Isco: por qué es fijo en España y no en el Real Madrid
La dicotomía entre el Isco imperial con La Roja y el Isco con altibajos en el Madrid es uno de los misterios de la temporada. Analizamos las razones de esta diferencia.
Carlos Forjanes
As
“La Selección me da la vida, en el Madrid no tengo continuidad…”. Así se sinceró Isco nada más colaborar en la demolición de Argentina (6-1) con un hat-trick, el primero que hace con España. La honestidad fue total: “Quizá es porque no me lo he ganado”. Y ahí radica uno de los grandes misterios de esta temporada. Esa dicotomía entre el Isco imperial con La Roja y el Isco con altibajos en Chamartín. ¿Por qué?
La confianza se la da Lopetegui
Confianza, la palabra clave para Isco. “Lopetegui me la demuestra con partidos, en el Madrid no tengo la confianza que un jugador necesita, quizás el problema soy yo que no me la he ganado”, decía Isco. A Lopetegui lo tiene entregado desde el primer día, desde el Europeo de Israel con la Sub-21 en 2013. Tampoco lo ocultó cuando llegó al cargo de seleccionador de la absoluta (“Isco me apasiona”, dijo en una de sus primeras entrevistas) ni lo sigue haciendo ahora. Y se lo demuestra con hechos. Con Lopetegui, Isco sabe que jugará los partidos de alto calibre. Lo hizo en el 3-0 a Italia en el Bernabéu, cuando bailó a Verratti y logró hacerle un doblete a la azzurra. A Lopetegui no le da miedo, además, alinearle con futbolistas de un perfil creativo similar: “Iniesta y él pueden jugar juntos maravillosamente bien”.
Zidane llegó al cargo con guiños al malagueño (“Se parece a mí”, confesó) pero su favor por el 22 madridista fluctúa. Tanto que tuvo que salir públicamente a decir que no lo traspasará en verano tras una información publicada por El Chiringuito. Pese a ser un jugador clave en el tramo final de la campaña pasada (final de Cardiff incluida) y sostener al equipo con la bbC sin dar señales de vida al inicio de esta, Isco ha sido sustituido 23 veces esta temporada. En Cornellà hizo visible su frustración en esos 35 segundos andando para salir del campo que tantas críticas le acarrearon. En Ipurua enmendó la plana al ser sustituido. Pero asumió que sería suplente en París y ahora tiene asumido que en Turín, salvo giro de los acontecimientos, empezará en el banquillo...
El 4-3-3 de Zidane le perjudicó…
El de Arroyo de la Miel ha tenido que batallar desde que llegó contra el costoso peaje que supone la bbC. Desde que el trío Casemiro-Kroos-Modric se hizo inamovible en el 4-3-3, sólo encontró continuidad real cuando Zidane se atrevió (por las lesiones de Bale) a pasarse al 4-4-2. Aunque este último dibujo empieza a imponerse definitivamente, la transición de uno a otro y ese último intento de exorcismo al tridente de delanteros de lujo, enterrado con el 2-2 ante el Levante, abrió huecos por los que se le han colado Lucas Vázquez (seis veces titular en las últimas ocho jornadas de Liga y también en París) y Asensio (cinco titularidades en Liga en ese tramo y también en el once de vuelta contra el PSG). Incluso Kovacic le ha limado protagonismo, como en el Clásico del Bernabéu (0-3).
Sistema a un lado, las jerarquías también juegan en su contra. En el Madrid, las faltas son coto cerrado para Cristiano. Con España le coló una espectacular a Buffon, próximo rival, ahora con la Juventus, en apenas seis días.
La Roja, un estilo asociativo que le va mejor
Hat-trick a Argentina a un lado, quizá el mejor ejemplo de que Isco se siente más cómodo en el traje de la Selección fue su golazo a Albania en el 3-0 a Albania. Una obra de arte tras 18 toques del equipo. Puro estilo asociativo. En el Madrid, parte de afición y crítica le acusa de ralentizar el juego. Por eso, la electricidad de Lucas Vázquez le ha adelantado. Isco marida bien cuando se reúne en la medular La Roja con azulgranas (Iniesta…) y atléticos. “Es el mejor”, aseveró Koke tras el 6-1 a Argentina.
La pausa con España le beneficia; tiene que arriesgar menos. Contra Argentina, Isco sólo falló dos pases de 45 y apenas perdió cinco balones. En Düsseldorf, en el 1-1 ante Alemania, seis. En el Real Madrid, promedia 12 pérdidas por partido... En el Wanda batió varios récords de una tacada. Pero sobre todo hablan sus goles. Nueve tantos en 13 partidos con Lopetegui, uno cada 75 minutos de juego. En el Madrid ve portería cada 327’. Es la dicotomía de Isco. Se encamina al Mundial de Rusia siendo esencial para España, mientras el Madrid avanza en la Champions sin que sea titularísimo…
Carlos Forjanes
As
“La Selección me da la vida, en el Madrid no tengo continuidad…”. Así se sinceró Isco nada más colaborar en la demolición de Argentina (6-1) con un hat-trick, el primero que hace con España. La honestidad fue total: “Quizá es porque no me lo he ganado”. Y ahí radica uno de los grandes misterios de esta temporada. Esa dicotomía entre el Isco imperial con La Roja y el Isco con altibajos en Chamartín. ¿Por qué?
La confianza se la da Lopetegui
Confianza, la palabra clave para Isco. “Lopetegui me la demuestra con partidos, en el Madrid no tengo la confianza que un jugador necesita, quizás el problema soy yo que no me la he ganado”, decía Isco. A Lopetegui lo tiene entregado desde el primer día, desde el Europeo de Israel con la Sub-21 en 2013. Tampoco lo ocultó cuando llegó al cargo de seleccionador de la absoluta (“Isco me apasiona”, dijo en una de sus primeras entrevistas) ni lo sigue haciendo ahora. Y se lo demuestra con hechos. Con Lopetegui, Isco sabe que jugará los partidos de alto calibre. Lo hizo en el 3-0 a Italia en el Bernabéu, cuando bailó a Verratti y logró hacerle un doblete a la azzurra. A Lopetegui no le da miedo, además, alinearle con futbolistas de un perfil creativo similar: “Iniesta y él pueden jugar juntos maravillosamente bien”.
Zidane llegó al cargo con guiños al malagueño (“Se parece a mí”, confesó) pero su favor por el 22 madridista fluctúa. Tanto que tuvo que salir públicamente a decir que no lo traspasará en verano tras una información publicada por El Chiringuito. Pese a ser un jugador clave en el tramo final de la campaña pasada (final de Cardiff incluida) y sostener al equipo con la bbC sin dar señales de vida al inicio de esta, Isco ha sido sustituido 23 veces esta temporada. En Cornellà hizo visible su frustración en esos 35 segundos andando para salir del campo que tantas críticas le acarrearon. En Ipurua enmendó la plana al ser sustituido. Pero asumió que sería suplente en París y ahora tiene asumido que en Turín, salvo giro de los acontecimientos, empezará en el banquillo...
El 4-3-3 de Zidane le perjudicó…
El de Arroyo de la Miel ha tenido que batallar desde que llegó contra el costoso peaje que supone la bbC. Desde que el trío Casemiro-Kroos-Modric se hizo inamovible en el 4-3-3, sólo encontró continuidad real cuando Zidane se atrevió (por las lesiones de Bale) a pasarse al 4-4-2. Aunque este último dibujo empieza a imponerse definitivamente, la transición de uno a otro y ese último intento de exorcismo al tridente de delanteros de lujo, enterrado con el 2-2 ante el Levante, abrió huecos por los que se le han colado Lucas Vázquez (seis veces titular en las últimas ocho jornadas de Liga y también en París) y Asensio (cinco titularidades en Liga en ese tramo y también en el once de vuelta contra el PSG). Incluso Kovacic le ha limado protagonismo, como en el Clásico del Bernabéu (0-3).
Sistema a un lado, las jerarquías también juegan en su contra. En el Madrid, las faltas son coto cerrado para Cristiano. Con España le coló una espectacular a Buffon, próximo rival, ahora con la Juventus, en apenas seis días.
La Roja, un estilo asociativo que le va mejor
Hat-trick a Argentina a un lado, quizá el mejor ejemplo de que Isco se siente más cómodo en el traje de la Selección fue su golazo a Albania en el 3-0 a Albania. Una obra de arte tras 18 toques del equipo. Puro estilo asociativo. En el Madrid, parte de afición y crítica le acusa de ralentizar el juego. Por eso, la electricidad de Lucas Vázquez le ha adelantado. Isco marida bien cuando se reúne en la medular La Roja con azulgranas (Iniesta…) y atléticos. “Es el mejor”, aseveró Koke tras el 6-1 a Argentina.
La pausa con España le beneficia; tiene que arriesgar menos. Contra Argentina, Isco sólo falló dos pases de 45 y apenas perdió cinco balones. En Düsseldorf, en el 1-1 ante Alemania, seis. En el Real Madrid, promedia 12 pérdidas por partido... En el Wanda batió varios récords de una tacada. Pero sobre todo hablan sus goles. Nueve tantos en 13 partidos con Lopetegui, uno cada 75 minutos de juego. En el Madrid ve portería cada 327’. Es la dicotomía de Isco. Se encamina al Mundial de Rusia siendo esencial para España, mientras el Madrid avanza en la Champions sin que sea titularísimo…