América Latina se queda sin presidentas

Con la salida de Michelle Bachelet como mandataria de Chile, la región se queda sin mujeres en la jefatura del Estado

Elvira Palomo
Madrid, El País
Los palacios presidenciales de América Latina se quedan sin presidentas. Con la entrega del bastón de mando en Chile este domingo, que pasó de manos de la socialista Michelle Bachelet a Sebastián Piñera, se cierra una etapa con una destacada representación en la que llegó a haber cuatro mujeres al frente de sus países al mismo tiempo en la región.


El fin de la era Bachelet, que fue presidenta en dos periodos, el primero entre 2006-2010 y este último que comenzó en 2014, acaba una etapa de referencia: la de las mujeres gobernantes latinoamericanas. Cuando Bachelet ocupaba el Palacio de la Moneda, la brasileña Dilma Rousseff (2011-2016) gobernaba en Planalto, la argentina Cristina Fernández (2007-2015) desde la Casa Rosada y en la Casa Presidencial de Costa Rica, Laura Chinchilla (201-2014), un hecho sin precedentes en esa parte del mundo.

La primera mujer latinoamericana elegida presidenta en las urnas fue la nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro en 1990, cuando se impuso al líder del Frente Sandinista Daniel Ortega, actual presidente del país. Chamorro era viuda del periodista y líder de la Unión Democrática de Liberación (UDEL), Pedro Joaquín Chamorro, opositor a la dictadura de Anastasio Somoza y que fue asesinado en 1978. La siguió la panameña Mireya Moscoso, que gobernó entre 1999 y 2004 –periodo en el que Estados Unidos devolvió al país la soberanía del Canal de Panamá–. Y en 2006 llegó a Chile Bachelet, pediatra, hija de un general torturado que murió en una prisión pinochetista y exministra de Salud y de Defensa. Su liderazgo sufrió altos y bajos. Bien considerada en el panorama internacional tras esta primera etapa, estuvo al frente de la agencia de Naciones Unidas especializada en la mujer (ONU Mujeres).

En 2007, llegó a la presidencia de Argentina Cristina Fernández de Kirchner, la única que ha logrado mantenerse dos periodos consecutivos, tras ganar la reelección en 2011. Antes de ocupar la presidencia fue diputada y senadora durante la presidencia de su esposo Néstor Kirchner, fallecido en 2010. Actualmente es senadora, y la justicia argentina la investiga bajo sospecha de haber protegido a cinco iraníes responsables del atentado terrorista contra el Centro de asociación judeo-argentina AMIA en 1994.

La brasileña Dilma Rousseff fue elegida en octubre de 2010, después de haber tenido varios cargos en el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Fue reelegida en 2014, pero no pudo acabar su mandato acusada de irregularidades para maquillar las cuentas públicas. Después de un largo juicio político, el pleno del Senado aprobó en agosto de 2016 la destitución definitiva de Rousseff. La expresidenta ha mantenido su inocencia.

Costa Rica también tuvo su primera mujer presidenta, Laura Chinchilla, que ocupó el cargo entre el 2010 y el 2014, como representante del Partido Liberación Nacional (PLN, socialdemócrata). Chichilla había sido diputada, viceministra y ministra de Seguridad, de Justicia y vicepresidenta de la República durante la presidencia de Óscar Arias.

“Las mujeres volveremos a dirigir nuestros países”. Lara Blanco, directora regional adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe
Las presidentas interinas

Antes que ellas otras mujeres asumieron la presidencia de forma temporal por distintas circunstancias. Este fue el caso de Isabel Martínez de Perón en Argentina (1974-1976), que llegó a la presidencia del país tras la muerte de su marido Juan Domingo Perón, puesto que era vicepresidenta.

En Bolivia, el Congreso designó presidenta a Lidia Gueiler en 1979, después del golpe de Estado del general Alberto Natushch Busch, que derrocó al Gobierno interino de Walter Guevara. Estaba previsto que Gueiler estuviera en el cargo hasta que se convocaran elecciones en junio del año siguiente. Sin embargo, antes de que asumiera el cargo Hernán Siles, un nuevo golpe de Estado liderado por Luis García Meza obligó a Gueiler a partir al exilio. Luchadora política progresista, miembro del Partido Revolucionario de Izquierda Nacional (PRIN), ha sido hasta la fecha la única mujer presidenta del país.

En 1997, la vicepresidenta de Ecuador Rosalía Arteaga asumió temporalmente la presidencia del país, tras la restitución de Abdalá Bucaram —declarado “incapaz mental” por el Congreso—. Su mandato duró apenas tres días en medio de un caos político que no le permitió terminar de formar su Gobierno. Arteaga, abogada y fundadora el Movimiento Independiente por una República Auténtica (MIRA), había sido subsecretaria de Cultura y ministra de Educación con el anterior presidente, el conservador Sixto Durán. Arteaga trató de alcanzar la presidencia, sin éxito, en las elecciones de 1998, tras lo que abandonó la política.

En el Caribe también ha habido mujeres pioneras. La magistrada del Tribunal Supremo de Haití Ertha Pascal-Trouillot también tomó las riendas de su país de forma provisional el 10 de marzo de 1990 tras la salida del Estado del general Prosper Avril, después de una semana de protestas populares. Pascal-Trouillot convocó elecciones y 11 meses después entregó el poder a su sucesor, Jean Bertrand Aristide. En Guyana, Janet Rosenberg ejerció como primera ministra en el periodo 1997-1999, tras la muerte de su esposo Cheddi Jagan.
De cuatro a cero

Pasada esta etapa en la que la región fue un referente en el mundo, se abre el interrogante de cuándo llegará la nueva generación de presidentas. Según datos de ONU Mujeres, siguen existiendo diferencias en los porcentajes promedio de parlamentarias dependiendo de la región del mundo. Así, en junio de 2017, de los países de América Latina, en 11 había una representación del 30% de mujeres en el Parlamento, y sólo Bolivia superaba la paridad, con un 53,1% de mujeres. “Hay cada vez más pruebas fehacientes de que el liderazgo de las mujeres en los procesos políticos y de toma de decisiones mejora dichos procesos”, apunta la institución.

En una entrevista con motivo del día Internacional de la Mujer, la semana pasada, la directora regional adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Lara Blanco, lamentó este vacío, pero se mostró esperanzada, porque "cada vez hay más mujeres participando en política”, dijo en declaraciones a Efe. Blanco se mostró zanjó: “Las mujeres volveremos a dirigir nuestros países”.

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