¿Ganan los médicos en Suiza una fortuna?
Agrio debate tras saberse que el salario anual de algunos galenos de élite roza el millón
Rodrigo Carrizo Couto
El País
La noticia cayó como una bomba en un informativo de la televisión suiza francófona la semana pasada. Durante la Conferencia Nacional de la Salud 2020, el presidente de la Confederación y ministro de Salud Pública, Alain Berset, fue grabado afirmando que “es inaceptable que algunos médicos especialistas tengan un salario superior al millón de francos anuales” (unos 900.000 euros). La polémica estaba servida.
El presidente continuó en tono colérico: “¿Cómo es posible que los especialistas puedan ganar 80.000 o 90.000 francos mensuales sobre las primas que pagan los ciudadanos?”. Hay que recordar un detalle importante: en Suiza no existe sanidad pública. Todos los ciudadanos y residentes están obligados por ley a contratar seguros médicos privados. Si alguien carece de recursos para pagar su seguro, éste será cubierto por su cantón o comuna.
Pero volviendo a los salarios astronómicos de ciertos médicos, la polémica fue desatada por Mauro Poggia, responsable de la Salud de Ginebra. Llamó la atención de la opinión pública sobre este tema en el que la transparencia brilla por su ausencia. Naturalmente, este nivel de ingresos no está al alcance de cualquier médico de familia, o recién graduado, sino de de cirujanos y especialistas de élite. Algunos de los cuales tienen tal demanda que se desplazan en helicóptero.
El problema último no es tanto el enorme nivel de ingresos de estos especialistas (en Suiza son legión los profesionales que ganan salarios con seis ceros) sino que el ingreso de los médicos sale de las primas pagadas por todos los ciudadanos. Unas primas cada vez más elevadas que provocan que cada vez más suizos opten por no ir al médico, salvo en casos de emergencia. Por su parte, los médicos lamentan estas acusaciones, que consideran “escandalosas”. Niegan ganar tales sumas, piden que se diferencie entre volumen de facturación y honorarios, y rechazan que los aumentos de primas sean su responsabilidad. No son pocos los profesionales de la salud que hablan ya de una “caza de brujas” motivada por razones políticas.
Rodrigo Carrizo Couto
El País
La noticia cayó como una bomba en un informativo de la televisión suiza francófona la semana pasada. Durante la Conferencia Nacional de la Salud 2020, el presidente de la Confederación y ministro de Salud Pública, Alain Berset, fue grabado afirmando que “es inaceptable que algunos médicos especialistas tengan un salario superior al millón de francos anuales” (unos 900.000 euros). La polémica estaba servida.
El presidente continuó en tono colérico: “¿Cómo es posible que los especialistas puedan ganar 80.000 o 90.000 francos mensuales sobre las primas que pagan los ciudadanos?”. Hay que recordar un detalle importante: en Suiza no existe sanidad pública. Todos los ciudadanos y residentes están obligados por ley a contratar seguros médicos privados. Si alguien carece de recursos para pagar su seguro, éste será cubierto por su cantón o comuna.
Pero volviendo a los salarios astronómicos de ciertos médicos, la polémica fue desatada por Mauro Poggia, responsable de la Salud de Ginebra. Llamó la atención de la opinión pública sobre este tema en el que la transparencia brilla por su ausencia. Naturalmente, este nivel de ingresos no está al alcance de cualquier médico de familia, o recién graduado, sino de de cirujanos y especialistas de élite. Algunos de los cuales tienen tal demanda que se desplazan en helicóptero.
El problema último no es tanto el enorme nivel de ingresos de estos especialistas (en Suiza son legión los profesionales que ganan salarios con seis ceros) sino que el ingreso de los médicos sale de las primas pagadas por todos los ciudadanos. Unas primas cada vez más elevadas que provocan que cada vez más suizos opten por no ir al médico, salvo en casos de emergencia. Por su parte, los médicos lamentan estas acusaciones, que consideran “escandalosas”. Niegan ganar tales sumas, piden que se diferencie entre volumen de facturación y honorarios, y rechazan que los aumentos de primas sean su responsabilidad. No son pocos los profesionales de la salud que hablan ya de una “caza de brujas” motivada por razones políticas.