Boca se quedó sin aire, cayó ante Defensa y revivió el torneo

En la Bombonera, la visita se impuso por 2-1 con un doblete del Cuqui Márquez. Al líder pueden acercarse San Lorenzo y Talleres.


Clarín
Parecía resuelta la Superliga, especialmente, después del triunfo que había logrado en este mismo escenario ante Talleres, su escolta. Y tal vez por eso haya habido una confianza desmedida para encarar este partido. Los errores defensivos, un juego irresoluto y un rival sacrificado, solidario e intenso hicieron del sábado un trauma para Boca. Sigue siendo líder, es cierto. Pero la derrota ante Defensa y Justicia lo hace tambalear. Y le da esperanzas a sus inmediatos perseguidores, preocupados por la clasificación a la Copa Libertadores, pero expectantes ante la caída del líder.


El equipo de Guillermo entró en un limbo entre adormecido, sobrado y cansado, después de dos partidos de alta tensión con Talleres y Junior, ambos en la Bombonera. Y en ese clima, Defensa y Justicia aprovechó para ponerse 1 a 0 después de una de las tantas jugadas en la que la última línea de Boca quedó expuesta. Fernando Márquez entró solo al área, porque Paolo Goltz se había pegado a Lisandro Magallán. Fue el final de una jugada que nació en un pase profundo de Nahuel Molina y tuvo la participación de Nicolás Fernández.

Sí, la dupla central estuvo insegura, pero sus laterales, especialmente Julio Buffarini, no ayudaron demasiado. No quitaron, no fijaron marcas ni fueron relevo. Así, lejos del desarrollo ideal que se imaginó, otra vez el líder tuvo que ponerse el traje de obrero y a laburar el partido.

Edwin Cardona, que volvió a la titularidad después de su distensión en el aductor derecho, no se conectó con Walter Bou ni con Cristian Pavón. Anduvo más cerca de ese medio que Nahitán Nandez, Wilmar Barrios y Bebelo Reynoso levantaron corriendo mucho pero jugando poco. Por eso Cardona buscó llevar juego desde allí, en donde la telaraña del equipo de Florencio Varela atrapó al puntero.

El grito de Dylan Gissi en contra (Bou entraba atrás para hacer lo suyo tras el picante centro de Pavón) fue un desahogo que no despertó a nadie, pese al griterío en Brandsen 805. Fernandez tuvo el 2 a 1 tras otro error de los centrales y al instante, Agustín Rossi tuvo que solucionar una mala devolución de Barrios.

Boca corrió mucho pero jugó poco. Franco Cristaldo y Tomás Pochettino, dos pibes formados en Casa Amarilla, manejaron la pelota aunque con los minutos se fueron diluyendo. Bajo esta coyuntura, Ezequiel Unsain no tuvo que revolcarse en esos cuarenta y cinco minutos iniciales. Porque más allá del gol, el puntero casi no llegó al área rival.

En el complemento, Boca pudo haber ganado. Dos veces lo tuvo Pavón. A esa altura, el Halcón sentía cada vez más a gusto con el empate. El ingreso de Andrés Cubas por Cristaldo fue un síntoma del concepto.

Sin embargo, llegó el error de Magallán, casi a tono con la noche negra de la defensa de Boca. El capitán entregó la pelota al medio y Márquez aprovechó el regalo para otra notable definición ante Rossi. Cuqui, gran figura, jugó un partido sensacional. Aguantó, asistió y convirtió. Siempre fue peligroso. Hasta un penal le hizo Goltz, pero Rapallini no cobró.

El pibe Maroni y Wanchope Abila habían entrado para refrescar el ataque. Pero Defensa se hizo impenetrable. Corrió, presionó, no le dio un centímetro a Boca y logró un triunfo legendario que puede cambiar el futuro del campeonato.

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