La barra de Boca apretó a los jugadores y les pidió que "dejen el puterío y ganen la Libertadores"
La reunión fue en Casa Amarilla, tras el entrenamiento del plantel de Barros Schelotto. No hubo gritos ni violencia.
Clarín
En la previa del partido ante Talleres, en Boca no se habla sobre el sistema táctico que utilizará Guillermo Barros Schelotto ni sobre cómo el Mellizo Guillermo Barros Schelotto reemplazará a Carlos Tevez. El foco, al cabo, nada tiene que ver con la pelota. Tras la práctica matutina del plantel, este sábado, un grupo de quince barrabravas -con Rafael Di Zeo a la cabeza- apretó a los jugadores xeneizes: les pidieron "más actitud, que dejen el puterío y que ganen la Copa Libertadores y la Superliga". No hubo gritos ni violencia.
Poco importó que el entrenamiento fuera a puertas cerradas. Con total impunidad, cada uno de los violentos ingresó en el predio de Casa Amarilla (fueron en total tres autos repletos con vidrios polarizados repletos de barras). Se dirigieron al sector en el que los jugadores terminaban la práctica. La charla, que se extendió por más de 20 minutos, no fue violenta ni en malos términos, pero dejó en evidencia el poder con el que se manejan los violentos dentro del club. Algunas versiones indican que esta reunión estaba pactada desde el jueves pasado.
Además del pedido por la Libertadores, en la "visita" se hizo foco en la derrota ante River, en la Supercopa disputada en Mendoza, y en que los futbolistas dejen de lado las distracciones ajenas a la pelota.
Este domingo, Boca enfrentará a Talleres, su escolta, con la tarea de obtener una victoria que le permita alejarse en lo más alto de la Superliga.
Clarín
En la previa del partido ante Talleres, en Boca no se habla sobre el sistema táctico que utilizará Guillermo Barros Schelotto ni sobre cómo el Mellizo Guillermo Barros Schelotto reemplazará a Carlos Tevez. El foco, al cabo, nada tiene que ver con la pelota. Tras la práctica matutina del plantel, este sábado, un grupo de quince barrabravas -con Rafael Di Zeo a la cabeza- apretó a los jugadores xeneizes: les pidieron "más actitud, que dejen el puterío y que ganen la Copa Libertadores y la Superliga". No hubo gritos ni violencia.
Poco importó que el entrenamiento fuera a puertas cerradas. Con total impunidad, cada uno de los violentos ingresó en el predio de Casa Amarilla (fueron en total tres autos repletos con vidrios polarizados repletos de barras). Se dirigieron al sector en el que los jugadores terminaban la práctica. La charla, que se extendió por más de 20 minutos, no fue violenta ni en malos términos, pero dejó en evidencia el poder con el que se manejan los violentos dentro del club. Algunas versiones indican que esta reunión estaba pactada desde el jueves pasado.
Además del pedido por la Libertadores, en la "visita" se hizo foco en la derrota ante River, en la Supercopa disputada en Mendoza, y en que los futbolistas dejen de lado las distracciones ajenas a la pelota.
Este domingo, Boca enfrentará a Talleres, su escolta, con la tarea de obtener una victoria que le permita alejarse en lo más alto de la Superliga.