Trump alardea de haberse mofado de Trudeau
El presidente admite que discutió con el primer ministro de Canadá sobre comercio sin conocer los datos
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Donald Trump quiere llevar la razón sí o sí, y eso provoca situaciones como la que protagonizó este miércoles en un evento de recaudación de fondos para un senador republicano. El presidente admitió que discutió con Justin Trudeau sobre las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá sin conocer los datos. Insistió en que la balanza entre los dos países tenía un déficit, cuando los datos del Departamento de Comercio reflejan lo contrario.
Trump dice que Trudeau “es un buen chico” y “guapo”. Contó, imitando su voz, que el primer ministro le dijo que EE UU no tenía déficit comercial con su país. “Te equivocas, Justin”, comenta que le respondió, al tiempo que reconoce que discutió con él sin conocer los datos. “No tenía ni idea”, se le escucha afirmar en una grabación obtenida por The Washington Post, “simplemente se lo solté”.
El presidente, de hecho, contradice las mismas estadísticas que elabora su propio gobierno. Los intercambios entre los dos aliados y socios del NAFTA –acuerdo de libre comercio norteamericano- generaron un balance positivo de 2.700 millones de dólares en 2017 favorable a EE UU. También hubo superávit en 2016 y 2015, de acuerdo con las referencias que se dan en las tablas publicadas.
Pero el presidente volvió a insistir este jueves, en una respuesta indirecta a la información del Post, con un mensaje que colgó en las redes sociales. “Claro que tenemos un déficit comercial con Canadá”, reitera, “como tenemos con casi todos los países (con algunos de ellos masivos)”. A partir de ahí apunta que lo que pasa es que al primer ministro canadiense “no le gusta decir” que su país tiene un superávit frente a EE UU. “Pero lo tienen”, remacha.
El déficit del que habla Trump significa en la práctica que EE UU compra más a Canadá de lo que Canadá recibe de EE UU. Es una acusación que desde la campaña electoral hace extensible al resto del mundo, especialmente contra Europa, China y México, para, con su mensaje populista y nacionalista, llegar a la base de electores más castigada por el fenómeno de la globalización.
El comentario trasciende, además, en un momento clave del proceso de negociación del NAFTA y con el temor a una guerra comercial por el nuevo arancel impuesto por Trump al acero y el aluminio extranjeros. El cálculo de la balanza comercial sí muestra, sin embargo, que EE UU tuvo con Canadá un déficit de 23.200 millones de dólares en los intercambios de bienes, como metales, coches, juguetes, madera o energía. El superávit en los servicios fue de 25.900 millones.
Se da, además, la circunstancia de que EE UU y Canadá hace el cálculo de la balanza comercial de una manera distinta. Trump, de hecho, maneja los datos a su conveniencia y así consigue distorsionar su mensaje dirigido a los trabajadores manufactureros. Le economía de EE UU, sin embargo, depende más de la actividad que generan bancos, firmas tecnológicas, la salud, el turismo o la enseñanza.
EE UU acumuló el pasado ejercicio un déficit comercial global de 566.000 millones de dólares, tras crecer un 12,1%. Es una tendencia que va en sentido opuesto a su promesa de lograr un superávit en dos años. Pero que le da munición para justificar sus medidas proteccionistas. En una economía que depende en dos terceras partes del consumo y que crece, es normal que acuda al exterior para saciar la demanda.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Donald Trump quiere llevar la razón sí o sí, y eso provoca situaciones como la que protagonizó este miércoles en un evento de recaudación de fondos para un senador republicano. El presidente admitió que discutió con Justin Trudeau sobre las relaciones comerciales entre Estados Unidos y Canadá sin conocer los datos. Insistió en que la balanza entre los dos países tenía un déficit, cuando los datos del Departamento de Comercio reflejan lo contrario.
Trump dice que Trudeau “es un buen chico” y “guapo”. Contó, imitando su voz, que el primer ministro le dijo que EE UU no tenía déficit comercial con su país. “Te equivocas, Justin”, comenta que le respondió, al tiempo que reconoce que discutió con él sin conocer los datos. “No tenía ni idea”, se le escucha afirmar en una grabación obtenida por The Washington Post, “simplemente se lo solté”.
El presidente, de hecho, contradice las mismas estadísticas que elabora su propio gobierno. Los intercambios entre los dos aliados y socios del NAFTA –acuerdo de libre comercio norteamericano- generaron un balance positivo de 2.700 millones de dólares en 2017 favorable a EE UU. También hubo superávit en 2016 y 2015, de acuerdo con las referencias que se dan en las tablas publicadas.
Pero el presidente volvió a insistir este jueves, en una respuesta indirecta a la información del Post, con un mensaje que colgó en las redes sociales. “Claro que tenemos un déficit comercial con Canadá”, reitera, “como tenemos con casi todos los países (con algunos de ellos masivos)”. A partir de ahí apunta que lo que pasa es que al primer ministro canadiense “no le gusta decir” que su país tiene un superávit frente a EE UU. “Pero lo tienen”, remacha.
El déficit del que habla Trump significa en la práctica que EE UU compra más a Canadá de lo que Canadá recibe de EE UU. Es una acusación que desde la campaña electoral hace extensible al resto del mundo, especialmente contra Europa, China y México, para, con su mensaje populista y nacionalista, llegar a la base de electores más castigada por el fenómeno de la globalización.
El comentario trasciende, además, en un momento clave del proceso de negociación del NAFTA y con el temor a una guerra comercial por el nuevo arancel impuesto por Trump al acero y el aluminio extranjeros. El cálculo de la balanza comercial sí muestra, sin embargo, que EE UU tuvo con Canadá un déficit de 23.200 millones de dólares en los intercambios de bienes, como metales, coches, juguetes, madera o energía. El superávit en los servicios fue de 25.900 millones.
Se da, además, la circunstancia de que EE UU y Canadá hace el cálculo de la balanza comercial de una manera distinta. Trump, de hecho, maneja los datos a su conveniencia y así consigue distorsionar su mensaje dirigido a los trabajadores manufactureros. Le economía de EE UU, sin embargo, depende más de la actividad que generan bancos, firmas tecnológicas, la salud, el turismo o la enseñanza.
EE UU acumuló el pasado ejercicio un déficit comercial global de 566.000 millones de dólares, tras crecer un 12,1%. Es una tendencia que va en sentido opuesto a su promesa de lograr un superávit en dos años. Pero que le da munición para justificar sus medidas proteccionistas. En una economía que depende en dos terceras partes del consumo y que crece, es normal que acuda al exterior para saciar la demanda.