La Liga en medio del cisma Simeone-Torres
El Atlético se juega en Sevilla su condición de aspirante con el Niño sopesando lo que sería una traumática salida a China
Ladislao J. Moñino
El País
En medio del embrollo sobre el cisma Simeone-Fernando Torres y la continuidad inmediata del delantero, el Atlético se juega en Sevilla (20.45, beIn LaLiga) gran parte de su condición de aspirante al título como perseguidor del Barça. En un momento tan trascendental, Torres medita, tras el empujón que le dio su entrenador, si agotar los cuatro meses para poder despedirse de la manera menos traumática o, por el contrario, finiquitar su regreso al club con un frío hachazo de mercado invernal hacia la millonaria Superliga China.
El destino es un país en pleno desarrollo futbolístico inmerso en esas primeras fases donde las estrellas veteranas (Torres tiene 33 años) son un gancho para ayudar a la expansión del juego y el negocio que le acompaña. Por el cúmulo de casualidades, tampoco ayudaría que el Dalian Yifang, el club interesado, pertenezca a Wanda, el mismo inversor chino que acaba de deshacerse de su 17% participación en el accionariado rojiblanco y también negocia llevarse a Carrasco. Demasiado y extraño envoltorio económico para la despedida de un símbolo.
Si Torres se marcha ahora, su salida hará tambalearse los cimientos del club y atacará a la fibra más sensible de la masa social. Para el recuerdo quedará que la ya compleja convivencia entre los dos ídolos fue quebrada por la guerra de entornos de uno y otro y acelerada en una rueda de prensa por el entrenador a mitad de curso. En la mano de club también está decidir qué salida quiere, si empujar o no hacia lo menos dañino antes de que Torres ejecute la decisión que está en su mano: si tiene fuerzas o no para seguir sabiendo que haga lo que haga su continuidad no está entre las prioridades del técnico.
De confirmarse el adiós, el partido del próximo miércoles en el Metropolitano ante el Leganés tendrá más trascendencia que los meros tres puntos en juego. Los símbolos suelen estar por encima de los resultados. La grada apoyará a ambos para volver a tener que expresar que no aprueba el enfrentamiento. Sin entrar en la pura toma de decisiones deportiva, en el ambiente se palpa que la mayoría de la hinchada hubiera deseado un mayor tacto de Simeone con el ídolo, aunque él razone que fichó solo al futbolista.
En plena efervescencia de ese embrollo chino, Simeone se agarra a su versión más fiable para momentos de zozobra y ante rivales con un caudal ofensivo amenazante. “Este es un partido diferente al de Copa, en el que teníamos necesidad de ir a por goles. Ahora tenemos la necesidad de ir a por puntos”, advierte El Cholo, que irá a por el botín con la fórmula de los cuatro mediocentros, Koke, Thomas, Gabi y Saúl. Será la primera vez que el cuatrivote cuenta con Diego Costa en el equipo. El duelo es una buena prueba para ver si con ese diseño que destila repliegue, presión y contragolpe, las transiciones defensa-ataque y la necesidad de estirar al equipo con balones largos a Costa, dan para hacer más daño a rivales de entidad. El planteamiento también enfoca a Griezmann como parte del engranaje de ataque. El test puede marcar las visitas al Camp Nou y al Bernabéu.
Ladislao J. Moñino
El País
En medio del embrollo sobre el cisma Simeone-Fernando Torres y la continuidad inmediata del delantero, el Atlético se juega en Sevilla (20.45, beIn LaLiga) gran parte de su condición de aspirante al título como perseguidor del Barça. En un momento tan trascendental, Torres medita, tras el empujón que le dio su entrenador, si agotar los cuatro meses para poder despedirse de la manera menos traumática o, por el contrario, finiquitar su regreso al club con un frío hachazo de mercado invernal hacia la millonaria Superliga China.
El destino es un país en pleno desarrollo futbolístico inmerso en esas primeras fases donde las estrellas veteranas (Torres tiene 33 años) son un gancho para ayudar a la expansión del juego y el negocio que le acompaña. Por el cúmulo de casualidades, tampoco ayudaría que el Dalian Yifang, el club interesado, pertenezca a Wanda, el mismo inversor chino que acaba de deshacerse de su 17% participación en el accionariado rojiblanco y también negocia llevarse a Carrasco. Demasiado y extraño envoltorio económico para la despedida de un símbolo.
Si Torres se marcha ahora, su salida hará tambalearse los cimientos del club y atacará a la fibra más sensible de la masa social. Para el recuerdo quedará que la ya compleja convivencia entre los dos ídolos fue quebrada por la guerra de entornos de uno y otro y acelerada en una rueda de prensa por el entrenador a mitad de curso. En la mano de club también está decidir qué salida quiere, si empujar o no hacia lo menos dañino antes de que Torres ejecute la decisión que está en su mano: si tiene fuerzas o no para seguir sabiendo que haga lo que haga su continuidad no está entre las prioridades del técnico.
De confirmarse el adiós, el partido del próximo miércoles en el Metropolitano ante el Leganés tendrá más trascendencia que los meros tres puntos en juego. Los símbolos suelen estar por encima de los resultados. La grada apoyará a ambos para volver a tener que expresar que no aprueba el enfrentamiento. Sin entrar en la pura toma de decisiones deportiva, en el ambiente se palpa que la mayoría de la hinchada hubiera deseado un mayor tacto de Simeone con el ídolo, aunque él razone que fichó solo al futbolista.
En plena efervescencia de ese embrollo chino, Simeone se agarra a su versión más fiable para momentos de zozobra y ante rivales con un caudal ofensivo amenazante. “Este es un partido diferente al de Copa, en el que teníamos necesidad de ir a por goles. Ahora tenemos la necesidad de ir a por puntos”, advierte El Cholo, que irá a por el botín con la fórmula de los cuatro mediocentros, Koke, Thomas, Gabi y Saúl. Será la primera vez que el cuatrivote cuenta con Diego Costa en el equipo. El duelo es una buena prueba para ver si con ese diseño que destila repliegue, presión y contragolpe, las transiciones defensa-ataque y la necesidad de estirar al equipo con balones largos a Costa, dan para hacer más daño a rivales de entidad. El planteamiento también enfoca a Griezmann como parte del engranaje de ataque. El test puede marcar las visitas al Camp Nou y al Bernabéu.