Duras críticas a Merkel desde su partido por ceder la cartera de Finanzas al SPD

Un presidente regional y otros dirigentes de la CDU cuestionan la decisión de la canciller de dejar una de las carteras más importantes en manos de los socialdemócratas

Enrique Müller
Berlín, El País
El crucial acuerdo que alcanzaron los dos grandes bloques políticos de Alemania, la Democracia Cristiana y el partido socialdemócrata (SPD), en la mañana del miércoles y que hace posible, en teoría, la formación de una nueva gran coalición que gobierne el país, provocó una inusual revuelta en las filas de la CDU, el partido que dirige Angela Merkel desde hace 17 años, a causa de la decisión de la canciller de ceder el poderoso ministerio de Finanzas al SPD.


Aunque Merkel señaló que el acuerdo era la base para poder formar un Gobierno estable, varios miembros destacados de la CDU y también importantes periódicos como el BILD y el Süddeutsche Zeitung criticaron, sin piedad y con ironía, las concesiones que se vio obligada a hacer la canciller para obtener la firma del SPD. La más importante de todas: dejar en manos de los socialdemócratas el Ministerio de Finanzas, considerada la cartera más importante del Gobierno.

En declaraciones a la primera cadena de la televisión pública (ARD), el influyente diputado, Christian von Stetten, afirmó que la nueva repartición del Gabinete, en especial la entrega del Ministerio de Finanzas al SPD no "levantaría una ola de entusiasmo" en su partido. "La formación del gabinete es un grave error político", dijo el diputado, que es presidente del grupo parlamentario encargado de defender los intereses de las pymes y empresas familiares.

El jefe de Gobierno regional de Schleswig Holstein, Daniel Günther, otro peso pesado de la CDU y que participó en las negociaciones, eligió las páginas del periódico Die Welt para criticar las concesiones que tuvo que hacer Merkel al SPD para evitar el colapso de las negociaciones. "Ceder el Ministerio de Finanzas a cambio de la cartera de Economía es una pérdida que no representa el resultado de las elecciones", dijo el político

Merkel también tuvo que sufrir una feroz critica de parte del periódico BILD, un medio que nunca ocultó sus simpatías por la canciller en el pasado. En una acción inédita, el rotativo, que leen seis millones de personas, sugirió que la única meta que tuvo Merkel en las difíciles negociaciones con el SPD era conservar su cargo. "Canciller a cualquier precio", escribió el rotativo en la primera pagina de su edición del jueves. "Merkel le regala el Gobierno al SPD".

Kurt Kister, el director del Süddeutsche Zeitung, se atrevió incluso a pronosticar el fin de la era Merkel en la mitad de la actual legislatura, al referirse al acuerdo de revisar el estado de salud del Gobierno después de dos años. "Este gobierno podría ser subtitulado: no durará mucho", sentenció.

Aunque aun es prematuro pronosticar el fin de la era Merkel, el resultado de las negociaciones dejó al desnudo un hecho real. La canciller ha perdido poder y también liderazgo, una realidad que ella misma se encargó de confirmar cuando señalo ante la prensa, en la mañana del martes pasado, la estrategia que defendería en la larga negociación que duró casi 24 horas. "Todos deberemos hacer compromisos dolorosos y yo estoy dispuesta, si podemos garantizar que las ventajas predominan sobre las desventajas".

La frase se convirtió en una profecía y el SPD, a pesar de haber obtenido un 20,5% de los votos, consiguió, gracias a las concesiones de Merkel, seis ministerios, tres de ellos claves: Finanzas, Asuntos Exteriores, Trabajo, Justicia. Medio Ambiente y Familia. La CDU, en cambio, ocupará cinco carteras: Defensa, Economía, Agricultura, Sanidad y Educación. La CSU de Baviera obtiene el Ministerio del Interior, Transportes y Desarrollo.

Con respecto a la formación del nuevo Gobierno, el líder de la CSU Horst Seehofer (CSU) confesó este jueves en Múnich durante una rueda de prensa que el SPD había amenazado con retirarse de las negociaciones si no obtenía las carteras de Exterior, Finanzas y Trabajo. "Las discusiones duraron horas y también hubo horas en las que reinó un mutismo total", dijo.

El acuerdo negociado por Merkel será sometido, el próximo 26 de febrero, a una consulta partidista que reunirá a unos mil delegados en Berlín, que tendrán la tarea de aprobar o rechazar el pacto. La convocatoria del congreso fue una idea de la propia Merkel, cuando prometió a las juventudes de su partido, en una reunión que tuvo lugar en octubre del año pasado, que cualquier pacto político para formar gobierno sería sometido a los representantes de las bases del partido.

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