El Barça se quedó a medias
El Valencia llega muy vivo a Mestalla tras resistir el asedio de un Barça que sigue abonado al juego de Messi y a la pólvora de Suárez. Sergi Roberto se jugó la roja.
Santi Giménez
As
El Barcelona se quedó a medio camino y el Valencia logró salir vivo del Camp Nou en la ida de las semifinales de la Copa que se acabó resolviendo a favor de los barcelonistas gracias a los de siempre. La pareja Messi-Suárez fue la única que logró doblegar la resistencia de un Valencia que a pesar de perder por 1-0 tiene la eliminatoria donde quería, para decidirse en un Mestalla que, a diferencia del Camp Nou, será una caldera.
El gol de Suárez de cabeza tras jugada fabulosa de Messi en la segunda parte le vale al Barça para pegar primero, pero deja todas las opciones abiertas de cara a la vuelta. Siguen las espadas en todo lo alto porque todo el mundo, como si fueran unas elecciones, pudo irse contento a casa. El Barcelona logró que no le marcaran, algo que Valverde había señalado como prioritario y el Valencia salió con menos heridas de las que se podía suponer del asedio de un Barcelona teniendo en cuenta las bajas con las que compareció
Ya de entrada resistió el Valencia la primera parte sin tener el balón ante un Barcelona que acaparó una posesión estéril en un asedio unplugged que no se tradujo en ocasiones de peligro. El Barcelona estuvo impecable sin pelota, recuperando el balón en un decir Jesús ante un Valencia que era incapaz de ligar tres pases seguidos. No obstante, esa superioridad táctica y física no se tradujo en ocasiones. A lo sumo, en saques de esquina inanes y en jugadas que se perdían por exceso de elaboración o por torpeza en el momento decisivo.
Aleix Vidal, que fue la apuesta inesperada de Valverde para dar profundidad al equipo de salida era tan insistente como impreciso y sólo cuando Messi se ponía al mando había cierta sensación de que iba a pasar algo. Pero nunca llegaba a pasar porque al final, tanto Vezo como Paulista corregían con autoridad.
Es complicado explicar que entre tanto dominio, el disparo más peligroso del primer acto fuera del Valencia en un chut lejano de Montoya y que la falta más grosera fuera del Barça. Sergi Roberto se jugó la roja al parar con los tacos a la altura de la ingle un inicio de contra de Pereira.
La segunda parte era un test físico para ver si el Valencia seguía resistiendo ese asedio y uno de paciencia para un Barça que no veía compensado su dominio.
Tras el descanso, el partido se abrió y el Valencia amenazó más al Barcelona, pero tras la entrada de Coutinho (más intimidatoria que eficaz) los locales se volvieron a instalar en el balcón del área de Jaume, pero esta vez, chutando. Messi, por el que pasa todo el juego culé, se inventó una jugada brutal en la que hubo por este orden: control, aceleración, pausa y toque para que Suárez rompiera el muro valencianista. Los de Marcelino supieron reponerse al golpe y resistieron dejando el partido justo donde querían, en manos de Mestalla.
Santi Giménez
As
El Barcelona se quedó a medio camino y el Valencia logró salir vivo del Camp Nou en la ida de las semifinales de la Copa que se acabó resolviendo a favor de los barcelonistas gracias a los de siempre. La pareja Messi-Suárez fue la única que logró doblegar la resistencia de un Valencia que a pesar de perder por 1-0 tiene la eliminatoria donde quería, para decidirse en un Mestalla que, a diferencia del Camp Nou, será una caldera.
El gol de Suárez de cabeza tras jugada fabulosa de Messi en la segunda parte le vale al Barça para pegar primero, pero deja todas las opciones abiertas de cara a la vuelta. Siguen las espadas en todo lo alto porque todo el mundo, como si fueran unas elecciones, pudo irse contento a casa. El Barcelona logró que no le marcaran, algo que Valverde había señalado como prioritario y el Valencia salió con menos heridas de las que se podía suponer del asedio de un Barcelona teniendo en cuenta las bajas con las que compareció
Ya de entrada resistió el Valencia la primera parte sin tener el balón ante un Barcelona que acaparó una posesión estéril en un asedio unplugged que no se tradujo en ocasiones de peligro. El Barcelona estuvo impecable sin pelota, recuperando el balón en un decir Jesús ante un Valencia que era incapaz de ligar tres pases seguidos. No obstante, esa superioridad táctica y física no se tradujo en ocasiones. A lo sumo, en saques de esquina inanes y en jugadas que se perdían por exceso de elaboración o por torpeza en el momento decisivo.
Aleix Vidal, que fue la apuesta inesperada de Valverde para dar profundidad al equipo de salida era tan insistente como impreciso y sólo cuando Messi se ponía al mando había cierta sensación de que iba a pasar algo. Pero nunca llegaba a pasar porque al final, tanto Vezo como Paulista corregían con autoridad.
Es complicado explicar que entre tanto dominio, el disparo más peligroso del primer acto fuera del Valencia en un chut lejano de Montoya y que la falta más grosera fuera del Barça. Sergi Roberto se jugó la roja al parar con los tacos a la altura de la ingle un inicio de contra de Pereira.
La segunda parte era un test físico para ver si el Valencia seguía resistiendo ese asedio y uno de paciencia para un Barça que no veía compensado su dominio.
Tras el descanso, el partido se abrió y el Valencia amenazó más al Barcelona, pero tras la entrada de Coutinho (más intimidatoria que eficaz) los locales se volvieron a instalar en el balcón del área de Jaume, pero esta vez, chutando. Messi, por el que pasa todo el juego culé, se inventó una jugada brutal en la que hubo por este orden: control, aceleración, pausa y toque para que Suárez rompiera el muro valencianista. Los de Marcelino supieron reponerse al golpe y resistieron dejando el partido justo donde querían, en manos de Mestalla.