La última rotura de Messi fue también en el adductor derecho
Fue en septiembre de 2016. Se produjo después de una concentración con Argentina en la que sufrió problemas en el pubis. El Barça está muy atento a la evolución de esta nueva lesión.
Juan Jiménez
As
Quien más quien menos en el Barcelona no ha podido evitar recordar estos días que la última lesión seria de Messi fue una rotura en el adductor derecho que se produjo ante el Atlético de Madrid el 21 de septiembre de 2016. Y que se produjo apenas diez días después de que regresase de un parón con la selección de Argentina. Messi jugó dos partidos de clasificación para el Mundial ante Uruguay en casa (1-0) y Venezuela fuera (2-2). Lo hizo con problemas en su pubis izquierdo. Regresó entonces a la Ciudad Condal y Luis Enrique lo dejó en el banquillo ante el Alavés, pero se vio obligado a sacarle la última media hora (1-2). Pese a los abultados resultados, el argentino jugó todo el partido ante Celtic (7-0) y Leganés (1-5). En el partido entre semana, este sí de exigencia brutal ante el Atlético de Madrid, se rompió luchando por un balón con Godín. Estuvo tres semanas de baja. Messi no se ha vuelto a lesionar desde entonces.
En el partido de la semana pasada ante el Athletic de Bilbao, Messi se tocó el adductor de la pierna derecha y ya dejó algún motivo de preocupación. La molestia habría aumentado en uno de los entrenamientos con Argentina en Manchester y el jugador ha preferido ser prudente. El Barça tiene por delante siete partidos en los próximos 21 días y, si elimina al Roma, 13 en los próximos 43 días. Un momento para ser precavido, especialmente con el Mundial a la vista. La voluntad de Messi, sin duda, era estar en el Wanda, pero el crack de Rosario es muy consciente de que no puede arriesgar lo más mínimo y que esa lesión exige reposo. Desde el Barcelona se espera el regreso del jugador para conocer de primera mano cuál es la dolencia y qué gestión se puede hacer del futbolista para los próximos partidos. Los cuartos de la Champions están a apenas diez días vista.
Juan Jiménez
As
Quien más quien menos en el Barcelona no ha podido evitar recordar estos días que la última lesión seria de Messi fue una rotura en el adductor derecho que se produjo ante el Atlético de Madrid el 21 de septiembre de 2016. Y que se produjo apenas diez días después de que regresase de un parón con la selección de Argentina. Messi jugó dos partidos de clasificación para el Mundial ante Uruguay en casa (1-0) y Venezuela fuera (2-2). Lo hizo con problemas en su pubis izquierdo. Regresó entonces a la Ciudad Condal y Luis Enrique lo dejó en el banquillo ante el Alavés, pero se vio obligado a sacarle la última media hora (1-2). Pese a los abultados resultados, el argentino jugó todo el partido ante Celtic (7-0) y Leganés (1-5). En el partido entre semana, este sí de exigencia brutal ante el Atlético de Madrid, se rompió luchando por un balón con Godín. Estuvo tres semanas de baja. Messi no se ha vuelto a lesionar desde entonces.
En el partido de la semana pasada ante el Athletic de Bilbao, Messi se tocó el adductor de la pierna derecha y ya dejó algún motivo de preocupación. La molestia habría aumentado en uno de los entrenamientos con Argentina en Manchester y el jugador ha preferido ser prudente. El Barça tiene por delante siete partidos en los próximos 21 días y, si elimina al Roma, 13 en los próximos 43 días. Un momento para ser precavido, especialmente con el Mundial a la vista. La voluntad de Messi, sin duda, era estar en el Wanda, pero el crack de Rosario es muy consciente de que no puede arriesgar lo más mínimo y que esa lesión exige reposo. Desde el Barcelona se espera el regreso del jugador para conocer de primera mano cuál es la dolencia y qué gestión se puede hacer del futbolista para los próximos partidos. Los cuartos de la Champions están a apenas diez días vista.