Milagro en Londres

Los postes, Iniesta y Messi aparecen en Stamford Bridge para salvar a un Barça desbordado por un gran Chelsea que se adelantó con gol de Willian.


Santi Giménez
As
San Andrés y San Lionel se aparecieron en Londres para engrandecer la leyenda del duelo entre el Chelsea y el Barcelona en un partido absolutamente desconcertante. El milagro favoreció al equipo barcelonista, que salió de Stamford Bridge con un empate a uno que deja abierta una eliminatoria que podía haber quedado perfectamente liquidada a favor de los ingleses en un primer acto en el que el equipo catalán arrancó un empate gracias al único error que cometió el Chelsea, claramente el mejor equipo sobre el terreno de juego. Mereció más el Chelsea, pero cometió el error más grosero del mundo ante un Barcelona que deberá mejorar mucho para pasar a cuartos. Hay mucha eliminatoria aún.


Tuvo más sorpresa la alineación de Conte que la de Valverde, que repitió el equipo que sufrió en Eibar. En cambio, el técnico local decidió prescindir de un nueve clásico y dejó a Morata y a Giroud en el banquillo para jugar con un sistema mucho más dinámico con los ‘pequeños’ Hazard, que actuó como falso delantero centro, Willian y Pedro con el objetivo de saturar la salida del Barcelona.

De entrada, el plan le salió perfecto a Conte, que condenó al Barcelona a una posesión inane. Tenía el Barça la pelota pero sin crear ni una ocasión de desequilibrio excepto cuando le llegaba a Messi, que tenía a Kanté metido en su camiseta. Cuando el argentino superaba al francés, una jauría de camisetas azules se abalanzaba sobre él impidiendo cualquier progresión. A todo eso se sumaba un planteamiento del Chelsea que cortocircuitó cualquier incorporación de Roberto y Alba por las bandas.

Para cualquiera que no supiera de que va esto, el partido parecía en esa primera parte de los barcelonistas, pero el encuentro estaba justo donde querían los ingleses, que hicieron méritos más que sobrados para irse al descanso con la eliminatoria vista para sentencia.

Ter Stegen paró una falta peligrosísima a Marcos Alonso y los postes, el derecho y el izquierdo, salvaron al equipo de Valverde ante dos latigazos de Willian. En el primero, el portero alemán hizo la estatua, en el segundo se lanzó sin opción de llegar al balón. Hazard aín tuvo otra ocasión tras un mal rechace de Piqué, pero su volea se fue alta. La mejor noticia tras los primeros 45 minutos de partido para el Barcelona fue que el marcador siguiera empate a cero. Los barcelonistas, de puro milagro, habían sobrevivido al primer cuarto de una eliminatoria que perfectamente podía estar sentenciada en esa primera parte en Stamford Bridge.
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Necesitaba el Barcelona claramente agitación desde el banquillo y pero en la reanudación el guión de la primera se prolongó con el Barcelona sobando la pelota y el Chelsea al acecho.

Y en un elogio del método científico, que preconiza el sistema de ensayo-error, el Chelsea acabó marcando su primer gol en la misma jugada con la que los ingleses merecieron inaugurar el marcador. Y encima, con toda la justicia poética del mundo, fue Willian quien anotó desde el mismo sitio desde donde antes había disparado al poste. Hasta aquí, el elogio a la insistencia metódica del Chelsea, pero al mismo tiempo hay que denunciar la estulticia del Barça. Si te lo hacen una vez, puede ser mala suerte, si te lo hacen dos, algo falla y si te lo hacen a la tercera, es que te lo mereces. El Barça llevaba tiempo comprando todos los números para que Willian les rompiera desde la frontal.

Tras el gol, Aleix entró en el campo por Paulinho buscando más profundidad en un escenario perfecto para el conjunto blue, que cuando lo tenía todo en su mano cometió el error de perder una pelota en la frontal que Iniesta, en su escenario favorito, recuperó para que Messi marcara su primer gol al Chelsea y completara un milagro que salva a un Barça que estuvo contra las cuerdas.

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