La esposa de militar escuchó por teléfono: “nos están disparando”

Una esposa, hermanos y padres lloran la muerte de los dos sargentos militares. Promesas de amor, sueños y el deseo de reunirse nuevamente quedaron atrás.

María Carballo / La Paz
“¡Nos están disparando, nos están disparando!”, fue el grito que escuchó de fondo Anahí Grisel Alá Gutiérrez cuando conversaba con su esposo, el sargento Fidel Chávez (de 25 años), segundos antes de que falleciera junto a su camarada Vladimir Siñani (23).



“Después ya no escuché nada más, fue la última vez que hablé con él”, contó la mujer.


Chávez junto al suboficial Siñani trasladaban un vehículo Toyota Corolla, blanco, indocumentado, a la Unidad Militar de Huachacalla por la carretera Sabaya-Cahuana cuando fueron interceptados por un grupo de contrabandistas en un vehículo Toyota Tondra de color beige.


El cuerpo de Siñani fue encontrado a 100 metros de la ruta Sabaya-Cahuana, mientras que Chávez falleció en el Hospital de Huachacalla (Oruro), donde se los trasladó con la esperanza de salvarles la vida.


Fidel y Griselda se casaron el 9 de diciembre de 2017 con el sueño de comprar una casa y tener al menos dos hijos.




“Él vivía aquí conmigo, teníamos tres meses de casados. Queríamos tener una familia, ser felices, ahora lo único que quiero es que se haga justicia”, señaló.


La pareja se amaba y así lo demostraban en las redes sociales. “Te amaré por mil años más”, escribió Fidel hace poco a su esposa desde su muro de Facebook.


Griselda respondió el mensaje después de enterarse del deceso de su esposo: “Amor mío, siempre te llevaré en mi corazón (...) Esperame al lado de Diosito, ya estaremos juntitos otra vez. Te amaré mil años más”.


Dejó el magisterio


Vladimir Siñani, el otro militar, estudió tres años en la Escuela Normal Superior Simón Bolívar para ser profesor de música. Tomó la carrera a pedido de sus padres que viven en el municipio de Batallas, en el departamento de La Paz. Sin embargo, Vladimir siempre quiso ser militar.


“Le encantaba el uniforme, las armas, se sentía importante siendo militar. Mi otro hermano menor también es militar por influencia de Vladimir”, contó Liliana, hermana del militar.




Relata que Vladimir cumplía el segundo día de trabajo en su nuevo destino. Era un joven hogareño y amante del fútbol.


Yonel, otro de sus hermanos, cuenta que Vladimir mantenía a sus padres y cada fin de semana estaba con ellos.


“Se olvidaba de sus amigos, de tomar, de todo, con tal de estar con mis papás”, narra.


Asegura que lo “mataron como a un animal”, pues todos los disparos le llegaron a la cabeza.


El hecho ocurrió poco antes del mediodía del domingo, pero los familiares no pudieron recoger los cuerpos sino hasta las 16:00 de ayer. El Comando de Segunda División del Ejército ofreció una misa ayer para velar ambos cuerpos.

El recuento del hecho

El ataque Los dos sargentos del Ejército fueron atacados mientras efectuaban una operación aduanera para impedir el intenso ingreso ilegal de autos indocumentados desde los puertos chilenos de Arica e Iquique.
Los disparos “Una patrulla de la Unidad de Control Aduanero fue emboscada en Sabaya (a 50 kilómetros de Pisiga) por chuteros”, cita un comunicado del Regimiento de Infantería 22 Mejillones. Se informó que uno de ellos murió por un disparo de bala en la frente.
Trabajo conjunto Las aduanas de Bolivia y Chile trabajaron el año pasado para compartir información de los pasos no habilitados, identificados como rutas usadas para el narcotráfico y el contrabando de bienes, actividades recurrentes en la frontera.
Uno de los fallecidos cumplía su segundo día en nuevo destino



El sargento inicial Vladimir Evan Siñani Ticona, acribillado el domingo por contrabandistas, cumplía el segundo día de trabajo en su nuevo destino, después de una exitosa carrera en calidad de instructor y satinador, informaron sus familiares en la ciudad de Oruro.


Ellos viajaron a esa ciudad a recoger el cuerpo y trasladarlo a su comunidad natal de Batallas, en el departamento de La Paz.

Uno de los hermanos contó a Radio Pío XII de la red ERBOL que su primer destino fue la ciudad de Trinidad, después fue enviado a Challapata y Corque como satinador, y recientemente fue trasladado a Sabaya por ser buen instructor.


Lamentó que desde las 11:45 del domingo las autoridades de la Fiscalía de Oruro no hayan dado celeridad a su trabajo para informar a los familiares sobre las circunstancias en que el sargento Siñani y su camarada Fidel Chávez fueron atacados en la comunidad de Villa Vitalina, en el municipio Sabaya del departamento de Oruro.


Los familiares denunciaron “negligencia total” de parte de la Fiscalía para realizar la autopsia de ley en la morgue de Oruro y entregar los cuerpos a sus seres queridos.


En horas de la mañana de ayer también se contactaron con el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, para formular un reclamo, pero luego perdieron comunicación, explicó el familiar.




“Los trataron como a animales, son gente mala, son francotiradores porque todos los impactos son en la cabeza, no tanto en el cuerpo. Sufrieron para morir y por eso necesitamos una investigación profunda”, declaró.


Dijo que Vladimir Siñani tenía 23 años de edad, era soltero y con su trabajo mantenía a su padre y madre que viven en el campo.


Ahora los familiares exigen justicia y que se identifique a los autores del crimen.


Los militares acompañaron a la Unidad de Control Aduanero (UCA) de la Aduana Nacional y perdieron la vida en una emboscada de contrabandistas.


Los enfrentamientos entre fuerzas del orden y comerciantes con mercancía ilegal se volvieron recurrentes en los últimos años.


En febrero, en un operativo ejecutado en Patacamaya, funcionarios de la Aduana, en coordinación con efectivos del Ejército, tuvieron que utilizar un tanque blindado para disuadir a un grupo de choque contratado por contrabandistas para proteger su mercadería.

“Contrabando utiliza al menos 120 rutas alternas”



“El contrabando utiliza al menos 120 rutas alternas entre los departamentos de Oruro y Potosí a lo largo de la frontera con Chile para eludir los controles aduaneros”, advirtió el secretario ejecutivo de la Cámara Boliviana de Transporte de Carga Nacional e Internacional, Gustavo Rivadeneira.

La extensa frontera con Chile, dijo, dificulta las tareas de fiscalización que despliega la Unidad de Control Aduanero (UCA), por lo que “es necesario endurecer las acciones de lucha contra el contrabando”, dijo a ANF.


En su criterio las políticas implementadas hasta ahora no han demostrado efectividad, en parte porque el contrabando dispone de equipamiento y tecnología sofisticados que superan los recursos de los que disponen los organismos estatales.


Rivadeneira lamentó la muerte de dos sargentos de la UCA a manos de contrabandistas ocurrida este domingo en el municipio de Sabaya, Oruro, y aseguró que “eso está demostrando que hay que reforzar la seguridad de aduaneros y militares y de los propios transportistas que recorren largas distancias a través de rutas legales”.


El dirigente del transporte de carga sugirió, por ejemplo, “chatarrarizar” los autos chutos que apoyan la actividad ilegal como señal clara de que se implementará una lucha frontal contra el contrabando.




El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, a tiempo de lamentar los últimos hechos, demandó un mayor respaldo del Estado a la Aduana Nacional de Bolivia (ANB), desde los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial. “Muchas veces los contrabandistas están mejor pertrechados y armados que nuestra Aduana”, explicó.

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