Muere un agente de policía en la batalla entre ultras rusos y bilbaínos
El agente de la brigada móvil falleció tras sufrir un infarto en el operativo de control. Hay tres heridos más y cinco arrestados tras las carreras antes del Athletic-Spartak.
Alfonso Herrán
As
De nuevo el fútbol se ha visto sacudido por la tragedia. Un ertzaina resultó fallecido ayer en una jornada de enorme tensión que alcanzó su cenit a las 19:30 horas, una hora y media antes de comenzar el Athletic-Spartak, el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League. Más de medio millar de ultras rusos, los más temidos del Viejo Continente, llegaban escoltados por ocho furgones policiales y empezaron a provocar incidentes y entraron en colisión con radicales bilbaínos. En previsión de una jornada casi bélica se desplegaron 500 ertzainas y 200 policías municipales, más 200 miembros de la seguridad privada del club rojiblanco.
La jornada estaba discurriendo con normalidad hasta esa antesala del choque. Todo se originó a la llegada de los ultras visitantes a San Mamés. En ese momento, uno de ellos arrojó un vaso a la zona donde se hallaban los ultras del Athletic, reunidos previamente en otra concentración antifascista y con ganas de bronca. Se sucedieron las cargas de la Ertzaintza. Se dio una lluvia de bengalas, se volcaron contenedores y volaron recipientes de vidrio.
Tras la guerrilla, al menos cinco personas fueron detenidas, tres de ellas de nacionalidad rusa, y otras cuatro resultaron heridas. Una de ellas era Inocencio Arias, un agente de la brigada móvil, que trabajaba como unidad de apoyo; es decir, no estaba en primera línea del frente. Le cayó una bengala muy cerca. Se desplomó mientras se desataba una batalla campal en la explanada del estadio. La Ertaintza había conseguido separar a las dos hinchadas enfrentadas y, en un momento de relativa calma, cuando el agente permanecía en una fila con sus compañeros vigilando al grupo de hinchas locales, se desplomó en el suelo sin que le alcanzara objeto alguno. Inmediatamente, sus compañeros le quitaron el casco y las protecciones reglamentarias, le giraron hacia un lado y le zarandearon para intentar reanimarle, pero no lo consiguieron. Posteriormente fue trasladado de urgencia al hospital de Basurto, situado a unos 350 metros del lugar donde cayó el policía, al que intentaron reanimar durante una hora, no presentaba traumatismos. Durante una noche con muchas noticias confusas entrecruzadas, se manejaron versiones como que recibió el impacto de un cohete o de alguna piedra, no se trató de una, aunque todo está pendiente de los informes forenses y de revisar las pruebas muerte traumática videográficas existentes.
Previamente, la Policía Autónoma vasca había requisado a los aficionados locales materiales como palos, barras extensibles y puños de hierro. Una vez iniciado el partido, los hinchas rusos continuaron encendiendo y lanzando bengalas en el interior del estadio. El dispositivo de seguridad se mantuvo a la conclusión del encuentro y durante toda la noche con mucha angustia. Un cordón policial sacó a los dos mil seguidores visitantes de San Mamés media hora después de acabar el compromiso entre los abucheos e insultos.
Los locales de hostelería retiraron las terrazas a mediodía y el mobiliario interior en previsión de incidentes. Los colegios más próximos suspendieron sus actividades.
Ermuarra, amante de la bici, deja un hijo de 19 años
El ertzaina fallecido responde al nombre de Inocencio Arias García, alias ‘Ino’, de 50 años y natural de Ermua, localidad vizcaína fronteriza con Guipúzcoa, que pertenecía a la novena promoción de la Ertzaintza.
Arias, que deja un hijo con 19 años, había estado de baja laboral bastante tiempo. Un hombre amante del deporte, sobre todo de la bicicleta. De hecho era miembro activo del Ermuko Txirrinduraitza Enkartea de Ermua. Un grupo de unas 30 personas que sale a la carretera los fines de semana.
Llueve sobre mojado en este tipo de incidentes en Bilbao en las celebraciones de los partidos europeos. Ya un aficionado del Athletic como Iñigo Cabacas fue abatido en 2012 por una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza en un callejón de la calle María Díaz de Haro, en un partido ante el Schalke. Son las miserias del fútbol que se cobran vidas inocentes. En esta ocasión, Ino Arias no pudo esquivar la muerte en acto de servicio por culpa de unos malvados que solo se divierten con alternados. —J. Beltrán
Escudo/Bandera Athletic
Athletic
España
Noticias Estadísiticas
Escudo/Bandera Spartak
Spartak
Rusia
Noticias Estadísiticas
Parte médico del hospital de Basurto
- Un agente de la Ertzaintza que ha ingresado con parada cardiorrespiratoria previo intento de reanimación durante más de una hora. No presenta ningún tipo de traumatismo.
- Un varón con Traumatismo Cráneo Encefálico y herida por scalp en el cráneo que se sutura. En contra del criterio médico se va de alta voluntaria.
- Un paciente de nacionalidad rusa con Traumatismo Cráneo Encefálico leve que permanece en evolución.
- Un paciente de nacionalidad rusa con una traumatismo en un brazo con factura de de olecranon que no quiere ser ingresado y se da de alta para ser tratado en su país de origen.
- Asimismo, tres pacientes permanecen en Urgencias pendientes de diversas pruebas por traumatismos
Alfonso Herrán
As
De nuevo el fútbol se ha visto sacudido por la tragedia. Un ertzaina resultó fallecido ayer en una jornada de enorme tensión que alcanzó su cenit a las 19:30 horas, una hora y media antes de comenzar el Athletic-Spartak, el partido de vuelta de los dieciseisavos de final de la Europa League. Más de medio millar de ultras rusos, los más temidos del Viejo Continente, llegaban escoltados por ocho furgones policiales y empezaron a provocar incidentes y entraron en colisión con radicales bilbaínos. En previsión de una jornada casi bélica se desplegaron 500 ertzainas y 200 policías municipales, más 200 miembros de la seguridad privada del club rojiblanco.
La jornada estaba discurriendo con normalidad hasta esa antesala del choque. Todo se originó a la llegada de los ultras visitantes a San Mamés. En ese momento, uno de ellos arrojó un vaso a la zona donde se hallaban los ultras del Athletic, reunidos previamente en otra concentración antifascista y con ganas de bronca. Se sucedieron las cargas de la Ertzaintza. Se dio una lluvia de bengalas, se volcaron contenedores y volaron recipientes de vidrio.
Tras la guerrilla, al menos cinco personas fueron detenidas, tres de ellas de nacionalidad rusa, y otras cuatro resultaron heridas. Una de ellas era Inocencio Arias, un agente de la brigada móvil, que trabajaba como unidad de apoyo; es decir, no estaba en primera línea del frente. Le cayó una bengala muy cerca. Se desplomó mientras se desataba una batalla campal en la explanada del estadio. La Ertaintza había conseguido separar a las dos hinchadas enfrentadas y, en un momento de relativa calma, cuando el agente permanecía en una fila con sus compañeros vigilando al grupo de hinchas locales, se desplomó en el suelo sin que le alcanzara objeto alguno. Inmediatamente, sus compañeros le quitaron el casco y las protecciones reglamentarias, le giraron hacia un lado y le zarandearon para intentar reanimarle, pero no lo consiguieron. Posteriormente fue trasladado de urgencia al hospital de Basurto, situado a unos 350 metros del lugar donde cayó el policía, al que intentaron reanimar durante una hora, no presentaba traumatismos. Durante una noche con muchas noticias confusas entrecruzadas, se manejaron versiones como que recibió el impacto de un cohete o de alguna piedra, no se trató de una, aunque todo está pendiente de los informes forenses y de revisar las pruebas muerte traumática videográficas existentes.
Previamente, la Policía Autónoma vasca había requisado a los aficionados locales materiales como palos, barras extensibles y puños de hierro. Una vez iniciado el partido, los hinchas rusos continuaron encendiendo y lanzando bengalas en el interior del estadio. El dispositivo de seguridad se mantuvo a la conclusión del encuentro y durante toda la noche con mucha angustia. Un cordón policial sacó a los dos mil seguidores visitantes de San Mamés media hora después de acabar el compromiso entre los abucheos e insultos.
Los locales de hostelería retiraron las terrazas a mediodía y el mobiliario interior en previsión de incidentes. Los colegios más próximos suspendieron sus actividades.
Ermuarra, amante de la bici, deja un hijo de 19 años
El ertzaina fallecido responde al nombre de Inocencio Arias García, alias ‘Ino’, de 50 años y natural de Ermua, localidad vizcaína fronteriza con Guipúzcoa, que pertenecía a la novena promoción de la Ertzaintza.
Arias, que deja un hijo con 19 años, había estado de baja laboral bastante tiempo. Un hombre amante del deporte, sobre todo de la bicicleta. De hecho era miembro activo del Ermuko Txirrinduraitza Enkartea de Ermua. Un grupo de unas 30 personas que sale a la carretera los fines de semana.
Llueve sobre mojado en este tipo de incidentes en Bilbao en las celebraciones de los partidos europeos. Ya un aficionado del Athletic como Iñigo Cabacas fue abatido en 2012 por una pelota de goma lanzada por la Ertzaintza en un callejón de la calle María Díaz de Haro, en un partido ante el Schalke. Son las miserias del fútbol que se cobran vidas inocentes. En esta ocasión, Ino Arias no pudo esquivar la muerte en acto de servicio por culpa de unos malvados que solo se divierten con alternados. —J. Beltrán
Escudo/Bandera Athletic
Athletic
España
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Escudo/Bandera Spartak
Spartak
Rusia
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Parte médico del hospital de Basurto
- Un agente de la Ertzaintza que ha ingresado con parada cardiorrespiratoria previo intento de reanimación durante más de una hora. No presenta ningún tipo de traumatismo.
- Un varón con Traumatismo Cráneo Encefálico y herida por scalp en el cráneo que se sutura. En contra del criterio médico se va de alta voluntaria.
- Un paciente de nacionalidad rusa con Traumatismo Cráneo Encefálico leve que permanece en evolución.
- Un paciente de nacionalidad rusa con una traumatismo en un brazo con factura de de olecranon que no quiere ser ingresado y se da de alta para ser tratado en su país de origen.
- Asimismo, tres pacientes permanecen en Urgencias pendientes de diversas pruebas por traumatismos