La oposición ninguneará un Govern simbólico de Puigdemont en Bruselas
Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y el PP rechazan cualquier legitimidad y dicen que solo será president quien rinda cuentas en el Parlament
Àngels Piñol
Barcelona, El País
Los grupos de oposición en el Parlament no tienen intención de dar ningún crédito al plan de Junts per Catalunya para que Carles Puigdemont dirija un Gobierno simbólico desde Bélgica. Los cuatro grupos —Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y PP— subrayan que es evidente que al presidente de la Generalitat lo elige el Parlament y que es allí donde debe rendir cuentas. Carlos Carrizosa (Ciudadanos) vaticinó que, cuando finalmente haya Govern, Puigdemont será olvidado y correrá la misma suerte que Artur Mas, que perdió su liderazgo.
El Gobierno de Mariano Rajoy tiene la intención de mirar hacia otro lado si finalmente se constituye en Bruselas el Consejo de la República que Puigdemont defiende, siempre y cuando el Ejecutivo o el Parlament no le confieran legitimidad jurídica. Carrizosa apoyó esa línea y recordó que Inés Arrimadas ya afirmó que Puigdemont podría ser nombrado “rey de Eurodisney” o “príncipe” pero que el presidente real será el que rinda cuentas en la Cámara: “Será como la Asamblea Nacional Catalana u Òmnium. Presionaban, pero la legitimidad la tenía el Parlament”, afirmó, en referencia a las principales entidades privadas independentistas.
El diputado presagió que la figura de Puigdemont se irá desdibujando con el tiempo y sus instrucciones no serán acatadas porque sus propios correligionarios tendrán la necesidad de reforzar su propio liderazgo. “Ahí está el caso de Artur Mas. Parecía muy fuerte y ¿quién se acordó de él con todo lo que le ha pasado?”, explica en alusión a que ha sido embargado por el Tribunal de Cuentas por la causa del 9-N. “En cambio, Puigdemont, que era muy poco conocido cuando lo relevó, pasó a tomar todo el poder”.
Jordi Terrades, del PSC, recurrió también al símil de Mas. “Dio un paso al lado. Que se lo pregunten a él, que ya no preside ni el PDeCAT. Será presidente quien tenga mayoría de votos. Lo demás son fuegos de artificio, que están muy bien por Sant Joan”, ironizó recordando algo obvio: es presidente quien firma en el Diario Oficial de la Generalitat. “En absoluto es aceptable [la idea de dos Gobiernos] aunque no descarto que alguien se preste a ese juego”, esgrime el popular Santi Rodríguez, que tilda de “extremadamente esperpéntico” que alguien se plantee acatar las órdenes de una “persona fugada”. Pese a que intuye que solo es una "escenificación", el portavoz avisa de que sí presentarán un recurso si el Parlament quiere legitimarlo.
Elisenda Alamany, portavoz de Catalunya en Comú-Podem, alegó que es la Cámara la que tiene la soberanía y la legitimidad y se negó a contemplar que pueda haber dos Gobiernos o que uno sea títere de otro. “Me niego a pensar que habrá dos gobiernos: uno efectivo y simbólico. No hemos venido a hacer guerras legalistas y sí política. No queremos gobiernos a distancia. Es una nueva ocurrencia que no responde a la realidad proponer un presidente simbólico y otro efectivo”, dijo, instando a Roger Torrent, presidente del Parlament, a desbloquear la investidura con otro candidato. “Lo lógico es caminar hacia la normalidad democrática y quitarnos de encima al Tribunal Constitucional. Torrent es independentista y no pasa nada: puede nombrar a otro candidato con esa ideología”.
Àngels Piñol
Barcelona, El País
Los grupos de oposición en el Parlament no tienen intención de dar ningún crédito al plan de Junts per Catalunya para que Carles Puigdemont dirija un Gobierno simbólico desde Bélgica. Los cuatro grupos —Ciudadanos, PSC, Catalunya en Comú y PP— subrayan que es evidente que al presidente de la Generalitat lo elige el Parlament y que es allí donde debe rendir cuentas. Carlos Carrizosa (Ciudadanos) vaticinó que, cuando finalmente haya Govern, Puigdemont será olvidado y correrá la misma suerte que Artur Mas, que perdió su liderazgo.
El Gobierno de Mariano Rajoy tiene la intención de mirar hacia otro lado si finalmente se constituye en Bruselas el Consejo de la República que Puigdemont defiende, siempre y cuando el Ejecutivo o el Parlament no le confieran legitimidad jurídica. Carrizosa apoyó esa línea y recordó que Inés Arrimadas ya afirmó que Puigdemont podría ser nombrado “rey de Eurodisney” o “príncipe” pero que el presidente real será el que rinda cuentas en la Cámara: “Será como la Asamblea Nacional Catalana u Òmnium. Presionaban, pero la legitimidad la tenía el Parlament”, afirmó, en referencia a las principales entidades privadas independentistas.
El diputado presagió que la figura de Puigdemont se irá desdibujando con el tiempo y sus instrucciones no serán acatadas porque sus propios correligionarios tendrán la necesidad de reforzar su propio liderazgo. “Ahí está el caso de Artur Mas. Parecía muy fuerte y ¿quién se acordó de él con todo lo que le ha pasado?”, explica en alusión a que ha sido embargado por el Tribunal de Cuentas por la causa del 9-N. “En cambio, Puigdemont, que era muy poco conocido cuando lo relevó, pasó a tomar todo el poder”.
Jordi Terrades, del PSC, recurrió también al símil de Mas. “Dio un paso al lado. Que se lo pregunten a él, que ya no preside ni el PDeCAT. Será presidente quien tenga mayoría de votos. Lo demás son fuegos de artificio, que están muy bien por Sant Joan”, ironizó recordando algo obvio: es presidente quien firma en el Diario Oficial de la Generalitat. “En absoluto es aceptable [la idea de dos Gobiernos] aunque no descarto que alguien se preste a ese juego”, esgrime el popular Santi Rodríguez, que tilda de “extremadamente esperpéntico” que alguien se plantee acatar las órdenes de una “persona fugada”. Pese a que intuye que solo es una "escenificación", el portavoz avisa de que sí presentarán un recurso si el Parlament quiere legitimarlo.
Elisenda Alamany, portavoz de Catalunya en Comú-Podem, alegó que es la Cámara la que tiene la soberanía y la legitimidad y se negó a contemplar que pueda haber dos Gobiernos o que uno sea títere de otro. “Me niego a pensar que habrá dos gobiernos: uno efectivo y simbólico. No hemos venido a hacer guerras legalistas y sí política. No queremos gobiernos a distancia. Es una nueva ocurrencia que no responde a la realidad proponer un presidente simbólico y otro efectivo”, dijo, instando a Roger Torrent, presidente del Parlament, a desbloquear la investidura con otro candidato. “Lo lógico es caminar hacia la normalidad democrática y quitarnos de encima al Tribunal Constitucional. Torrent es independentista y no pasa nada: puede nombrar a otro candidato con esa ideología”.