Increíble LeBron James: engordó 3 kilos... ¡durante un partido!
ESPN desvela los secretos de una capacidad física que empieza a ser legendaria. En 2015, LeBron James contrató a un ex Navy SEAL.
AS
LeBron James: 27,1 puntos, 9 asistencias y 8,6 rebotes de media en la temporada. En febrero promedió un triple-doble por primera vez en un mes natural y se convirtió en el primer jugador con al menos 30.000 puntos, 8.000 rebotes y 8.000 asistencias en su carrera. Por el camino, aseguró que quería jugar los 82 partidos de la Regular Season y ha ido dejando un reguero de mates y jugadas espectaculares mientras se calienta una carrera (Cavaliers, Lakers, Sixers, Rockets…) por hacerse con los servicios de cara a la próxima temporada de un jugador que en diciembre cumplirá 34 años y que debutó en la NBA con 18 y 303 días.
LeBron no declina, su físico no da pasos atrás y su vigencia empieza a ser asombrosa. No solo es cada vez mejor jugador sino que su capacidad atlética no se resiente. Él mismo ha dicho que se siente a su mejor nivel y que se lo está pasando de maravilla jugando. Una cuestión formidable que puede elevar definitivamente a LeBron al trono del rey histórico de la NBA y le permite soñar incluso con superar el récord de puntos de Kareem Abdul-Jabbar. LeBron nunca tiene lesiones serias y sale de problemas que podrían ser graves para otros jugadores prácticamente silbando. Solo en 2015, al poco de regresar a los Cavaliers, tuvo que parar un par de semanas por unos problemas de espalda que le hicieron jugar ligeramente mermado. Brian Windhorst, en un excelente artículo en ESPN, recuerda que en esta temporada 2014-15 hizo solo 88 mates, el mínimo en una temporada de su carrera y 46 menos que un año antes, en Miami Heat.
Para Windhorst se habla mucho, y con razón, de la genética de LeBron, pero se olvida su intachable ética de trabajo y su inversión de tiempo y dinero en cuidar su cuerpo, con anécdotas como un partido de finales de Conferencia con los Heat durante el que engordó más de tres kilos (pasó de casi 123 a 126) ante el pasmo de sus compañeros, que no daban crédito a un cambio visible con apenas un vistazo.
El artículo echa a la vista atrás a ese 2015 en el que LeBron estuvo diez meses recurriendo a inyecciones para tratar las inflamaciones en la espalda. Entonces contrató a Donnie Raimon, un ex Navy SEAL (durante 15 años) que sufrió una grave lesión en el cuello (durante un salto en paracaídas) y se dedicó desde entonces a la biomecánica. Convertido en un estudioso del movimiento, es un infaltable en el círculo más próximo a LeBron junto a otro personaje clave en el cuidado del Rey: Mike Mancias, su preparador físico desde 2004.
Desde que trabaja con Raimon, LeBron ha perdido peso, ha fortalecido los músculos principales y ha ejercitado sus posturas y gestos. Los resultados saltan a la vista. De LeBron ya se sabía que gasta más de un millón de dólares al año en estar en perfecta forma física: chefs, masajistas, tratamientos con nitrógeno líquido y una instalaciones en su casa que querrían para sí algunos equipos: gimnasio, sauna, cámara hiperbárica…
AS
LeBron James: 27,1 puntos, 9 asistencias y 8,6 rebotes de media en la temporada. En febrero promedió un triple-doble por primera vez en un mes natural y se convirtió en el primer jugador con al menos 30.000 puntos, 8.000 rebotes y 8.000 asistencias en su carrera. Por el camino, aseguró que quería jugar los 82 partidos de la Regular Season y ha ido dejando un reguero de mates y jugadas espectaculares mientras se calienta una carrera (Cavaliers, Lakers, Sixers, Rockets…) por hacerse con los servicios de cara a la próxima temporada de un jugador que en diciembre cumplirá 34 años y que debutó en la NBA con 18 y 303 días.
LeBron no declina, su físico no da pasos atrás y su vigencia empieza a ser asombrosa. No solo es cada vez mejor jugador sino que su capacidad atlética no se resiente. Él mismo ha dicho que se siente a su mejor nivel y que se lo está pasando de maravilla jugando. Una cuestión formidable que puede elevar definitivamente a LeBron al trono del rey histórico de la NBA y le permite soñar incluso con superar el récord de puntos de Kareem Abdul-Jabbar. LeBron nunca tiene lesiones serias y sale de problemas que podrían ser graves para otros jugadores prácticamente silbando. Solo en 2015, al poco de regresar a los Cavaliers, tuvo que parar un par de semanas por unos problemas de espalda que le hicieron jugar ligeramente mermado. Brian Windhorst, en un excelente artículo en ESPN, recuerda que en esta temporada 2014-15 hizo solo 88 mates, el mínimo en una temporada de su carrera y 46 menos que un año antes, en Miami Heat.
Para Windhorst se habla mucho, y con razón, de la genética de LeBron, pero se olvida su intachable ética de trabajo y su inversión de tiempo y dinero en cuidar su cuerpo, con anécdotas como un partido de finales de Conferencia con los Heat durante el que engordó más de tres kilos (pasó de casi 123 a 126) ante el pasmo de sus compañeros, que no daban crédito a un cambio visible con apenas un vistazo.
El artículo echa a la vista atrás a ese 2015 en el que LeBron estuvo diez meses recurriendo a inyecciones para tratar las inflamaciones en la espalda. Entonces contrató a Donnie Raimon, un ex Navy SEAL (durante 15 años) que sufrió una grave lesión en el cuello (durante un salto en paracaídas) y se dedicó desde entonces a la biomecánica. Convertido en un estudioso del movimiento, es un infaltable en el círculo más próximo a LeBron junto a otro personaje clave en el cuidado del Rey: Mike Mancias, su preparador físico desde 2004.
Desde que trabaja con Raimon, LeBron ha perdido peso, ha fortalecido los músculos principales y ha ejercitado sus posturas y gestos. Los resultados saltan a la vista. De LeBron ya se sabía que gasta más de un millón de dólares al año en estar en perfecta forma física: chefs, masajistas, tratamientos con nitrógeno líquido y una instalaciones en su casa que querrían para sí algunos equipos: gimnasio, sauna, cámara hiperbárica…