El Papa sustituye a un arzobispo acusado de encubrir a un pederasta en Oaxaca

Un grupo de ciudadanos exigía la salida de la archidiócesis de José Luis Chávez Botello por presuntamente proteger un cura sentenciado por corrupción de menores

Ricardo Della Coletta
México, El País
El papa Francisco ha nombrado este sábado a Pedro Vázquez Villalobos como nuevo arzobispo de Antequera (Oaxaca, sur de México), quien se hará cargo de una archidiócesis marcada los últimos años por escándalos de pederastia y por denuncias de encubrimiento de estos delitos por parte de la jerarquía católica local.


El nombramiento de Vázquez Villalobos ha sido publicado en el boletín de prensa del Vaticano. Es el primer cambio en un puesto de alto rango en la estructura de la iglesia Católica de México desde que Carlos Aguiar Retes asumió el arzobispado primado del país norteamericano, el pasado lunes.

El nuevo arzobispo de Oaxaca substituirá a José Luis Chávez Botello, quien había presentado su renuncia en 2016 después de haber cumplido 75 años, conforme exigen las reglas de la iglesia.

Cuando llegue a Oaxaca el arzobispo electo se va a encontrar con una institución fracturada por escándalos de pederastia. Chávez Botello fue acusado por movimientos ciudadanos oaxaqueños de proteger al exsacerdote Gerardo Silvestre Hernández, condenado a 16 años de prisión por corrupción de menores.

Este caso se hizo público en 2009 cuando un grupo de religiosos llevó a la archidiócesis de Oaxaca las denuncias de abusos sexuales presuntamente cometidos por el cura Hernández contra diversos niños de comunidades indígenas donde en aquel entonces trabajaba. De acuerdo con los religiosos que destaparon lo ocurrido, Chávez Botello fue omiso ante los relatos. Más allá de esto, inició un juicio canónico para castigar los denunciantes.

El caso ganó repercusión nacional y asociaciones ciudadanas oaxaqueñas, junto a familiares de las víctimas, exigieron la salida inmediata del arzobispo. Estas asociaciones afirman que Silvestre Hernández abusó de decenas de niños.

Chávez Botello ha rechazado las acusaciones de encubrimiento. Ha afirmado en un comunicado difundido en enero que las investigaciones civiles no comprobaron “ninguna violación [de Silvestre Hernández] y en un solo caso, el delito fue encuadrado por la autoridad ministerial bajo el tipo penal de corrupción de menores”. Además, el antiguo arzobispo ha dicho que no hubo persecución contra los curas que denunciaron por primera vez el caso.
'Insostenible'

El hecho de que el primer cambio en la jerarquía católica bajo la administración de Aguiar Retes haya ocurrido en una archidiócesis golpeada por denuncias de pederastia señala que el Vaticano quiere cambiar el perfil de la iglesia mexicana, afirman dos especialistas en el tema.

En México las denuncias de encubrimiento de curas pederastas alcanzaron el más alto rango del catolicismo: el antecesor de Aguiar Retes en el arzobispado primado de México, Norberto Rivera, fue acusado de proteger religiosos que cometieron abusos contra menores.

Para Bernardo Barranco, sociólogo y experto en religión, Chávez Botello estaba en una posición "insostenible" y las acusaciones en contra de él se habían convertido en un lastre para la iglesia. "[Chávez Botello] manejó el caso con una grotesca protección a Silvestre Hernández. El Vaticano está enviando una señal de quiere cambios".

Julián Cruzalta, un fray miembro de la organización Católicas por el Derecho de Decidir, afirma a su vez que el nombramiento en Oaxaca también indica que la nueva jerarquía católica busca una reaproximación con los sectores de la sociedad que se alejaron justamente por los escándalos de pederastía. "Indica que quieren frenar estos casos que tanto han dañado a la institución. Pero es una lástima que Chávez Botello se vaya impune", concluye.

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