Rusia ordena una “pausa humanitaria” de cinco horas diarias en Guta Oriental
Putin permitirá la instauración de "un corredor humanitario" para que los civiles sirios puedan abandonar la región
Natalia Sancha
Beirut, El País
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha ordenado una "pausa humanitaria" de cinco horas cada día y la creación de un "corredor humanitario" para permitir que los civiles puedan abandonar la región asediada de Guta Oriental, reducto rebelde situado a las afueras de la capital siria, ha dicho este lunes en Moscú el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. Se trata del segundo alto el fuego anunciado en las últimas 48 horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara este sábado una resolución para implementar una tregua de al menos 30 días en todo el territorio sirio.
Las hasta ahora invisibles treguas pretenden poner freno a la ofensiva aérea lanzada por el Ejército sirio sobre Guta Oriental que desde el pasado domingo se ha cobrado la vida de más 520 personas y herido otras 2.500, según datos de Médicos sin Fronteras. “No nos atrevemos a salir porque los aviones siguen golpeando”, dice Diala H. desde el sótano de un barrio de Guta en el que 15 familias se hacinan en la oscuridad desde hace una semana. Al otro lado del cerco la lluvia de morteros provenientes de estos suburbios insurrectos ha segado la vida de más 70 civiles y herido a más de 200 en las barriadas de la capital siria. A pesar de que los activistas locales señalaron este domingo una reducción en la intensidad de tanto bombardeos como morteros, cada día que pasa pesa sobre la drástica situación médica y de hambruna que asola a los entre 250.000 y 400.000 civiles (según las fuentes) atrapados en el mayor enclave rebelde de la periferia de Damasco.
Ambas treguas anunciadas se han topado con el freno de las potencias regionales en un tablero progresivamente internacionalizado tras cerca de siete años de guerra. Ankara ha afirmado que proseguirá su ofensiva contra los kurdos en el norteño enclave de Afrin. Mientras que Mohammad Bagheri, jefe del Ejército iraní y cuyas milicias suponen un importante respaldo en tierra para las tropas regulares sirias, ha excluido a Guta del alto el fuego nacional. Sin embargo, Shoigú ha afirmado que debería haber "pausas" similares en la región fronteriza de Al-Tanf y en Rukban, cerca de la frontera con Jordania, "de tal forma que los civiles puedan regresar a sus hogares sin obstáculos y empezar a reconstruir sus vidas como civiles".
La fecha de implementación del alto el fuego, así como los grupos armados que han de ser excluidos por sus lazos con grupos terroristas han supuesto una vez más los principales escollos de las negociaciones. Un escenario que reenvía a las negociaciones protagonizadas en Astaná para delimitar cuatro zonas de distensión en el país, hoy parcialmente invalidadas por el repunte de los combates. La semántica se impone en el frente de Guta para las tropas regulares sirias y sus aliados que, representados por Moscú, han exigido excluir del alto el fuego a “las organizaciones terroristas Estado Islámico y Al Qaeda y sus aliados”. Tanto Irán como Damasco consideran a las facciones islamistas que controlan Guta Oriental aliados de la filial de Al Qaeda en Siria.
La mediación internacional forzada a contra reloj por la ONU llega tras casi cinco años de asedio en Guta durante los cuales los repetidos intentos de negociaciones entre grupos armados insurrectos y el Ejército regular sirio han caído en saco roto. Y con ello, condenado a la población civil a un doble cerco insurrecto-leal. Entre 2.000 y 6.000 combatientes islamistas se atrincheran en los casi 100 km cuadros de la asediada Guta, a los que tanto la organización Human Rights Watch como Amnistía Internacional han acusado de perpetrar crímenes de guerra contra civiles. Jeish el islam (respaldada por Riad) y Faylaq al Rahamn (respaldado por Doha y aliada de la rama local de Al Qaeda en la zona) son las principales fuerzas islamistas que si bien se han enfrentado meses atrás por el control de la docena de poblaciones que constituyen Guta Oriental, han anunciado esta semana un frente unido en respuesta a la ofensiva de la aviación siria.
Por su parte, el Gobierno interino de oposición sirio hizo público este lunes un comunicado denunciando un ataque que ha matado a un menor y herido a 18 personas "que presentaban síntomas que corresponden a la exposición a gas de cloro”. A tenor de la ofensiva sobre Guta se han reactivado diversos frentes que mantienen fuerzas leales a Damasco y grupos armados insurrectos en las provincias de Hama, Homs e Idlib, mientras que, en el este del país, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció este lunes la muerte de 25 civiles bajo un bombardeo de la Coalición internacional liderada por Estados Unidos.
Natalia Sancha
Beirut, El País
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha ordenado una "pausa humanitaria" de cinco horas cada día y la creación de un "corredor humanitario" para permitir que los civiles puedan abandonar la región asediada de Guta Oriental, reducto rebelde situado a las afueras de la capital siria, ha dicho este lunes en Moscú el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú. Se trata del segundo alto el fuego anunciado en las últimas 48 horas después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara este sábado una resolución para implementar una tregua de al menos 30 días en todo el territorio sirio.
Las hasta ahora invisibles treguas pretenden poner freno a la ofensiva aérea lanzada por el Ejército sirio sobre Guta Oriental que desde el pasado domingo se ha cobrado la vida de más 520 personas y herido otras 2.500, según datos de Médicos sin Fronteras. “No nos atrevemos a salir porque los aviones siguen golpeando”, dice Diala H. desde el sótano de un barrio de Guta en el que 15 familias se hacinan en la oscuridad desde hace una semana. Al otro lado del cerco la lluvia de morteros provenientes de estos suburbios insurrectos ha segado la vida de más 70 civiles y herido a más de 200 en las barriadas de la capital siria. A pesar de que los activistas locales señalaron este domingo una reducción en la intensidad de tanto bombardeos como morteros, cada día que pasa pesa sobre la drástica situación médica y de hambruna que asola a los entre 250.000 y 400.000 civiles (según las fuentes) atrapados en el mayor enclave rebelde de la periferia de Damasco.
Ambas treguas anunciadas se han topado con el freno de las potencias regionales en un tablero progresivamente internacionalizado tras cerca de siete años de guerra. Ankara ha afirmado que proseguirá su ofensiva contra los kurdos en el norteño enclave de Afrin. Mientras que Mohammad Bagheri, jefe del Ejército iraní y cuyas milicias suponen un importante respaldo en tierra para las tropas regulares sirias, ha excluido a Guta del alto el fuego nacional. Sin embargo, Shoigú ha afirmado que debería haber "pausas" similares en la región fronteriza de Al-Tanf y en Rukban, cerca de la frontera con Jordania, "de tal forma que los civiles puedan regresar a sus hogares sin obstáculos y empezar a reconstruir sus vidas como civiles".
La fecha de implementación del alto el fuego, así como los grupos armados que han de ser excluidos por sus lazos con grupos terroristas han supuesto una vez más los principales escollos de las negociaciones. Un escenario que reenvía a las negociaciones protagonizadas en Astaná para delimitar cuatro zonas de distensión en el país, hoy parcialmente invalidadas por el repunte de los combates. La semántica se impone en el frente de Guta para las tropas regulares sirias y sus aliados que, representados por Moscú, han exigido excluir del alto el fuego a “las organizaciones terroristas Estado Islámico y Al Qaeda y sus aliados”. Tanto Irán como Damasco consideran a las facciones islamistas que controlan Guta Oriental aliados de la filial de Al Qaeda en Siria.
La mediación internacional forzada a contra reloj por la ONU llega tras casi cinco años de asedio en Guta durante los cuales los repetidos intentos de negociaciones entre grupos armados insurrectos y el Ejército regular sirio han caído en saco roto. Y con ello, condenado a la población civil a un doble cerco insurrecto-leal. Entre 2.000 y 6.000 combatientes islamistas se atrincheran en los casi 100 km cuadros de la asediada Guta, a los que tanto la organización Human Rights Watch como Amnistía Internacional han acusado de perpetrar crímenes de guerra contra civiles. Jeish el islam (respaldada por Riad) y Faylaq al Rahamn (respaldado por Doha y aliada de la rama local de Al Qaeda en la zona) son las principales fuerzas islamistas que si bien se han enfrentado meses atrás por el control de la docena de poblaciones que constituyen Guta Oriental, han anunciado esta semana un frente unido en respuesta a la ofensiva de la aviación siria.
Por su parte, el Gobierno interino de oposición sirio hizo público este lunes un comunicado denunciando un ataque que ha matado a un menor y herido a 18 personas "que presentaban síntomas que corresponden a la exposición a gas de cloro”. A tenor de la ofensiva sobre Guta se han reactivado diversos frentes que mantienen fuerzas leales a Damasco y grupos armados insurrectos en las provincias de Hama, Homs e Idlib, mientras que, en el este del país, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos denunció este lunes la muerte de 25 civiles bajo un bombardeo de la Coalición internacional liderada por Estados Unidos.