet ni las telecomunicaciones ni los puntos de pago.
“Los empresarios del país queremos producir. Sin embargo, la falta del suministro confiable del servicio eléctrico, constituye otro obstáculo que impide mantener los niveles de producción de bienes y servicios, ya de por sí menguados. La ciudad, por no decir todo el país, está colapsando”, dijo Fergus Walshe, presidente de la asociación.
Laura Rangel, encargada de una agencia de marketing y redes sociales en Maracaibo, no ha podido trabajar estos días. Su negocio depende justamente de estar en línea. “En la oficina hoy tuvimos luz hasta la una de la tarde nada más. Luego sin internet y sin teléfono nos quedamos incomunicados, en Narnia”, dice la joven, que pide la entrevista sea breve para ahorrar la batería que le queda en el celular, por si no puede volver a cargar.
La ciudad está completamente paralizada por la crisis eléctrica y por otras que se han ido juntando, como la del transporte público, cuyos servicios han disminuido drásticamente por la falta de repuestos, una escena que se repite en muchas localidades del país. “Los empleados llegan a la oficina cansados, con ojeras, porque con el calor de Maracaibo quién puede dormir”.