Wall Street rebota y cierra con subidas en una jornada dominada por la volatilidad
El índice Dow Jones termina con un alza del 2,3% y logra esquivar al final de la sesión la zona de corrección
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La volatilidad volvió a ser protagonista este martes en Wall Street, pero esta vez tomó el sentido contrario al que provocó el desplome del lunes. El Dow Jones inició la sesión en negativo y aunque fue dando bandazos durante buena parte de la jornada, logró estabilizarse y encaró la recta final de la sesión con un alza rotunda que dejó el cierre en una subida del 2,3%. Equivale a un incremento de 570 puntos, tras experimentar un vuelco de casi 1.200 puntos desde el mínimo en la jornada. El S&P 500 y le Nasdaq siguieron la misma tendencia.
El nerviosismo que desde la semana pasada se respira en el parqué neoyorquino hizo que el índice de volatilidad del mercado de futuros de Chicago, que sirve para medir el miedo de los inversores, llegara a acercarse a los 50 puntos antes de la apertura. Era un nivel que se visitó por última vez en agosto de 2015, coincidiendo el temor a una desacelarión en China. A media sesión se moderó un 20%, hasta los 30 puntos, y eso permitió estabilizar los índices.
El indicador de volatilidad repuntó un 275% desde comienzos del año, tras un 2017 durante el que estuvo totalmente plano en los 12 puntos. Esa catarsis emocional es el factor principal que explica el desplome de la jornada previa (de 1.175 puntos), el mayor de la historia en puntos y en porcentaje el más elevado desde el 5,5% que sufrió en agosto de 2011 coincidiendo con la crisis de la deuda soberana europea. Ha sido un punto de inflexión, pero algunas señales apuntaban ya a un cambio de tendencia que podía dejar atrás el espectacular 2017 en términos bursátiles.
Los primeros síntomas de estrés empezaron a notarse hace tres semanas. Michael O´Sullivan, director de inversiones de Credit Suisse, coincide al afirmar que el factor más importante es el repunte en el “riesgo de volatilidad”. También consideran que 2017 fue el primer año en el que Wall Street registró subidas en cada uno de sus 12 meses. Ese periodo tan prolongado de calma, asegura, “se acabó”. El ajuste, por tanto, sería esencialmente técnico.
Y aunque los analistas tratan de encontrar motivos para este ajuste tan rápido, Jim Caron considera desde Morgan Stanley que estos episodios son saludables, porque sirven para poner en línea la escalada. Pero no sabe anticipar qué va a pasar ahora y si estas pérdidas irán más lejos, porque consideran que este repunte tan violento de la volatilidad no es común. US Bank admiten que este tipo de bandazos ponen a prueba a los estrategas.
Cambio de sentimiento
“Es lo que suele hacer los mercados”, recuerdan desde BlackRock, “lo que pasa es que no estamos acostumbrados y cogió a los inversores con la guardia baja”. Los analistas indican que el índice S&P 500, el que integra a las mayores compañías cotizadas, vale el doble este momento que antes de estallar crisis financiera en 2008. Lo que no pierden de vista es el mercado de bonos. Los tipos para las letras a 10 años bajaron al 2,69%, del 2,85% el viernes.
La complacencia fue la nota dominante el pasado año, que se caracterizó por ser excepcionalmente tranquilo. Los resultados trimestrales y el crecimiento económico dieron sustento a la tendencia alcista, lo que llevó a los estrategas a mantener el optimismo durante las cuatro primeras semanas de enero. Lo único que cuestionaban era la magnitud de las ganancias. Ese sentimiento cambió por completo. "Es el momento de dar un paso atrás y tomar aire", señalan los gestores del parqué.
Los bajos tipos de interés provocaron que el mercado de renta variable fuera más atractivos que el de la renta fija. El dato de empleo publicado el viernes, sin embargo, augura que la Reserva Federal podría ser más agresiva al aplicar su plan de retirada de estímulos monetarios. Con los tipos subiendo, los bonos se hacen una alternativa más segura a las acciones. Mañana se celebra la próxima subasta de letras a 10 años.
Los técnicos de Bank of America insiste que no hay motivo para entrar en pánico. Sí ven un movimiento en las carteras de inversión, pero señalan que es natural. El problema, añade, es que todo sucede más rápido porque las transacciones se hacen por vía electrónica. Eso provocará que los próximos días sean movidos. El desplome del lunes se contuvo, de hecho, antes de activarse los frenos automáticos.
Llamamiento a la calma
BlackRock insiste que este tipo de correcciones representan una oportunidad para volver a entrar en el mercado. Sus analistas, como el de otras instituciones financieras, están convencidos de que los grandes bancos centrales mundiales serán cautos a la hora de retirar los estímulos. Esta semana está prevista la intervención pública de varios miembros de la Fed, lo que ayudará a aclarar las cosas.
Jame Bullard, de la Fed de St. Louis, señalaba este martes antes de la apertura que el dato de empleo de enero no implica que se vayan a apartar de la estrategia de incremento gradual de los tipos. “Hay que ser cautos al interpretar que la buenas noticias del mercado laboral se trasladan directamente en mayor inflación”, opina. También anticipa que el crecimiento económico tenderá a moderarse.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
La volatilidad volvió a ser protagonista este martes en Wall Street, pero esta vez tomó el sentido contrario al que provocó el desplome del lunes. El Dow Jones inició la sesión en negativo y aunque fue dando bandazos durante buena parte de la jornada, logró estabilizarse y encaró la recta final de la sesión con un alza rotunda que dejó el cierre en una subida del 2,3%. Equivale a un incremento de 570 puntos, tras experimentar un vuelco de casi 1.200 puntos desde el mínimo en la jornada. El S&P 500 y le Nasdaq siguieron la misma tendencia.
El nerviosismo que desde la semana pasada se respira en el parqué neoyorquino hizo que el índice de volatilidad del mercado de futuros de Chicago, que sirve para medir el miedo de los inversores, llegara a acercarse a los 50 puntos antes de la apertura. Era un nivel que se visitó por última vez en agosto de 2015, coincidiendo el temor a una desacelarión en China. A media sesión se moderó un 20%, hasta los 30 puntos, y eso permitió estabilizar los índices.
El indicador de volatilidad repuntó un 275% desde comienzos del año, tras un 2017 durante el que estuvo totalmente plano en los 12 puntos. Esa catarsis emocional es el factor principal que explica el desplome de la jornada previa (de 1.175 puntos), el mayor de la historia en puntos y en porcentaje el más elevado desde el 5,5% que sufrió en agosto de 2011 coincidiendo con la crisis de la deuda soberana europea. Ha sido un punto de inflexión, pero algunas señales apuntaban ya a un cambio de tendencia que podía dejar atrás el espectacular 2017 en términos bursátiles.
Los primeros síntomas de estrés empezaron a notarse hace tres semanas. Michael O´Sullivan, director de inversiones de Credit Suisse, coincide al afirmar que el factor más importante es el repunte en el “riesgo de volatilidad”. También consideran que 2017 fue el primer año en el que Wall Street registró subidas en cada uno de sus 12 meses. Ese periodo tan prolongado de calma, asegura, “se acabó”. El ajuste, por tanto, sería esencialmente técnico.
Y aunque los analistas tratan de encontrar motivos para este ajuste tan rápido, Jim Caron considera desde Morgan Stanley que estos episodios son saludables, porque sirven para poner en línea la escalada. Pero no sabe anticipar qué va a pasar ahora y si estas pérdidas irán más lejos, porque consideran que este repunte tan violento de la volatilidad no es común. US Bank admiten que este tipo de bandazos ponen a prueba a los estrategas.
Cambio de sentimiento
“Es lo que suele hacer los mercados”, recuerdan desde BlackRock, “lo que pasa es que no estamos acostumbrados y cogió a los inversores con la guardia baja”. Los analistas indican que el índice S&P 500, el que integra a las mayores compañías cotizadas, vale el doble este momento que antes de estallar crisis financiera en 2008. Lo que no pierden de vista es el mercado de bonos. Los tipos para las letras a 10 años bajaron al 2,69%, del 2,85% el viernes.
La complacencia fue la nota dominante el pasado año, que se caracterizó por ser excepcionalmente tranquilo. Los resultados trimestrales y el crecimiento económico dieron sustento a la tendencia alcista, lo que llevó a los estrategas a mantener el optimismo durante las cuatro primeras semanas de enero. Lo único que cuestionaban era la magnitud de las ganancias. Ese sentimiento cambió por completo. "Es el momento de dar un paso atrás y tomar aire", señalan los gestores del parqué.
Los bajos tipos de interés provocaron que el mercado de renta variable fuera más atractivos que el de la renta fija. El dato de empleo publicado el viernes, sin embargo, augura que la Reserva Federal podría ser más agresiva al aplicar su plan de retirada de estímulos monetarios. Con los tipos subiendo, los bonos se hacen una alternativa más segura a las acciones. Mañana se celebra la próxima subasta de letras a 10 años.
Los técnicos de Bank of America insiste que no hay motivo para entrar en pánico. Sí ven un movimiento en las carteras de inversión, pero señalan que es natural. El problema, añade, es que todo sucede más rápido porque las transacciones se hacen por vía electrónica. Eso provocará que los próximos días sean movidos. El desplome del lunes se contuvo, de hecho, antes de activarse los frenos automáticos.
Llamamiento a la calma
BlackRock insiste que este tipo de correcciones representan una oportunidad para volver a entrar en el mercado. Sus analistas, como el de otras instituciones financieras, están convencidos de que los grandes bancos centrales mundiales serán cautos a la hora de retirar los estímulos. Esta semana está prevista la intervención pública de varios miembros de la Fed, lo que ayudará a aclarar las cosas.
Jame Bullard, de la Fed de St. Louis, señalaba este martes antes de la apertura que el dato de empleo de enero no implica que se vayan a apartar de la estrategia de incremento gradual de los tipos. “Hay que ser cautos al interpretar que la buenas noticias del mercado laboral se trasladan directamente en mayor inflación”, opina. También anticipa que el crecimiento económico tenderá a moderarse.