FÓRMULA 1 / Victoria de Vettel en Australia
Gran carrera en Albert Park con el alemán por delante del inglés y Raikkonen. Alonso aguantó 26 vueltas a Verstappen y terminó quinto. Sainz fue décimo.
Manuel Franco
As
Abre los brazos mostrando las palmas, gira la cabeza hacia la izquierda y en su rostro se dibuja una sonrisa de satisfacción. ¿Ves querido? viene a decirme David Coulthard. Por eso es el mejor. El escocés contaba en As estos días del GP de Australia que siempre hay que confiar en Fernando Alonso. Y es que siempre hay que confiar en los mejores, sobre todo y ante todo, pase lo que pase. Porque solo uno de los pilotos más grandes de siempre es capaz de aguantar durante 26 vueltas a otro de los mayores talentos del momento con un coche un segundo más rápido para terminar quinto cuando salía décimo. Alonso fue uno de los que demostraron que todos sus privilegios son merecidos. Otro que lo recordó fue Sebastian Vettel, cuatro veces campeón del mundo, ganador de la carrera y primer líder del Mundial. Es cierto que uno y otro deben parte del éxito de esta cita a un Haas, a un coche de seguridad, a su equipo y la estrategia, pero sin un pilotaje excepcional no hubieran conseguido hacer el mejor resultado posible. Victoria de Vettel con Lewis Hamilton segundo y Kimi Raikkonen tercero en un GP de Australia emocionante, vibrante y mágico. Pura Fórmula 1, un deporte en el que cuando parece que todo está fabricado, cualquier hilo suelto puede transformar el telón de la obra y hacer que el teatro pase de la tragedia a la comedia. O a la inversa.
Y eso es lo que pasó en la vuelta 32 cuando el Haas de Romain Grosjean se quedó parado en mitad de la pista con un problema de ruedas o de suspensión, según versiones. En ese momento Hamilton, que había salido bien, era líder con Raikkonen a dos segundos, Vettel a otros dos del finlandés y por detrás un grupo en el que Ricciardo luchaba con los Haas, más atrás Alonso que acababa de pasar a Carlos Sainz por la novena plaza. Pero ese coche de seguridad lo cambió todo. Con el safety entra Vettel a cambiar neumáticos que no lo había hecho aún y gana 15 segundos a Hamilton y Raikkonen que habían parado antes, algo parecido hace Alonso que se pone sexto, pero el asturiano advierte que Verstappen le pasó con bandera amarilla. Alonso es quinto cuando el safety car se va. Y a partir de ahí las batallas, entre Vettel y Hamilton, Raikkonen y Ricciardo… Alonso y Verstappen.
El holandés es el único de esa banda que tiene un coche muy superior en estos momentos al que lleva delante, pero no puede con Alonso. “Ahora Verstappen va a atacar fuerte, pero sabemos que lo tienes bajo control”, le dicen desde el muro al astur a cuatro vueltas del final. Por delante Hamilton comete un par de errores y Vettel pilota perfecto para ganar.
Mientras Sainz, al que le perjudicó el safety, es décimo y cuenta que se queda sin potencia, aunque solucionan el problema en principio, después se empieza a encontrar mal, el estómago le está molestando, pero scar fuerzas de donde no las tiene y vuelve a puntuar en la primera carrera. Orgullosos de él. Como Alonso de su equipo. “Muy orgulloso de vosotros, podemos luchar, podemos luchar…”, dice emocionado el español. En la grada, una pancarta con la cara de Fernando. “Un guerrero no es el que siempre gana, es el que siempre lucha”. Amen.
Manuel Franco
As
Abre los brazos mostrando las palmas, gira la cabeza hacia la izquierda y en su rostro se dibuja una sonrisa de satisfacción. ¿Ves querido? viene a decirme David Coulthard. Por eso es el mejor. El escocés contaba en As estos días del GP de Australia que siempre hay que confiar en Fernando Alonso. Y es que siempre hay que confiar en los mejores, sobre todo y ante todo, pase lo que pase. Porque solo uno de los pilotos más grandes de siempre es capaz de aguantar durante 26 vueltas a otro de los mayores talentos del momento con un coche un segundo más rápido para terminar quinto cuando salía décimo. Alonso fue uno de los que demostraron que todos sus privilegios son merecidos. Otro que lo recordó fue Sebastian Vettel, cuatro veces campeón del mundo, ganador de la carrera y primer líder del Mundial. Es cierto que uno y otro deben parte del éxito de esta cita a un Haas, a un coche de seguridad, a su equipo y la estrategia, pero sin un pilotaje excepcional no hubieran conseguido hacer el mejor resultado posible. Victoria de Vettel con Lewis Hamilton segundo y Kimi Raikkonen tercero en un GP de Australia emocionante, vibrante y mágico. Pura Fórmula 1, un deporte en el que cuando parece que todo está fabricado, cualquier hilo suelto puede transformar el telón de la obra y hacer que el teatro pase de la tragedia a la comedia. O a la inversa.
Y eso es lo que pasó en la vuelta 32 cuando el Haas de Romain Grosjean se quedó parado en mitad de la pista con un problema de ruedas o de suspensión, según versiones. En ese momento Hamilton, que había salido bien, era líder con Raikkonen a dos segundos, Vettel a otros dos del finlandés y por detrás un grupo en el que Ricciardo luchaba con los Haas, más atrás Alonso que acababa de pasar a Carlos Sainz por la novena plaza. Pero ese coche de seguridad lo cambió todo. Con el safety entra Vettel a cambiar neumáticos que no lo había hecho aún y gana 15 segundos a Hamilton y Raikkonen que habían parado antes, algo parecido hace Alonso que se pone sexto, pero el asturiano advierte que Verstappen le pasó con bandera amarilla. Alonso es quinto cuando el safety car se va. Y a partir de ahí las batallas, entre Vettel y Hamilton, Raikkonen y Ricciardo… Alonso y Verstappen.
El holandés es el único de esa banda que tiene un coche muy superior en estos momentos al que lleva delante, pero no puede con Alonso. “Ahora Verstappen va a atacar fuerte, pero sabemos que lo tienes bajo control”, le dicen desde el muro al astur a cuatro vueltas del final. Por delante Hamilton comete un par de errores y Vettel pilota perfecto para ganar.
Mientras Sainz, al que le perjudicó el safety, es décimo y cuenta que se queda sin potencia, aunque solucionan el problema en principio, después se empieza a encontrar mal, el estómago le está molestando, pero scar fuerzas de donde no las tiene y vuelve a puntuar en la primera carrera. Orgullosos de él. Como Alonso de su equipo. “Muy orgulloso de vosotros, podemos luchar, podemos luchar…”, dice emocionado el español. En la grada, una pancarta con la cara de Fernando. “Un guerrero no es el que siempre gana, es el que siempre lucha”. Amen.