Papelonazo de Argentina ante España
Tremenda paliza nos dio España, con un 6-1 implacable y Messi sufriendo desde la platea. Alta preocupación de cara al Mundial, con un equipo que jugó muy mal y se regaló atrás.
Sergio Maffei
smaffei@ole.com.ar
Golpe duro, tremendo, de ésos que duelen, en el Wanda Metropolitano. Histórico, seis goles en contra no es algo normal y el baile de España fue terrible. Con Messi sentado al lado de Lanzini en una tribuna, cuánto se lo extrañó a Leo. Y cuánto golpea esta goleada a menos de tres meses para el Mundial. Esta vez el rival fue de los de en serio, de los mejores del mundo, y la Argentina fue cómplice para esta autoflagelación a puro toque y gol.
Perder un amistoso puede pasar, es parte del juego, pero esto complica todo en un momento en que esta Selección que se clasificó de última al Mundial necesitaba confianza y afianzarse. Porque sin Messi y frente a una selección seria, la Argentina dio lástima. Fue vulnerable dejando estancias en el fondo y en cada ataque español había olor a gol. Y fue media docena, uno recibió Romero y cinco Caballero, que entró por la lesión de Chiquito en el 1-0 de Costa, en el arranque.
Mascherano y Biglia perdieron siempre en velocidad, Banega no aportó nada y los dos laterales con tendencia ofensiva fueron un auténtico suicidio para la Selección, futbolísticamente hablando. Hubo virtudes de una España que sabe a qué juega y que maneja la pelota como pocos equipos y defectos propios para tener la pelota, para manejar los tiempos, para dominar. La Selección la miró pasar, ni el descuento de Otamendi al final del primer tiempo pudo cambiar el rumbo.
¿Y Meza pudo mostrarse? ¿Y Lo Celso? Ninguno logró sumar, nada de nada. Rojo, en su regreso tras un año, hizo agua en el fondo. Lautaro Martínez debutó cuando ya era goleada y Pavón entró en una situación compleja, al igual que Pablo Pérez, hasta pegando de caliente. Ya era vergüenza consumada cuando les tocó su turno en Madrid.
Golpe impensado en este ciclo de Sampaoli. Después de la sufrida clasificación, había ilusión con armar algo alrededor de Messi. Pero Leo no estuvo, tampoco el Kun ni Di María, tocó jugar con España y fue un equipo invisible. El del papelonazo en Madrid.
Sergio Maffei
smaffei@ole.com.ar
Golpe duro, tremendo, de ésos que duelen, en el Wanda Metropolitano. Histórico, seis goles en contra no es algo normal y el baile de España fue terrible. Con Messi sentado al lado de Lanzini en una tribuna, cuánto se lo extrañó a Leo. Y cuánto golpea esta goleada a menos de tres meses para el Mundial. Esta vez el rival fue de los de en serio, de los mejores del mundo, y la Argentina fue cómplice para esta autoflagelación a puro toque y gol.
Perder un amistoso puede pasar, es parte del juego, pero esto complica todo en un momento en que esta Selección que se clasificó de última al Mundial necesitaba confianza y afianzarse. Porque sin Messi y frente a una selección seria, la Argentina dio lástima. Fue vulnerable dejando estancias en el fondo y en cada ataque español había olor a gol. Y fue media docena, uno recibió Romero y cinco Caballero, que entró por la lesión de Chiquito en el 1-0 de Costa, en el arranque.
Mascherano y Biglia perdieron siempre en velocidad, Banega no aportó nada y los dos laterales con tendencia ofensiva fueron un auténtico suicidio para la Selección, futbolísticamente hablando. Hubo virtudes de una España que sabe a qué juega y que maneja la pelota como pocos equipos y defectos propios para tener la pelota, para manejar los tiempos, para dominar. La Selección la miró pasar, ni el descuento de Otamendi al final del primer tiempo pudo cambiar el rumbo.
¿Y Meza pudo mostrarse? ¿Y Lo Celso? Ninguno logró sumar, nada de nada. Rojo, en su regreso tras un año, hizo agua en el fondo. Lautaro Martínez debutó cuando ya era goleada y Pavón entró en una situación compleja, al igual que Pablo Pérez, hasta pegando de caliente. Ya era vergüenza consumada cuando les tocó su turno en Madrid.
Golpe impensado en este ciclo de Sampaoli. Después de la sufrida clasificación, había ilusión con armar algo alrededor de Messi. Pero Leo no estuvo, tampoco el Kun ni Di María, tocó jugar con España y fue un equipo invisible. El del papelonazo en Madrid.