Las razones del Real Madrid para plantearse vender a Bale
El futuro del galés está lejos del Madrid, que medita su salida. Las lesiones y la incapacidad para ser el relevo de Cristiano, entre los motivos.
Sergio Gómez
As
Gareth Bale cotiza a la baja en el Real Madrid. Tanto que, tal y como publicó As el pasado 18 de febrero, su futuro está más lejos que nunca del club blanco a pesar de que tiene contrato hasta 2022. A sus 28 años, ya no es ninguna promesa aunque el madridismo le sigue esperando cinco años después. Algo que ha rebajado su crédito hasta los números rojos en la planta noble del Bernabéu hasta el punto de meditar seriamente poner a Bale en la rampa de salida el próximo verano. A continuación, analizamos los motivos por los que el galés no ha terminado de explotar en el Madrid y por qué el club se está planteando su venta.
Bale ha dejado imágenes para la historia del Madrid, como aquella carrera prodigiosa con Bartra que dio una Copa del Rey o su gol en la final de la Décima, pero en el club empieza a pesar mucho más la evidencia de que el galés no es el sucesor de Cristiano Ronaldo, tal y como Florentino Pérez pensó cuando le fichó en 2013 por 101 millones de euros (le veía como su jugador insignia ya que Cristiano no fue una contratación suya y sí de Ramón Calderón). El portugués se ha convertido en la bandera del último Madrid, ya lleva cinco Balones de Oro (igualado con Messi) y sigue batiendo récords en la entidad madridista y en el fútbol europeo. Este rendimiento contrasta con el del de Cardiff. En cambio, en ninguna de las campañas en el Madrid Bale ha quedado entre los tres primeros del Balón de Oro (en la última edición no aparecía ni entre los 30 nominados) y su hoja de servicios deportivos no ha cumplido con las expectativas del presidente del club y del madridismo…
La trayectoria de Bale en el Madrid ha estado siempre marcada por la falta de regularidad. Bale lo tenía todo para triunfar de blanco. Una velocidad y una pegada prodigiosa, dominio del juego aéreo y una posición predominante en el mercado del márketing anglosajón y asiático. Pero las lesiones le han impedido explotar esas condiciones. Hasta 19 lesiones serias ha sufrido el galés en el Madrid que le han hecho perderse más de 70 partidos. Y el jugador incluso ha puesto su cuerpo bajo sospecha. No se fía de él. Sólo hay que observar los gestos de Bale cada vez que sale desde el banquillo, tocándose los sóleos (sus músculos más castigados), el bíceps femoral… Esas dudas le afectan. A él y a su juego. Esa falta de confianza y las continuas ausencias cuestionan cada año más la rentabilidad del fichaje (esta temporada Bale ha jugado sólo el 35,5% de los minutos posibles: 1.342 de 3.780). Y ese componente económico pesa y mucho en el Madrid...
Su actitud en los últimos encuentros no ayudan a la popularidad de su figura en el club. Contra el PSG, sus gestos de decepción por ser suplente en la gran noche del equipo, eran patentes. Primero se le vio bostezando en el banquillo. Después, estuvo lento a la hora de quitarse en chándal para entrar al campo. Y, finalmente, no atendió a la llamada de Ramos al final del partido para agradecer el apoyo al Bernabéu. Con la mirada abajo, se fue al vestuario cabizbajo. Zidane le dio la titularidad al partido siguiente, contra el Betis, pero le sustituyó en el minuto 73 tras mostrarse desconectado: en 73 minutos no recuperó ni una pelota, sólo completó un regate y tuvo mala suerte en dos remates en el área (Adán le hizo dos paradones). “Ha hecho su partido”, resumió Zidane de forma lacónica la participación del de Cardiff en el Villamarín. Y en Butarque, se marchó al vestuario mientras se estaba jugando la primera parte…
Protegido hasta ahora desde el palco (Ancelotti contó en su autobiografía que no querer ponerle por el centro le costó el cargo) al banquillo, su estatus ha cambiado. Ya no es intocable y en su entorno parece ser consciente de la situación complicada de Bale. Esta semana, tal vez en un intento de ponerse la venda antes de sufrir la herida, su agente mandó un mensaje a navegantes a pocos meses de abrirse el mercado de verano: "Gareth vale como mínimo lo mismo que Neymar”... Una posible venta del Bale dejaría en las arcas un dinero importante para acometer una gran operación el próximo verano. Neymar, Hazard y Kane son los que más gustan en Chamartín...
Sergio Gómez
As
Gareth Bale cotiza a la baja en el Real Madrid. Tanto que, tal y como publicó As el pasado 18 de febrero, su futuro está más lejos que nunca del club blanco a pesar de que tiene contrato hasta 2022. A sus 28 años, ya no es ninguna promesa aunque el madridismo le sigue esperando cinco años después. Algo que ha rebajado su crédito hasta los números rojos en la planta noble del Bernabéu hasta el punto de meditar seriamente poner a Bale en la rampa de salida el próximo verano. A continuación, analizamos los motivos por los que el galés no ha terminado de explotar en el Madrid y por qué el club se está planteando su venta.
Bale ha dejado imágenes para la historia del Madrid, como aquella carrera prodigiosa con Bartra que dio una Copa del Rey o su gol en la final de la Décima, pero en el club empieza a pesar mucho más la evidencia de que el galés no es el sucesor de Cristiano Ronaldo, tal y como Florentino Pérez pensó cuando le fichó en 2013 por 101 millones de euros (le veía como su jugador insignia ya que Cristiano no fue una contratación suya y sí de Ramón Calderón). El portugués se ha convertido en la bandera del último Madrid, ya lleva cinco Balones de Oro (igualado con Messi) y sigue batiendo récords en la entidad madridista y en el fútbol europeo. Este rendimiento contrasta con el del de Cardiff. En cambio, en ninguna de las campañas en el Madrid Bale ha quedado entre los tres primeros del Balón de Oro (en la última edición no aparecía ni entre los 30 nominados) y su hoja de servicios deportivos no ha cumplido con las expectativas del presidente del club y del madridismo…
La trayectoria de Bale en el Madrid ha estado siempre marcada por la falta de regularidad. Bale lo tenía todo para triunfar de blanco. Una velocidad y una pegada prodigiosa, dominio del juego aéreo y una posición predominante en el mercado del márketing anglosajón y asiático. Pero las lesiones le han impedido explotar esas condiciones. Hasta 19 lesiones serias ha sufrido el galés en el Madrid que le han hecho perderse más de 70 partidos. Y el jugador incluso ha puesto su cuerpo bajo sospecha. No se fía de él. Sólo hay que observar los gestos de Bale cada vez que sale desde el banquillo, tocándose los sóleos (sus músculos más castigados), el bíceps femoral… Esas dudas le afectan. A él y a su juego. Esa falta de confianza y las continuas ausencias cuestionan cada año más la rentabilidad del fichaje (esta temporada Bale ha jugado sólo el 35,5% de los minutos posibles: 1.342 de 3.780). Y ese componente económico pesa y mucho en el Madrid...
Su actitud en los últimos encuentros no ayudan a la popularidad de su figura en el club. Contra el PSG, sus gestos de decepción por ser suplente en la gran noche del equipo, eran patentes. Primero se le vio bostezando en el banquillo. Después, estuvo lento a la hora de quitarse en chándal para entrar al campo. Y, finalmente, no atendió a la llamada de Ramos al final del partido para agradecer el apoyo al Bernabéu. Con la mirada abajo, se fue al vestuario cabizbajo. Zidane le dio la titularidad al partido siguiente, contra el Betis, pero le sustituyó en el minuto 73 tras mostrarse desconectado: en 73 minutos no recuperó ni una pelota, sólo completó un regate y tuvo mala suerte en dos remates en el área (Adán le hizo dos paradones). “Ha hecho su partido”, resumió Zidane de forma lacónica la participación del de Cardiff en el Villamarín. Y en Butarque, se marchó al vestuario mientras se estaba jugando la primera parte…
Protegido hasta ahora desde el palco (Ancelotti contó en su autobiografía que no querer ponerle por el centro le costó el cargo) al banquillo, su estatus ha cambiado. Ya no es intocable y en su entorno parece ser consciente de la situación complicada de Bale. Esta semana, tal vez en un intento de ponerse la venda antes de sufrir la herida, su agente mandó un mensaje a navegantes a pocos meses de abrirse el mercado de verano: "Gareth vale como mínimo lo mismo que Neymar”... Una posible venta del Bale dejaría en las arcas un dinero importante para acometer una gran operación el próximo verano. Neymar, Hazard y Kane son los que más gustan en Chamartín...