"Tengo miedo tras lo sucedido, quedé con un trauma", dice el taxista que por poco fue atracado por el 'terror de Yapacaní'
El taxista que asegura haber sido atracado por Jhony Beltrán, uno de los reos prófugos de Palmasola, relata lo ocurrido
Pablo Cambara
El Deber
Lorenzo Merino Rodríguez, un hombre de 36 años que desde hace 13 se gana la vida manejando su taxi, relata lo ocurrido ayer (miércoles) cuando tuvo de frente, según afirma él, a Jhony Beltrán, uno de los reos que fugó el lunes de la cárcel de Palmasola.
"Ahora que sube un pasajero y cierra la puerta me sobresalto y miro hacia atrás. Siento miedo por el trauma que sufrí", dice mientras cierra sus ojos denotando el sentir de su última frase. Esta persona asegura haber sido víctima de un intento de atraco que fue perpetrado por Beltrán.
Vestido con una camisa amarilla y un pantalón de color negro, Lorenzo inicia su relato, mientras se acomoda en un sillón en la sala de redacción de EL DEBER.
Antes toma un respiro y recuerda a su familia. Su hermano le pidió que no denunciase el hecho, que podría exponerse a sí mismo o lo peor, a su esposa y a sus dos hijos. Se justifica diciendo de que debe hacerlo, que es su obligación contar lo que pasó.
Parese a la derecha y bájese
Todo iba normal, lo consideraba un pasajero como cualquier otro. Eran las 14:10. Subió presuroso a su taxi desde el segundo anillo de la avenida Brasil y le pidió que lo llevase hasta el mercado Primavera.
No dijo nada durante todo el viaje. El hombre estaba vestido de polera azul oscura y de jeans. No llevaba consigo ninguna mochila, solo un cuchillo que escondía entre su ropa.
"Yo no lo conocía, recién cuando vi su foto en la televisión lo pude reconocer. Era él (...) el mismo que me quiso atracar y robar mi vehículo", decía Lorenzo, mientras mostraba una herida en el dedo anular de su mano izquierda, un marca que el hombre de polera azul le hizo mientras forcejeaban.
"Sentí un fuerte golpe en mi espalda. Él me dijo que me estacione a la derecha y que me bajara del auto. Lo hacía mientras me ponía su cuchillo en mi costado derecho. Lo que me salvó la vida fue que su arma se atoró en el respaldar que tengo en mi asiento, allí le apreté su muñeca y como pude crucé mi vehículo en plena calle. Un micro que circulaba por allí se detuvo. El chofer me pregunta que por qué colocaba así mi taxi. Le grité que me estaban asaltando".
Golpes y huida
Lorenzo se emociona mientras cuenta lo sucedido. Otra vez recuerda a sus hijos. Menciona que es la primera vez en los 13 años que lleva trabajando detrás del volante que es víctima de un atraco. No aguanta y se le quebra la voz.
Luego retoma su relato y vuelve a enseñar su dedo que ahora está vendado. "Me están asaltando grité, mientras seguía sujetando con fuerza la muñeca de mi asaltante y evitando que su cuchillo me perforara".
Los pasajeros al ver el aterrador cuadro deciden bajar para ayudarlo. El atracador también baja del taxi e intenta huir pero es alcanzado por el grupo que lo reduce y lo golpea. El hombre, aquel que vestía una polera azul oscura y unos jeans, sale corriendo y se mete hasta un canal de drenaje. Nadie lo sigue y solo lo ven como se pierde entre el cañaveral que hay en San Aurelio.
"Me siento afortunado. No le miento. Tengo miedo. Pero era algo que tenía que hacer", dice.
Son buscados por la Policía
Jhony Beltrán es un hombre acusado de diversos crímenes en Yapacaní, entre ellos violación, fue condenado a 25 años de prisión. Escapó de la cárcel de Palmasola junto a Gadiel Torrico, un sentenciado a tres años por el delito de portación de armas, pese a estar implicado en robos.
Pablo Cambara
El Deber
Lorenzo Merino Rodríguez, un hombre de 36 años que desde hace 13 se gana la vida manejando su taxi, relata lo ocurrido ayer (miércoles) cuando tuvo de frente, según afirma él, a Jhony Beltrán, uno de los reos que fugó el lunes de la cárcel de Palmasola.
"Ahora que sube un pasajero y cierra la puerta me sobresalto y miro hacia atrás. Siento miedo por el trauma que sufrí", dice mientras cierra sus ojos denotando el sentir de su última frase. Esta persona asegura haber sido víctima de un intento de atraco que fue perpetrado por Beltrán.
Vestido con una camisa amarilla y un pantalón de color negro, Lorenzo inicia su relato, mientras se acomoda en un sillón en la sala de redacción de EL DEBER.
Antes toma un respiro y recuerda a su familia. Su hermano le pidió que no denunciase el hecho, que podría exponerse a sí mismo o lo peor, a su esposa y a sus dos hijos. Se justifica diciendo de que debe hacerlo, que es su obligación contar lo que pasó.
Parese a la derecha y bájese
Todo iba normal, lo consideraba un pasajero como cualquier otro. Eran las 14:10. Subió presuroso a su taxi desde el segundo anillo de la avenida Brasil y le pidió que lo llevase hasta el mercado Primavera.
No dijo nada durante todo el viaje. El hombre estaba vestido de polera azul oscura y de jeans. No llevaba consigo ninguna mochila, solo un cuchillo que escondía entre su ropa.
"Yo no lo conocía, recién cuando vi su foto en la televisión lo pude reconocer. Era él (...) el mismo que me quiso atracar y robar mi vehículo", decía Lorenzo, mientras mostraba una herida en el dedo anular de su mano izquierda, un marca que el hombre de polera azul le hizo mientras forcejeaban.
"Sentí un fuerte golpe en mi espalda. Él me dijo que me estacione a la derecha y que me bajara del auto. Lo hacía mientras me ponía su cuchillo en mi costado derecho. Lo que me salvó la vida fue que su arma se atoró en el respaldar que tengo en mi asiento, allí le apreté su muñeca y como pude crucé mi vehículo en plena calle. Un micro que circulaba por allí se detuvo. El chofer me pregunta que por qué colocaba así mi taxi. Le grité que me estaban asaltando".
Golpes y huida
Lorenzo se emociona mientras cuenta lo sucedido. Otra vez recuerda a sus hijos. Menciona que es la primera vez en los 13 años que lleva trabajando detrás del volante que es víctima de un atraco. No aguanta y se le quebra la voz.
Luego retoma su relato y vuelve a enseñar su dedo que ahora está vendado. "Me están asaltando grité, mientras seguía sujetando con fuerza la muñeca de mi asaltante y evitando que su cuchillo me perforara".
Los pasajeros al ver el aterrador cuadro deciden bajar para ayudarlo. El atracador también baja del taxi e intenta huir pero es alcanzado por el grupo que lo reduce y lo golpea. El hombre, aquel que vestía una polera azul oscura y unos jeans, sale corriendo y se mete hasta un canal de drenaje. Nadie lo sigue y solo lo ven como se pierde entre el cañaveral que hay en San Aurelio.
"Me siento afortunado. No le miento. Tengo miedo. Pero era algo que tenía que hacer", dice.
Son buscados por la Policía
Jhony Beltrán es un hombre acusado de diversos crímenes en Yapacaní, entre ellos violación, fue condenado a 25 años de prisión. Escapó de la cárcel de Palmasola junto a Gadiel Torrico, un sentenciado a tres años por el delito de portación de armas, pese a estar implicado en robos.