Ecuador manda 10.000 soldados a la frontera para atrapar a un solo criminal
Ecuador, EFE
Unos 10.000 soldados y policías ecuatorianos están apostados actualmente en la frontera con Colombia a raíz del deterioro de la seguridad desde el pasado mes de enero, dijo hoy a Efe el almirante John Merlo, comandante del mando único de operaciones en esa zona.
“Son soldados de infantería con vehículos mecanizados para el transporte de personal y también agentes de policías”, describió el alto el mando sobre el despliegue militar con el que Ecuador trata de hacer frente a bandas de narcotraficantes que en los últimos tres meses han convertido el norte de la provincia de Esmeraldas, en un inusual campo de batalla.
Merlo, que asumió sus funciones el pasado diciembre, agregó que esta presencia militar y policial ha hecho que “haya bajado la intensidad” de la tensión y de las actividades de las bandas de delincuentes en los últimos días.
Se refería a los ataques con bomba contra fuerzas armadas, que desde enero han dejado cuatro soldados muertos y una treintena de heridos, aunque no ha evitado el secuestro de una pareja la semana pasada en la provincia de Esmeraldas.
Las actividades de estas bandas, consideró, están “relacionadas directamente con la coca”, tienen que ver “con la cosecha y la producción”, y evaluó que los ataques que las bandas de narcotraficantes han lanzado se debe a que “se le han cerrado los canales” de paso.
Ecuador atribuye la ola de violencia a un disidente de las FARC presuntamente vinculado al narcotráfico y que se identifica por el alias de “Guacho”.
Se cree que se encuentra en el sur de Colombia y que actúa en operaciones transfronterizas, si bien contaría con apoyo del lado ecuatoriano de la frontera a juzgar por las detenciones practicadas en las últimas operaciones.
Según distintos recuentos, los detenidos presuntamente vinculados con esta banda rondaría el medio centenar, y su desempeño servía a la organización como apoyo logístico para el ingreso de precursores químicos en Colombia y la salida de ese país de la cocaína ya procesada para el consumo.
Sobre las críticas desde varios medios de comunicación acerca de que las Fuerzas Armadas no están tecnológicamente preparadas para afrontar a un enemigo invisible, el almirante Merlo señaló que “no hay frontera que no sea porosa” y que siempre los narcotraficantes encontrarán nuevas vías para el contrabando, con “túneles o lo que sea”.
Y aseguró que las operaciones en la zona incluyen apoyo táctico aéreo con aviones de reconocimiento y helicópteros.
Destacó en ese sentido los recientes “golpes” que se han dado a las bandas de delincuentes, producto indicó “del trabajo coordinado con las Fuerzas Armadas colombianas”.
“El trabajo coordinado va dirigido a tener más información e inteligencia, que llega a Ecuador y es utilizada para nuestras operaciones”, apuntó sobre un trabajo conjunto que Ecuador venía demandando con insistencia desde enero, pero que parece haberse consolidado realmente en el último mes.
Además, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se ha quejado en varias ocasiones de que las Fuerzas Armadas ecuatorianas han sufrido un deterioro notorio en los últimos años.
“El desmantelamiento de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía, la merma en la moral, en la ética, pero sobre todo la permisibilidad extrema ha permitido que esto ocurra”, sostuvo.
También lamentó que en los últimos años no se haya dotado a los cuerpos de seguridad del Estado del armamento necesario para garantizar la seguridad, y mencionó la compra de helicópteros obsoletos y radares que no funcionaban.
“Somos un país que requiere como nunca antes una unidad para poder combatir a un enemigo invisible, pero que podemos visibilizarlo si es que tenemos la tecnología y conocimientos que con toda seguridad van a proporcionar los amigos embajadores de parte los países a los cuales representan”, señaló el martes tras un encuentro con los embajadores de España, Francia, China, Estados Unidos y Reino Unido, países a los que solicitó su cooperación.
Unos 10.000 soldados y policías ecuatorianos están apostados actualmente en la frontera con Colombia a raíz del deterioro de la seguridad desde el pasado mes de enero, dijo hoy a Efe el almirante John Merlo, comandante del mando único de operaciones en esa zona.
“Son soldados de infantería con vehículos mecanizados para el transporte de personal y también agentes de policías”, describió el alto el mando sobre el despliegue militar con el que Ecuador trata de hacer frente a bandas de narcotraficantes que en los últimos tres meses han convertido el norte de la provincia de Esmeraldas, en un inusual campo de batalla.
Merlo, que asumió sus funciones el pasado diciembre, agregó que esta presencia militar y policial ha hecho que “haya bajado la intensidad” de la tensión y de las actividades de las bandas de delincuentes en los últimos días.
Se refería a los ataques con bomba contra fuerzas armadas, que desde enero han dejado cuatro soldados muertos y una treintena de heridos, aunque no ha evitado el secuestro de una pareja la semana pasada en la provincia de Esmeraldas.
Las actividades de estas bandas, consideró, están “relacionadas directamente con la coca”, tienen que ver “con la cosecha y la producción”, y evaluó que los ataques que las bandas de narcotraficantes han lanzado se debe a que “se le han cerrado los canales” de paso.
Ecuador atribuye la ola de violencia a un disidente de las FARC presuntamente vinculado al narcotráfico y que se identifica por el alias de “Guacho”.
Se cree que se encuentra en el sur de Colombia y que actúa en operaciones transfronterizas, si bien contaría con apoyo del lado ecuatoriano de la frontera a juzgar por las detenciones practicadas en las últimas operaciones.
Según distintos recuentos, los detenidos presuntamente vinculados con esta banda rondaría el medio centenar, y su desempeño servía a la organización como apoyo logístico para el ingreso de precursores químicos en Colombia y la salida de ese país de la cocaína ya procesada para el consumo.
Sobre las críticas desde varios medios de comunicación acerca de que las Fuerzas Armadas no están tecnológicamente preparadas para afrontar a un enemigo invisible, el almirante Merlo señaló que “no hay frontera que no sea porosa” y que siempre los narcotraficantes encontrarán nuevas vías para el contrabando, con “túneles o lo que sea”.
Y aseguró que las operaciones en la zona incluyen apoyo táctico aéreo con aviones de reconocimiento y helicópteros.
Destacó en ese sentido los recientes “golpes” que se han dado a las bandas de delincuentes, producto indicó “del trabajo coordinado con las Fuerzas Armadas colombianas”.
“El trabajo coordinado va dirigido a tener más información e inteligencia, que llega a Ecuador y es utilizada para nuestras operaciones”, apuntó sobre un trabajo conjunto que Ecuador venía demandando con insistencia desde enero, pero que parece haberse consolidado realmente en el último mes.
Además, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se ha quejado en varias ocasiones de que las Fuerzas Armadas ecuatorianas han sufrido un deterioro notorio en los últimos años.
“El desmantelamiento de nuestras Fuerzas Armadas y la Policía, la merma en la moral, en la ética, pero sobre todo la permisibilidad extrema ha permitido que esto ocurra”, sostuvo.
También lamentó que en los últimos años no se haya dotado a los cuerpos de seguridad del Estado del armamento necesario para garantizar la seguridad, y mencionó la compra de helicópteros obsoletos y radares que no funcionaban.
“Somos un país que requiere como nunca antes una unidad para poder combatir a un enemigo invisible, pero que podemos visibilizarlo si es que tenemos la tecnología y conocimientos que con toda seguridad van a proporcionar los amigos embajadores de parte los países a los cuales representan”, señaló el martes tras un encuentro con los embajadores de España, Francia, China, Estados Unidos y Reino Unido, países a los que solicitó su cooperación.